viernes, 25 de mayo de 2012

Carlos Fabra, fiel a su estilo

Hay gente que cada vez que dice algo, cada vez que hace algo o cada vez que mueve un pelo, demuestra que no debería estar en la política. Y aunque da la impresión de que todos los que están en la política española son así, los hay que destacan en este menester, y uno de ellos es Carlos Fabra. Y ahí está, sin que ni el otro Fabra ni Rajoy tengan arrestos para mandarlo a casa.
Lo último que ha dicho el tal Carlos Fabra es que “salvo cuatro ineptos que hay en la provincia, los demás están a favor del aeropuerto de Castellón”. Es decir, Carlos Fabra califica de ineptos a quienes no piensan como él, demostrando con esto, y no es nuevo en él, su escasa predisposición democrática. Por otro lado, se remite a la opinión de los castellonenses, como si fueran ellos los únicos que han pagado el aeropuerto y fueran quienes costearan los gastos de mantenimiento en su totalidad. Podría haberse referido a la opinión de los expertos, porque la gente de la calle, lógicamente y en su mayor parte, no puede tener una opinión formada. Claro que todo el mundo quiere aeropuerto, y el Museo del Prado también lo quiere. Ahora bien, si se explica de qué cosas hay que prescindir para obtener el caprichito la opinión cambia. Las personas sensatas suelen tener en sus domicilios los lujos que pueden permitirse y no más.
En España hay muchos más aeropuertos y muchas más líneas de AVE y autovías de las necesarias y por ahí se ha ido buena parte del dinero que tanta falta hace. Dada la situación en la que está la Comunidad Valenciana, Carlos Fabra debería sentir vergüenza por haber obligado a hacer ese dispendio. Del aeropuerto de Manises a Castellón hay muy poco. ¿Cómo hacérselo entender?

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