No se le ha ocurrido nada mejor a Vicente Rambla que decir que Carlos Fabra está indefenso, lo que, entre otras cosas, es una burla hacia quienes realmente lo están. Suelen los políticos dictar leyes y con ello han acabado su misión. Pero quienes no tienen otra cosa que la ley para defenderse están apañados. Pisotear o traicionar a los pobres suele salir bastante barato. Cosa que por lo visto desconoce el Conseller.
Por supuesto que Carlos Fabra, como todos, tiene derecho a la presunción de inocencia. Pero también los jueces que le han imputado merecen que se respete su labor. El acusado puede acabar siendo absuelto, pero también puede ocurrir lo contrario. Referirse, como ha hecho Camps, a la autoridad moral de Fabra antes de que se celebre el juicio es un menosprecio a los jueces y los contribuyentes que pagan los sueldos de los jueces y de los políticos. Camps no hubiera dicho jamás esta frase si no tuviera la certeza de que ocurra lo que ocurra con Fabra no tendrá consecuencias para él. La impunidad revolotea juguetona entre los círculos políticos.
Lo que debería hacer Rambla es exigir al gobierno que ponga los medios que sean necesarios y luego hacer que el gobierno valenciano cumpla en la parte que le toca.
La abrumadora mayoría con la que ha sido elegido tampoco es un dato que favorezca al PP. Cuando la discrepancia no se muestra a las claras queda de manifiesto con ello que el partido se dirige con puño de hierro. Como ha recordado el propio Camps, Fabra tiene muy buena memoria y también una peculiar forma de vengarse.
Naturalmente que yo deseo que Fabra salga absuelto, para un ciudadano no resulta nada alentador que un político sea condenado. Lo que queremos los ciudadanos es que los políticos sean personas ejemplares. Por lo mismo, sería muy conveniente que dimitiera de su cargo y abandonara la política. No debe de tener problemas financieros puesto que dicen que tiene mucha suerte en la lotería. Dejar la política en su caso es lo más recomendable. Falta que lo comprenda.
Por supuesto que Carlos Fabra, como todos, tiene derecho a la presunción de inocencia. Pero también los jueces que le han imputado merecen que se respete su labor. El acusado puede acabar siendo absuelto, pero también puede ocurrir lo contrario. Referirse, como ha hecho Camps, a la autoridad moral de Fabra antes de que se celebre el juicio es un menosprecio a los jueces y los contribuyentes que pagan los sueldos de los jueces y de los políticos. Camps no hubiera dicho jamás esta frase si no tuviera la certeza de que ocurra lo que ocurra con Fabra no tendrá consecuencias para él. La impunidad revolotea juguetona entre los círculos políticos.
Lo que debería hacer Rambla es exigir al gobierno que ponga los medios que sean necesarios y luego hacer que el gobierno valenciano cumpla en la parte que le toca.
La abrumadora mayoría con la que ha sido elegido tampoco es un dato que favorezca al PP. Cuando la discrepancia no se muestra a las claras queda de manifiesto con ello que el partido se dirige con puño de hierro. Como ha recordado el propio Camps, Fabra tiene muy buena memoria y también una peculiar forma de vengarse.
Naturalmente que yo deseo que Fabra salga absuelto, para un ciudadano no resulta nada alentador que un político sea condenado. Lo que queremos los ciudadanos es que los políticos sean personas ejemplares. Por lo mismo, sería muy conveniente que dimitiera de su cargo y abandonara la política. No debe de tener problemas financieros puesto que dicen que tiene mucha suerte en la lotería. Dejar la política en su caso es lo más recomendable. Falta que lo comprenda.
1 comentario:
Querido Vicente: no se entiende más que la dimisión, si de ética estuviéramos hablando.
Saludos,
Diego
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