Ha dicho Leopoldo Barreda, portavoz del Partido Popular en el Parlamento vasco, que Ibarretxe está los días pares con las víctimas del terrorismo y los impares vota resoluciones contra las torturas. Es un modo fino de decir las cosas. Evidentemente, el lendakari real es el de los días impares, puesto que no se puede ser las dos cosas al mismo tiempo. Esperanza Aguirre, por su parte, pidió a Zapatero –en vano, ya se ha visto- que no recibiera a Ibarretxe, por la ofensa que el Parlamento vasco hizo a los españoles y a la Guardia Civil.
Ibarretxe siempre utiliza a ETA, de un modo o de otro, consigue que siempre esté presente en la vida pública, con las consecuencias que de ello se derivan. La reprueba verbalmente, porque es lo socialmente correcto, pero luego la ayuda a sobrevivir, y gestos como el del Parlamento vasco lo demuestran. La obligación moral ineludible del gobierno vasco es la de acabar con ETA, por lo que su larga perdurabilidad es un fracaso y una vergüenza.
La resolución del Parlamento vasco demuestra que el PNV necesita a ETA desesperadamente; sin el pánico en las calles, teme perder las elecciones. El consejero Balza ha dicho que la resolución del Parlamento atiende a lo que piensa la sociedad vasca, echando así toneladas de inmundicia sobre ella. Menos mal que todos los vascos que conozco respetan a la Guardia Civil, no quieren torturas y anhelan que llegue el día en que desaparezca ETA. ¿Qué será del PNV entonces?
La actitud del PNV viene inspirada por Setién, o al menos éste la comparte. Setién sigue siendo obispo. Y tampoco ha sido excomulgado. Tampoco se ha visto que los obispos vascos se desmarquen expresamente del PNV. Deberían haber condenado enérgicamente esa resolución.
Ibarretxe, tras reunirse con Zapatero, se ha despachado con una serie de incongruencias y conceptos inverosímiles y en su discurso la palabra ETA ha sido la más usada.
Ibarretxe siempre utiliza a ETA, de un modo o de otro, consigue que siempre esté presente en la vida pública, con las consecuencias que de ello se derivan. La reprueba verbalmente, porque es lo socialmente correcto, pero luego la ayuda a sobrevivir, y gestos como el del Parlamento vasco lo demuestran. La obligación moral ineludible del gobierno vasco es la de acabar con ETA, por lo que su larga perdurabilidad es un fracaso y una vergüenza.
La resolución del Parlamento vasco demuestra que el PNV necesita a ETA desesperadamente; sin el pánico en las calles, teme perder las elecciones. El consejero Balza ha dicho que la resolución del Parlamento atiende a lo que piensa la sociedad vasca, echando así toneladas de inmundicia sobre ella. Menos mal que todos los vascos que conozco respetan a la Guardia Civil, no quieren torturas y anhelan que llegue el día en que desaparezca ETA. ¿Qué será del PNV entonces?
La actitud del PNV viene inspirada por Setién, o al menos éste la comparte. Setién sigue siendo obispo. Y tampoco ha sido excomulgado. Tampoco se ha visto que los obispos vascos se desmarquen expresamente del PNV. Deberían haber condenado enérgicamente esa resolución.
Ibarretxe, tras reunirse con Zapatero, se ha despachado con una serie de incongruencias y conceptos inverosímiles y en su discurso la palabra ETA ha sido la más usada.
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