lunes, 21 de mayo de 2012

La cerveza de Rodrigo

Mi amigo Rodrigo llevaba un buen rato tomándose una cerveza cuando llegué yo, que por una vez en la vida no fui puntual. Acompañaba la cerveza con unas olivas. Que sean negras y con hueso, le había sugerido Juan Carlos, que pasaba por allí en aquellos momentos. Y me pareció que se ensañaba al ir pinchando las olivas para llevárselas a la boca. Apreciaciones mías, quizá.
A la vista de su actitud, le pregunté si estaba malhumorado y me respondió:
  • He leído en la prensa que Bankia necesita 7500 millones más.
  • ¿Y eso te afecta de modo particular?, inquirí de nuevo.
  • Claro, el director de la sucursal de Bancaja en la que tengo la cuenta me sugirió que comprara acciones de Bankia, con las que haría un gran negocio, puesto que salían muy baratas al mercado. Me fié, porque siempre lo he hecho de la Caja de Ahorros de Valencia, y el resultado es catastrófico. Si vendiera las acciones que compré perdería una gran cantidad, pero es que aún tengo miedo de perder más. Cada noticia que llega es peor que la anterior.
  • ¿Le has pedido explicaciones al director que te aconsejó?
  • Fui a verlo con ese fin y me dio pena de lo asustado que está. Ten en cuenta que no me aconsejó a mí solo. Lo vi en tal estado que sospecho que si no pide la baja por depresión es por temor a que lo despidan si lo hace. Ignoro si este temor tiene una base fundada o no, lo que si es cierto es que está totalmente desmoralizado.
Tras esto, mi amigo Rodrigo terminó su cerveza, pagó la cuenta, envolvió los huesos de las olivas en una página de color salmón, se dirigió a un contenedor de basura y los tiró. Luego, dijo que necesitaba calmar los nervios, por lo que se iba a descansar un rato.

No hay comentarios: