martes, 31 de marzo de 2020

Desconcierto gubernamental

El cuadro de Enrique Senís-Oliver titulado El barco,
https://vientosdelasdosorillas.blogspot.com/2018/02/el-barco-por-enrique-senis-oliver.html, viene a representar de una manera bastante aproximada a este gobierno y a sus apoyos y seguidores. Digo aproximada, porque faltan los aprovechados, como Urcullu, y porque esta vez los altos poderes financieros sí se enteran. De hecho, están aterrados ante lo que se avecina. Los de Podemos están contentos y afilando las uñas, impacientes por asaltar el poder e implantar una dictadura como la venezolana.
En este gobierno parece que nadie tenga idea de nada. Ni de salud, ni de economía, ni de leyes. Y que lo único que les preocupa a sus componentes es que cuando pase todo, los que queden vivos, si queda alguno, les sigan votando.
El panorama es desolador. Es imposible no tener miedo en este estado de cosas. Un descuido de una persona cualquiera que pase cerca puede tener consecuencias graves. Por otro lado, nadie se cree las cifras oficiales sobre el coronavirus. Abona esta incredulidad el hecho de que según el Imperial College el número de infectados en España podría ascender a siete millones de personas, cifra que no habría que considerar como descabellada, sino que incluso podría ser mayor, y que en ningún casco conviene al gobierno que se sepa, puesto que vendría a desnudar el modo irresponsable en que se ha venido comportando todo el tiempo. Al mismo tiempo, conviene no olvidar que también el número de muertos por este motivo puede ser el doble o el triple del que nos dicen.
Y mientras la parejita más mal intencionada que se pueda imaginar goza con la ruina del país, porque espera que eso le facilite su intención de ‘asaltar los cielos’, otros van recopilando pruebas para ponerlas a disposición de los tribunales de justicia cuando llegue el momento.
Solo queda añadir algo que ya he dicho anteriormente y es que si esto llega a ocurrir con un gobierno del PP, al primer muerto los podemitas habrían saltado a la calle con la palabra asesinos en la boca.

lunes, 30 de marzo de 2020

El coronavirus y los viejos

Desde sectores nacionalistas se ha dicho que los viejos deberían abandonar la UCI para dar paso a los jóvenes.
No es extraña esta actitud, habida cuenta de que nacionalismo y generosidad son dos conceptos antagónicos, puesto que esta nefasta ideología se nutre del egoísmo y del odio. Es imposible encontrar una pizca de generosidad en el nacionalismo, y sin generosidad tampoco puede haber interés por la justicia; y sin éste la condición humana se resiente mucho, se está más cerca del animal.
¿Cómo se puede pensar que un viejo no tiene derecho a la vida? Todo ser humano lo tiene. Lo que ocurre es que a los nacionalistas no les importan las personas, sino sus ignominiosos designios. El nacionalista optaría a favor del anciano y en contra del joven en función de lo que pensara cada uno, y esa es una muestra más de degradación moral.
Una persona decente se puede dar cuenta de que a lo mejor el viejo está viviendo la mejor época de su vida y se ha venido a truncar por el egoísmo y la incompetencia del peor gobierno que podía tener el país en un momento tan delicado. Aunque podría ser peor la situación: Supongamos que gobierna el PP y que lo hace todo de modo impecable y que ha llegado a este punto con tan solo 400 muertos. ¿Cuál habría sido la reacción de Iglesias y Sánchez? Todos los que tienen una idea realista sobre ellos saben que habrían armado la de dios es cristo.
Ambos, el viejo y el joven, tienen derecho a la vida. Igual uno que otro. Y es el gobierno el que debería estar preocupado por no poder ayudarles a mantenerla por culpa de su desidia e incompetencia. Pero no, lo que les importa a ellos es otra cosa muy diferente. Ni uno ni otro da la impresión de que les duela la muerte de alguien más allá de la repercusión que tenga en unas hipotéticas nuevas elecciones.

domingo, 29 de marzo de 2020

El confinamiento es un error

Hay que volver al principio. China reaccionó tarde al coronavirus, ya que al principio se negó a reconocer su existencia. Cuando no tuvo más remedio que tomar cartas en el asunto, lo hizo con prepotencia, que es la tentación de las dictaduras, o sea, aislando a 60 millones de personas. Además, cerró las fronteras, pero el virus ya se le había escapado.
Los países que sucesivamente fueron recibiendo la visita del coronavirus, reaccionaron de forma mimética en muchos casos. En el español, además, culposamente tarde, porque este gobierno no está diseñado para gobernar, sino para disfrutar del poder, por lo que necesita del relato y no podía prescindir de ciertos actos, ya que sin ellos ve en peligro su continuidad.
Las dictaduras pueden utilizar su poder sobre la población de la forma tan brutal con que lo están haciendo, pero las democracias deben buscar otras formas más imaginativas. No se puede parar un país como España del modo en que se está haciendo, porque luego se pueden morir más personas de hambre que por el coronavirus.
Los comercios que siguen abiertos al público emplean unas formas de protección que se vienen demostrando eficaces, y podrían emplearse en todas las demás empresas, con el fin de que no se detenga la economía.
Pero además de las mascarillas, los guantes y la distancia a guardar entre las personas, hay unas máscaras o protectores faciales en el mercado, que ofrecen una seguridad que quizá sea total. Esos protectores impiden además que uno se toque la cara. Es decir, se la puede tocar, pero no de forma espontánea o involuntaria. Con esos protectores y el lavado de manos con desinfectante cada vez que se toque algo sospechoso, el país, o sea, España, podría seguir un ritmo normal en casi todos los órdenes de la vida.
También hay unos test, hechos por una empresa española, que parecen efectivos y no son caros. 

sábado, 28 de marzo de 2020

Borrachas y solas

A lo mejor, trabajar en el ministerio de Igualdad es más peligroso para las mujeres que ir borrachas y solas por la calle, que ya es decir. Según cierta información, que es raro que no den todos los medios, la mayoría de las señoras que trabajan en dicho ministerio corrieron el riesgo de contraer la enfermedad porque no fueron informadas del positivo de la ministra que lo es en virtud de su situación conyugal.
Como bien saben sus promotoras, y todas ellas se las dan de demócratas, y lo son, pero de pacotilla, ese lema solo podría ser posible en un régimen dictatorial. En democracia no es posible, porque mientras haya un solo delincuente por la calle, nadie va seguro. Ni siquiera los policías armados. Incluso en los tiempos de Franco, los etarras, con quienes tienen tanta amistad los podemitas, hacían de las suyas. Y no solo los etarras.
Los delincuentes comunes eligen a sus víctimas en función del botín que puedan obtener y de la resistencia que se puedan encontrar. Una mujer borracha y sola por la noche es una presa fácil y hasta es posible que después no recuerde nada.
Todo eso lo tienen que saber ellas, por muy torpes que sean. La pregunta que surge a continuación es: ¿por qué lanzan entonces este eslogan Por nada bueno, lógicamente. Estas personas lo tienen todo. Me refiero a todo lo negativo. Son maleducadas, malintencionadas, egoístas, aprovechadas, etcétera. Es una inmoralidad que los españoles tengamos que pagarle el sueldo a una persona, como es la ministra de Igualdad, que nunca hará nada en provecho de los ciudadanos.
Algún día se tendrá que acabar la situación que estamos viviendo, y es de esperar que entonces los supervivientes, si los hay, interpongan unas cuantas querellas con quienes teniendo la obligar de velar por la salud de los ciudadanos, en lugar de eso la han puesto en riesgo, por motivos egoístas. 

viernes, 27 de marzo de 2020

La premonición de Sánchez

Sánchez y su gobierno supieron desde el principio, o lo imaginaron, que no estaban preparados para enfrentarse al coronavirus. Por la parte socialista, era un gobierno diseñado para gozar del poder, no para servir a los ciudadanos, y para alargar su disfrute todo lo que se pudiera mediante el uso de la propaganda. Y también era consciente de que sus socios de gobiernos y demás aliados no pretenden más que aprovechar su debilidad para beneficio propio, no de los ciudadanos.
Ante esta realidad, siguieron volcados en la propaganda, aunque costara vidas, porque esto es lo que les puede permitir seguir teniendo el poder. Tenían un programa para aumentar el número de votos y no estaban dispuestos a renunciar a él.
La realidad se les ha echado encima, estropeándoles el relato. El modo en que echan balones fuera, y el hecho de que sigan recurriendo al relato y a las muletillas del tipo «extrema derecha», demuestra que se sienten culpables. En España no hay extrema derecha. El propio Anguita lo dijo. Lo que ocurre es que situar a Vox en ese punto les viene bien a muchos. Vox es una mezcla de nacionalismo y populismo, y a algunos no les conviene criticar al nacionalismo. Por otro lado, algunos indeseables venían situando al PP en la extrema derecha.
El gobierno intenta manejar la situación mediante el relato, es decir, el uso de la posverdad, y ha llegado a la cumbre de lo grotesco mediante el invento del lacambrismo, que significa, ni más ni menos, que reconoce que no puede dar la cara, sino que ha de recurrir a maniobras que dan mucha risa a quienes descubren la superchería.
La compra de test, con la posterior explicación de la embajada china, demuestra que nuestra salud está en manos de unos incompetentes. Excálibur mereció una querella, o intento de querella. Ahora los muertos llevan nombres humanos. Y los fallos en la gestión de la epidemia en España son muy graves.


jueves, 26 de marzo de 2020

Vivir con miedo

En estos tiempos que corren, hasta los que nunca hemos sido hipocondríacos, examinamos con recelo cualquier pequeña variación en nuestros organismos, de esas que se suceden a diario y que nunca las hemos tomado en consideración. Pero es que sabemos que el bichito que vino de China es muy taimado y aprovecha cualquier rendija para colarse. ¿Y si está en la bandeja de cualquier producto alimenticio que hayamos comprado? Por improbable que parezca hay que tomarlo en consideración, puesto que el número de infectados crece sin cesar.
Pero no es ese el único miedo, sino que hay otro quizá peor. El que se produce al pensar en todos aquellos que viven al día, porque no pueden hacerlo de otro modo, y que si no trabajan no tienen ni eso. Y también da miedo pensar en la situación que se producirá cuando se acabe todo, porque o el bichito acaba con todos o nosotros acabamos con él. Pero en este último caso habrá sido una victoria si no pírrica, casi, porque los daños que habremos sufrido en lo moral y lo material serán cuantiosos.
Mientras tanto, Tezanos y Torras, por citar a dos mamarrachos, siguen a lo suyo, sin darse cuenta de que el rollo de la posverdad se ha acabado. Queríamos hacernos vivir en un mundo ficticio, imponiendo cada uno su relato, a la trágala, sabiendo que eso no se lo podía creer nadie, pero tan poderosos se creían, y se siguen creyendo, que su osadía merecía, incluso, ser objeto de chunga.
Pero el virus chinito, entre tantas cosas malas, también ha traído una cosa buena, que es la verdad. Y la posverdad no tiene más opción que irse al carajo. Torras debería darse cuenta, pero se conoce que tiene el cerebro de avispas que le pican y no le dejan pensar. Tezanos hace lo que le mandan.



miércoles, 25 de marzo de 2020

Ataque a la libertad de expresión

Muchos recordarán que Pedro J. ofreció el espacio de Paco Umbral a Alfonso Ussía. Es fácil darse cuenta que si lo hizo fue para arrebatarle a La Razón sus suscriptores. El interesado no cedió a la tentación y continuó en su medio. Hoy, años después, ha obtenido el ‘premio’ a su fidelidad mediante la censura de un sensacional artículo suyo. Digo que es sensacional con conocimiento de causa, puesto que corre como la pólvora por las redes.
Una democracia, para serlo, ha de cumplir unos requisitos básicos: En primer lugar, necesita demócratas. Es decir, ciudadanos adultos, responsables y con criterio propio. En España se induce al sectarismo, no se lanzan ideas a los ciudadanos, sino consignas; no se enseña a respetar al adversario ideológico, sino que se le señala como enemigo.
En segundo lugar, necesita que el estamento judicial sea independiente. También el
Fiscal General del Estado. Nadie puede garantizar mejor el respeto a los vulnerables o indefensos que los jueces. Es, sobre todo, el necesario freno de la corrupción, puesto que el ser humano es corrupto por naturaleza. Cada vez son más fuertes los intentos de los sucesivos gobiernos españoles para controlar a los jueces, hurtando a los ciudadanos unas garantías que necesitan. Estos intentos, con el actual gobierno, son ya propios de las dictaduras. Dan vergüenza a quienes la tengan.
Y en tercer lugar, es absolutamente necesario que haya libertad de prensa. Que los medios, dentro de las medidas impuestas por leyes razonables y absolutamente democráticas, puedan publicar lo que quieran. El derecho a la información de los ciudadanos es innegociable. Es crucial tener en cuenta que quien paga, manda. Y esto es así porque en España son muchos los medios que sin las subvenciones tendrían que cerrar, y esto significa que obedecen quien les da de comer, y cuando es la Administración se incurre claramente en perversión. Los periódicos ya no fiscalizan al poder, sino que le hacen propaganda. Una estafa a los contribuyentes.