Tenemos mucha suerte, porque si el
coletas, marqués de Galapagar y conde de Villa Tinaja, fuera
inteligente nos podría haber metido en un lío mucho mayor. Pero es
burro, con perdón para los équidos, y se puede decir que aparte de
las técnicas bolcheviques, en las que tiene algún dominio, poco más
sabe hacer.
Dada su afición a vivir a costa de los
demás, siente un odio africano, del que va dejando muestra cada vez
que tiene ocasión, hacia quienes aportan algo a la humanidad,
llámese Amancio Ortega, o sean diputados de Vox, del PP, o de
Ciudadanos, a los que insulta con saña, aunque estos insultos a
ellos les han de saber a gloria.
Es tan torpe que hizo apología del
comunismo en el Congreso de los Diputados, como si los españoles
fuéramos bobos, como si no supiéramos que el comunismo es la
ideología que más muertes ha causado a la humanidad, la que más
daño ha hecho y sigue haciendo. En Venezuela, por ejemplo, por citar
un solo país. Pero es que, además, España forma parte de la Unión
Europea, que ha condenado al comunismo. Pronto tendrá que ir Sánchez
a pedir dinero y le responderán que mientras tenga comunistas en el
gobierno no le dan.
Es tan lerdo que siempre que tiene
ocasión muestra su voluntad de hundir a España, de arruinar a los
españoles, sin darse cuenta de que el porcentaje de españoles al
que puede engañar es claramente insuficiente para ayudarle a cumplir
sus propósitos. Hubo un momento en que parecía capaz de sobrepasar
al PSOE, pero esa posibilidad ya se esfumó para siempre. Ahora
necesita a los socialistas para estar en el gobierno, y a estas
alturas solamente uno de ellos estaría dispuesto a gobernar de nuevo
con Podemos. El que decía que no podría dormir si lo tuviera en el
gobierno y que seguramente ya no puede dormir.