En realidad traiciona a toda España, porque si renuncia a hacer cumplir la ley, como ha hecho, España se convierte en una selva. De hecho ya es desde que está este gobierno.
La región del nordeste de España en manos de los nacionalistas va a la ruina y además de modo irreversible, porque al echar a perder varias generaciones de estudiantes, y no sólo eso, sus opciones de salir del hoyo disminuyen drásticamente.
El nacionalismo es una ideología que se nutre básicamente del odio y del egoísmo. Bajo estos condicionantes es lógico entender que no se puede ir muy lejos. El odio les lleva a querer erradicar la lengua española de Cataluña, lo cual es totalmente imposible. Llevan mucho tiempo intentándolo y cada vez se habla más, por la sencilla razón de que les resulta mucho más útil y práctica a sus habitantes.
Que el gobierno regional catalán haya encontrado el apoyo del español, también dominado por el odio en todos y cada uno de sus componentes, sólo redunda en perjuicio de los catalanes, y del resto de los españoles por lo dicho anteriormente, pero van a continuar sin poder conseguir sus propósitos.
La lengua española sólo podrá ser suplantada en Cataluña por la inglesa en el supuesto de que ésta se convierta en la lengua franca mundial, para lo que todavía falta algo, si es que se da.
Forzar a los alumnos a estudiar en una lengua por la que en la mayoría de los casos no tienen ningún interés, salvo que les hayan lavado el cerebro en casa puede tener como consecuencia que la olviden para siempre en cuanto puedan.
Lo que ocurre es que si los gobernantes catalanes se comportaran de un modo racional, de lo que saldrían ganando en primer lugar los catalanes, no tendrían excusa para estar chantajeando siempre al resto de España.