Hay dos personas a las que los totalitarios, entre los que está Sánchez, tienen entre ceja y ceja, y no pierden ocasión para atacarlos, tenderles emboscadas, o insultarlos, directamente o por medio de los troles y los medios de comunicación que controlan mediante el dinero público, «que no es de nadie» según ministra socialista a la que nadie desautorizó. Y ya se ve que todo el gobiern0o y sus aliados piensan lo mismo, porque derrochan a manos llenas.
Todo el mundo sabe que esas dos personas a las que antidemócratas odian tanto son el Rey y la presidenta de la Comunidad de Madrid.
Dan en hueso porque Felipe VI sabe salir airoso, lo cual ha ocurrido todas las veces sin fallar ni una y al mismo tiempo ha dejado en evidencia a sus enemigos, que siempre quedan como unos patanes, ineptos y maleducados.
Con Ayuso les ocurre algo parecido, porque dada su índole dictatorial sólo están acostumbrados a tratar con mujeres sumisas y obedientes que a cambio de algo, de un ministerio u otro cargo, la dirección de una revista…, les consienten todo, incluso que les guarden la tarjeta sip, sin avisarlas de que las tienen, para protegerlas. La presidenta es una señora que se vale por sí misma, no se deja amedrentar y asume riesgos en defensa de los ciudadanos de Madrid, como es su obligación en virtud del cargo que tiene.
Los ciudadanos perciben eso, por lo que la vitorean y aplauden por donde pasa. Es una señora. Le cortó las coletas a Pablo Iglesias, que desde entonces sigue haciendo el ridículo, pero fuera de la política.
Fue cuando ella dijo: España, me debes una.
Claro que se la debemos. Y pronto le deberemos otra, porque también retirará al inepto que preside la nación, cargo al que ha llegado por su belleza física, porque no tiene otra cualidad. Todo lo que toca lo estropea. Antes de él funcionaba Correos, funcionaba la Renfe, funcionaba el INE, funcionaba el CIS, etcétera.
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