Elvira Roda es una valenciana a la que ha sorprendido una enfermedad rara. La sanidad española no sabe tratar esa enfermedad, por lo que tuvo que desplazarse al Centro de Salud Ambiental de Dallas, de Estados Unidos, único lugar en el que se trata esa enfermedad.
La sanidad española tiene la vocación de atender a todos y por tanto debe cuidar de Elvira Roda. Sus padres y ella misma, por otra parte, han cotizado a la Seguridad Social durante mucho tiempo. Si la sanidad española no sabe tratar la enfermedad de un ciudadano, debería correr con los gastos del tratamiento en otro lugar que sí supiera, en el caso de que existiese.
De momento, lo que ha dicho la sanidad valenciana es que se hace cargo del tratamiento de Elvira Roda una vez que regrese a Valencia. Pero el regreso ha de hacerse en condiciones especiales y a estas alturas a los padres de Elvira ya no les queda dinero. En un vuelo normal, el riesgo es muy elevado. La Generalidad Valenciana ha dicho que en todo caso los gastos del vuelo deberían correr a cargo del Ministerio de Asuntos Exteriores, que tampoco demuestra mucho entusiasmo por el asunto.
La Generalidad Valenciana apela a la ley para negarse a hacerse cargo de los gastos, pero la misma Generalidad no tiene ningún empacho en burlarse de la ley en el caso del Teatro Romano de Sagunto. Tampoco tiene ningún escrúpulo para gastar dinero a espuertas con todos aquellos asuntos que convienen a los designios de Camps, como la fenicia Academia Valenciana de la Lengua. Es posible que con el sueldo de uno o dos académicos bastara para pagar el viaje. A Camps le gusta ir a Roma a obsequiar al Papa y fotografiarse con él, pero tanta devoción no le hace recapacitar sobre las cosas realmente importantes en la vida. Él sabe qué cosas le convienen para lograr sus deseos. De ahí que trate de estar a buenas con la Iglesia y de ganarse el favor de los catalanes.
Afortunadamente, ha surgido lo inesperado. Francisco Hernando, el Pocero, se ha comprometido a costear el viaje. Es más, ha puesto su avión particular a disposición de Elvira. Conviene meditar sobre el asunto y valorar la cuestión como se merece.
La sanidad española tiene la vocación de atender a todos y por tanto debe cuidar de Elvira Roda. Sus padres y ella misma, por otra parte, han cotizado a la Seguridad Social durante mucho tiempo. Si la sanidad española no sabe tratar la enfermedad de un ciudadano, debería correr con los gastos del tratamiento en otro lugar que sí supiera, en el caso de que existiese.
De momento, lo que ha dicho la sanidad valenciana es que se hace cargo del tratamiento de Elvira Roda una vez que regrese a Valencia. Pero el regreso ha de hacerse en condiciones especiales y a estas alturas a los padres de Elvira ya no les queda dinero. En un vuelo normal, el riesgo es muy elevado. La Generalidad Valenciana ha dicho que en todo caso los gastos del vuelo deberían correr a cargo del Ministerio de Asuntos Exteriores, que tampoco demuestra mucho entusiasmo por el asunto.
La Generalidad Valenciana apela a la ley para negarse a hacerse cargo de los gastos, pero la misma Generalidad no tiene ningún empacho en burlarse de la ley en el caso del Teatro Romano de Sagunto. Tampoco tiene ningún escrúpulo para gastar dinero a espuertas con todos aquellos asuntos que convienen a los designios de Camps, como la fenicia Academia Valenciana de la Lengua. Es posible que con el sueldo de uno o dos académicos bastara para pagar el viaje. A Camps le gusta ir a Roma a obsequiar al Papa y fotografiarse con él, pero tanta devoción no le hace recapacitar sobre las cosas realmente importantes en la vida. Él sabe qué cosas le convienen para lograr sus deseos. De ahí que trate de estar a buenas con la Iglesia y de ganarse el favor de los catalanes.
Afortunadamente, ha surgido lo inesperado. Francisco Hernando, el Pocero, se ha comprometido a costear el viaje. Es más, ha puesto su avión particular a disposición de Elvira. Conviene meditar sobre el asunto y valorar la cuestión como se merece.
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