Carlos
Pajuelo difunde sus sabidurías a través de Las Provincias, diario
que tiene los defectos que son comunes a todos los medios españoles,
pero que, al menos, no aboga por ningún imperialismo, tan anacrónico
en estos tiempos.
Artur
Mas es un señor que está en boca de todos, excepto de los
catalanes, que deberían ser los más cabreados con él. Anda
recortando sin parar, pero no en todos lados, y desviando las culpas
astutamente, y mientras tanto circula un borrador por la red en el
que aparece su nombre, junto con otros y se vislumbra que quizá esté
recibiendo un trato de favor por parte de los Inspectores de Hacienda
y de los jueces y fiscales españoles y sobre todo de los catalanes.
Por
su parte, él no niega que tenga dinero en el extranjero, sino que
dice que no lo ha tocado. ¡Ah, cuánta importancia se le da al acto
de tocar!
Carlos
Pajuelo está atento a las noticias que surgen y gracias a él he
sabido que existe una bacteria capaz de producir energía eléctrica
mientras depura las aguas residuales, de modo que el propio
articulista en lugar de decir que va al retrete anuncia que va a
hacer luz.
He
aquí que también Artur Mas “hace luz”, y no ha hecho esa cosa
tan útil una sola vez en la vida, sino que presumiblemente la hace a
diario. Por ahí no le podrán atacar sus detractores.
Quizá
esa luz que presuntamente fabrica a diario sea más potente el día
en que coma mungetes amb botifarra o callos a la madrileña, porqué
prohíbe cosas a los catalanes y les obliga a hacer otras, pero por
su parte no se priva de nada, como pueden atestiguar todos aquellos
que saben a qué colegio lleva a sus hijos.
Consolémonos
con la idea de que no sólo destroza cosas, sino que también hace
luz.
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