Dice, en un artículo que ha publicado en el diario Levante, que le asombra el gobierno de Zapatero, pero pide que no se le interprete mal, porque lo que le sorprende no es lo bien que hace las cosas, sino lo espectacularmente mal que lo hace. Y es posible que sea cierto lo que dice el bueno de Ricardo Costa, especialmente si quitamos la grandilocuencia con que lo dice.
Dice que el PSOE no tiene en cuenta a los ciudadanos valencianos como si el PP sí los tuviera. Para los políticos, los del PSOE y los del PP, los ciudadanos somos medios, mediante los cuales obtienen lo que desean. En el caso concreto de la Comunidad Valenciana es el PP el que decide lo que nos conviene a los valencianos, así que ni corto ni perezoso ha dispuesto que la Educación para la Ciudadanía se dé en inglés.
También fue el PP el que decidió crear primero e introducir en el Estatuto después, a la fenicia Academia Valenciana de la Lengua, que tanto dinero nos cuesta, sin que su existencia responda a ninguna necesidad ni sirva para nada bueno.
También fue el propio PP el que decidió que había que hacer un Estatuto nuevo, sin que la calle demandase tal cosa. Todo para la mayor gloria de la clase política. Son los políticos del PP quienes han decidido las recalificaciones futbolísticas, que desfiguran por completo la ciudad.
Al Partido Popular los ciudadanos le importan poco. Si ese partido respetara a los ciudadanos, cuando ocurrió el accidente del metro, el consejero responsable hubiera dimitido, para hacer patente ese respeto. Tampoco dimitió la consejera implicada cuando se incendiaron algunas residencias de ancianos. Y luego fue apartada del gobierno, pero por su adscripción al zaplanismo.
Los ciudadanos, por nuestra parte, tampoco salimos de nuestro asombro al comprobar que los políticos, inveteradamente, nos toman por tontos. Quizá lo seamos.
Dice que el PSOE no tiene en cuenta a los ciudadanos valencianos como si el PP sí los tuviera. Para los políticos, los del PSOE y los del PP, los ciudadanos somos medios, mediante los cuales obtienen lo que desean. En el caso concreto de la Comunidad Valenciana es el PP el que decide lo que nos conviene a los valencianos, así que ni corto ni perezoso ha dispuesto que la Educación para la Ciudadanía se dé en inglés.
También fue el PP el que decidió crear primero e introducir en el Estatuto después, a la fenicia Academia Valenciana de la Lengua, que tanto dinero nos cuesta, sin que su existencia responda a ninguna necesidad ni sirva para nada bueno.
También fue el propio PP el que decidió que había que hacer un Estatuto nuevo, sin que la calle demandase tal cosa. Todo para la mayor gloria de la clase política. Son los políticos del PP quienes han decidido las recalificaciones futbolísticas, que desfiguran por completo la ciudad.
Al Partido Popular los ciudadanos le importan poco. Si ese partido respetara a los ciudadanos, cuando ocurrió el accidente del metro, el consejero responsable hubiera dimitido, para hacer patente ese respeto. Tampoco dimitió la consejera implicada cuando se incendiaron algunas residencias de ancianos. Y luego fue apartada del gobierno, pero por su adscripción al zaplanismo.
Los ciudadanos, por nuestra parte, tampoco salimos de nuestro asombro al comprobar que los políticos, inveteradamente, nos toman por tontos. Quizá lo seamos.
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