sábado, 11 de abril de 2009

Solbes, solo

Un joven muy prometedor y ambicioso fue asignado al gabinete del director general de su empresa, con lo cual sus aspiraciones tomaban cuerpo. Llevaba varias semanas en el puesto y se sentía muy seguro, cuando se presentó en el despacho de su superior con la carta de un cliente. Se la dio y cuando aquél la estaba leyendo, le explicó:
- Lo que quiere decir con esto…
- ¿Cómo? ¿Me está sugiriendo que yo no sé leer? ¡Salga de mi despacho inmediatamente, le respondió el director general.
El joven fue trasladado a otro departamento y tiempo después encontró acomodo en otra empresa, dado que en la primera se habían terminado sus expectativas.
Lo de De la Vega es peor. Solbes explicó en su discurso de despedida que había trabajado “con limitaciones”. Entonces la vicepresidenta aclaró que al hablar de limitaciones se refería a la crisis económica. O sea, que sugiere dos cosas, que Solbes no se sabe explicar y que los ciudadanos no sabemos entender.
Pajín ha puesto las cosas en su sitio, por si no lo estaban ya, en su blog. Al referirse a la remodelación del gobierno, habla de todos los intervinientes, los que dejan el cargo y los que acceden a él, excepto de Solbes. Si ha caído en desgracia, no se va a arriesgar ella a decir algo que pueda molestar a Zapatero.
Cabe la posibilidad de que, a la vista de los hechos, Solbes se haya arrepentido por no haber presentado la dimisión hace unos años. Parece evidente que él ponía la cara y poco más. Era vicepresidente, pero el presidente manda más y éste optaba por políticas diferentes de las de Solbes, que recibía críticas de todas partes por no hacer lo que se esperaba de él. Tanta paciencia, tanta obediencia para terminar así.

1 comentario:

Josito dijo...

Solbes era el dueño de la Caja, y, claro, todos los demás ministros sólo querían que les diera más y más y más, y Solbes se enfadaba...

Con la crisis ya no se pudo dar más, y Solbes, el incomprendido, a casa...