Se refiere el PSOE, de forma crítica, a la imagen de los jueces, por lo que considera una escasa sanción al juez del caso Mari Luz. La cuestión es que a la funcionaria que tenía que ver con el caso le ha caído un castigo muy grave y el del juez es bastante asumible. La música de fondo es que los juzgados trabajan con muy escasos medios y esta excusa que ha servido para el juez, no ha influido en el caso de la funcionaria. Quizá sea porque todavía hay clases en España. Unos están más protegidos que otros.
Pero si el error es achacable a la escasez de medios de los juzgados, quienes deberían responder cumplidamente por el error son los políticos encargados de dotar de medios a los juzgados y no se ha vislumbrado, ni pedido, y ni siquiera sugerido ninguna dimisión. Se conoce que todos los partidos políticos tienen algo de culpa y han decidido no pisarse. Por otro lado, como los jueces, desgraciadamente, dependen tanto de los políticos, no han desviado la mirada hacia ellos, quizá por no empeorar más las cosas.
Pero siguiendo el hilo de imagen de los jueces, conviene echar una mirada a lo que dice Alfonso González Guija, Juez decano de Bilbao, en declaraciones concedidas al diario El País. Le preguntan por las conversaciones de López e Ibarretxe con Batasuna y responde lo siguiente: “Entiendo, desde el punto de vista del sentido común, que la opinión pública considere una barbaridad que se pueda criminalizar a un político o al lehendakari por fomentar el diálogo para buscar la paz. Lo entiende todo el mundo.”
De modo que si alguien comete un delito, basta con ponerle a ese delito un nombre apropiado para que parezca otra cosa. Eso solían hacerlo los políticos, y luego se quejan de que los tomemos a guasa, pero en boca de los jueces la cuestión es más preocupante. Y sobre todo, y en el caso citado, insultante para las víctimas de ETA.
Pero si el error es achacable a la escasez de medios de los juzgados, quienes deberían responder cumplidamente por el error son los políticos encargados de dotar de medios a los juzgados y no se ha vislumbrado, ni pedido, y ni siquiera sugerido ninguna dimisión. Se conoce que todos los partidos políticos tienen algo de culpa y han decidido no pisarse. Por otro lado, como los jueces, desgraciadamente, dependen tanto de los políticos, no han desviado la mirada hacia ellos, quizá por no empeorar más las cosas.
Pero siguiendo el hilo de imagen de los jueces, conviene echar una mirada a lo que dice Alfonso González Guija, Juez decano de Bilbao, en declaraciones concedidas al diario El País. Le preguntan por las conversaciones de López e Ibarretxe con Batasuna y responde lo siguiente: “Entiendo, desde el punto de vista del sentido común, que la opinión pública considere una barbaridad que se pueda criminalizar a un político o al lehendakari por fomentar el diálogo para buscar la paz. Lo entiende todo el mundo.”
De modo que si alguien comete un delito, basta con ponerle a ese delito un nombre apropiado para que parezca otra cosa. Eso solían hacerlo los políticos, y luego se quejan de que los tomemos a guasa, pero en boca de los jueces la cuestión es más preocupante. Y sobre todo, y en el caso citado, insultante para las víctimas de ETA.
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