Van
apareciendo en la prensa hechos que se le atribuyen a Gerardo Díaz
Ferrán y el contribuyente medio se pregunta que cómo es posible que
hubiera podido hacer todo eso.
En
las delegaciones de Hacienda suelen haber colas de personas pobres a
las que se les ha detectado algún error en la declaración de la
renta, o que sin habérseles detectado ningún error se les pide que
aporten que aporten justificantes.
¿Y
cómo es que este señor ha podido hacer todo esto sin que nadie se
entere? No hace mucho, Hacienda pilló a un pez gordo. A saber el
dinero que tuvo que invertir para lograrlo. La investigación que
tuvo que llevar a cabo no pudo salir gratis. Y el pez gordo se
defendió en los tribunales y ganó. ¿No sería todo un montaje? El
tal pez gordo ha cometido otros delitos, dando por supuesto que aquel
no lo fue, ya que no fue sancionado. Otros delitos tributarios,
porque de los demás ni se sabe, aunque no creo que nadie se
sorprendiera si se diera noticia de ellos.
Todo
esto es muy extraño o no, según se mire. Por una parte es increíble
y por la otra estamos acostumbrados a las cosas increíbles, por lo
que no lo son tanto, para vergüenza de las oligarquías, si la
tuvieran.
Hay
una lista de 569, cuyo número ya es famoso. Quizá sea muy demandado
para la lotería de navidad. No hace falta decir a qué se refiere
esa lista, sólo hace falta recalcar que lo que pretende la clase
política española es que la olvidemos. ¿Ha pedido el partido
socialista que se desvelen los nombres de quienes la componen?
¿Sabremos alguna vez la verdad que se oculta tras el borrador del
que dio noticia el diario El Mundo? Hacienda somos todos, pero en
España unos más que otros.
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