jueves, 18 de agosto de 2022

CCOO y UGT de CyL

 

Los sindicatos son imprescindibles en democracia, pero ya se encargó el avieso de Felipe González -aficionado a acompañar delincuentes a la cárcel y pronto tendrá ocasión de repetir- desactivarlos, como a los intelectuales, los jueces y todos los organismos que pudieran obstaculizar el libre albedrío de su potestad. Lo hizo con más gracia y disimulo que el actual presidente del gobierno.

Quien paga manda, y si quienes pagan no son los trabajadores los sindicatos no los van defender.

-Las cuotas de los afiliados no son suficientes para mantener a los sindicatos.

Pues entonces que vinculen las subvenciones al número de afiliados al corriente en el pago de sus cuotas. Que las donaciones del gobierno no sean arbitrarias, sino establecidas por ley y que sean las mismas gobierne quien gobierne.

Tal como están establecidas las cosas, se entiende que los sindicatos protesten por la sentencia que obliga a dar el 25% de español en Cataluña, porque a lo que van es a la caza de subvenciones, a obtener las dádivas de políticos.

Cuando gobernaba Rajoy protestaban por todo, y ahora que tenemos el gobierno más inepto de todos los tiempos, que hace trampas a ojos vistas, por cuya causa aumentan los suicidios, las depresiones, el paro, la pérdida de poder adquisitivo, callan.

Protestan en Castilla y León porque les han reducido las subvenciones, pero es que ese dinero que se llevaban ellos se destina ahora a cubrir necesidades apremiantes.

Cuando Zapatero llevaba al país a la ruina fomentando la construcción y la compra de viviendas cuando el mercado inmobiliario ya había explotado, como consecuencia de lo cual hubo que cerrar muchas oficinas, con el consiguiente despido de empleados y la pérdida de calidad del servicio a los menos pudientes, la quiebra de muchas empresas, el aumento espeluznante del número de parados, los sindicatos lo vieron venir, porque tienen buenos economistas, pero callaron.

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