domingo, 23 de diciembre de 2012

Dicen que Wert deja en desventaja al valenciano

Qué pena me da ver al valenciano llorando y gimiendo. Las lenguas no lloran, ni tampoco gimen, me ha dicho uno que me ha escuchado. Las lenguas son como las escobas o los coches, por ejemplo; instrumentos al servicio de las personas.
Y, entonces, ¿de qué se queja la Universidad valenciana?, pregunto yo. ¿Por quién tiene que velar la Universidad, por los alumnos o por los instrumentos?
En Estados Unidos, país en el que el dinero de los impuestos es sagrado y basta con pedir cualquier factura a un organismo oficial para que sea mostrada de inmediato, no hay ningún idioma oficial. En cambio, en España, país en el que las facturas de la Administración no se muestran, hay muchos idiomas oficiales. La conclusión es obvia. Estados Unidos es un país con larga tradición democrática y España es un país en el que nos dicen que hay democracia y algunos se lo creen, pero que está lleno de dictadores que gustan de imponer cosas a los demás y encima dicen que nos hacen un favor y también hay gente que se cree esto.
No es un favor que se empleen dinero de los impuestos y energías en imponer algo a los niños (el mayor tesoro de un país) que en el futuro no servirá para nada a la mayoría de ellos.
Me parece muy bien, e incluso de suma importancia, que se protejan algunas costumbres, no todas, y las lenguas vernáculas, pero de que se protejan a que se impongan va un trecho muy largo.
Se puede proteger una lengua otorgando algún tipo de premio a quienes la elijan y la estudien con aprovechamiento.
Creo que cada alumno, o sus padres mientras no llegara a una determinada edad, debería tener libertad para elegir dos lenguas, como mínimo, de entre las que tuviera en oferta su centro, para sus estudios.

'Los penúltimos días'
'Pícaros, ninfas y rufianes'
'Los desorientados'
'Anécdotas de la Historia'
'La Biblia contada a los niños'
'¿Estás bien?'
'Imagino historias fantásticas'
'Las fabulosas aventuras del caballero Zifar'


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