domingo, 12 de julio de 2009

Federico Félix, oportuno

A medida que transcurre el tiempo se va haciendo más evidente el fracaso de quienes participaron en la configuración política de España durante la Transición. La idea original de Adolfo Suárez, tendente a descentralizar la administración y a permitir el desarrollo y cultivo de las peculiaridades de cada lugar. Pero al permitir la arbitrariedad en el gasto, se permite la compraventa de votos. Y en este contexto, el AVE Valencia-Madrid siempre se posterga. En el caso de Aznar, porque tenía los votos valencianos asegurados. En el caso de Zapatero, porque no tiene nada que hacer en Valencia, electoralmente hablando.
Y esto último teniendo en cuenta la indecente filtración del sumario del caso Gürtel, su constante presencia en los medios y el estado actual de la cuestión. (Con todo, y diga lo que diga la simpar Rita Barberá, Francisco Camps debería dimitir y liberar con ello al partido de esa pesadilla. Aferrarse al cargo no es elegante, eso debería saberlo él. Una vez absuelto, como es probable que ocurra, es la hora del desahogo).
En estos momentos en los que hay tanto barullo que se corre peligro de olvidar lo fundamental. Por ello, Federico Félix ha estado muy oportuno al pedir que el AVE llegue a Valencia antes del verano de 2010. Y ya no lo hace con los argumentos tradicionales, sino que ahora apela directamente a la solidaridad y al sentido común. Si la economía valenciana es una de las que más sufren la crisis, con el consiguiente crecimiento del paro, el AVE lógicamente frenaría esa tendencia.
Los argumentos que se empleaban antes consistían en que la línea Valencia-Madrid del AVE era la más rentable de todas, según los estudios que se venían haciendo. Como también sería muy rentable la línea Valencia-Barcelona. Pero esas dos líneas, por aquello de la arbitrariedad que rige en la política española, serán las últimas en hacerse.

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