Hay lectores de periódicos que tienen la costumbre de leer todas las cartas al director que se publican. Lo cierto es que proporcionan múltiple y variada información y a menudo son lo mejor del periódico. En el día de hoy va en Las Provincias una carta de Félix Garrido Gil. Este periódico no publica esta sección en la versión digital, por lo que no se puede enlazar. Se refiere a las cestas de Navidad con las que van a regalarse los diputados, a costa de los impuestos de los ciudadanos.
Los diputados siempre saben encontrar un motivo u otro para meter mano en la caja y satisfacer algunos de sus caprichos. Ya fueron motivo de escándalo los fastuosos regalos que hacía a los diputados el anterior presidente de las Cortes Valencianas. En la actualidad se gasta menos dinero en este concepto, aunque no se sabe si ha sido por decisión de la nueva presidenta o hay que achacarle la buena nueva a la crisis. Y no se sabe, porque en cuestión de dietas, por ejemplo, no sólo no ha habido ahorro, sino que durante el año 2007 se gastaron 206 000 euros, 130 000 más de lo presupuestado. De modo que lo del ahorro es más un anuncio de índole publicitaria que otra cosa. Por otro lado, no se entiende que se llame ahorro al hecho de no gastar el dinero de los ciudadanos.
Pero la carta de Félix Garrido Gil no sólo contiene la denuncia por el incalificable derroche, sino que además aporta ideas que no deberían caer en saco roto. Puesto que las cestas van a estar llenas de productos de la tierra, con la excusa de que con ello incentivan el consumo y ayudan a las empresas valencianas, el señor Garrido Gil propone que se entreguen a los necesitados. De hacerle caso, los diputados podrían tener la sensación de haber hecho algo útil por la sociedad que les vota y, sobre todo, les paga. No sólo incentivarían el consumo, sino que llenarían de optimismo a la población, al demostrar que se preocupan por la gente.
Los diputados siempre saben encontrar un motivo u otro para meter mano en la caja y satisfacer algunos de sus caprichos. Ya fueron motivo de escándalo los fastuosos regalos que hacía a los diputados el anterior presidente de las Cortes Valencianas. En la actualidad se gasta menos dinero en este concepto, aunque no se sabe si ha sido por decisión de la nueva presidenta o hay que achacarle la buena nueva a la crisis. Y no se sabe, porque en cuestión de dietas, por ejemplo, no sólo no ha habido ahorro, sino que durante el año 2007 se gastaron 206 000 euros, 130 000 más de lo presupuestado. De modo que lo del ahorro es más un anuncio de índole publicitaria que otra cosa. Por otro lado, no se entiende que se llame ahorro al hecho de no gastar el dinero de los ciudadanos.
Pero la carta de Félix Garrido Gil no sólo contiene la denuncia por el incalificable derroche, sino que además aporta ideas que no deberían caer en saco roto. Puesto que las cestas van a estar llenas de productos de la tierra, con la excusa de que con ello incentivan el consumo y ayudan a las empresas valencianas, el señor Garrido Gil propone que se entreguen a los necesitados. De hacerle caso, los diputados podrían tener la sensación de haber hecho algo útil por la sociedad que les vota y, sobre todo, les paga. No sólo incentivarían el consumo, sino que llenarían de optimismo a la población, al demostrar que se preocupan por la gente.
1 comentario:
Es un gasto muy excesivo, que reduzcan el precio de los lotes de navidad o que no las regalen.
Publicar un comentario