domingo, 14 de agosto de 2022

Las belorras

 

Son las más torpes del mundo y las hicieron ministras del gobierno de España. Así nos va. En la cola en todos los indicadores positivos y encabezando todos los negativos.

Dieciocho años estuvimos en mi casa sin subir las persianas de la terraza, todos los que vivió Misha, mi gata, por miedo a que se fuera. No lo habría hecho seguramente. Desde el momento en que se sintió parte de la familia, o de la manada según ella, no se habría ido. Pero nunca se puede estar seguro del todo y decidimos no arriesgar. Subíamos la persiana, sólo una, únicamente, si teníamos que salir a la terraza por algún motivo. Al entrar, la volvíamos a bajar.

Hace casi veinte años que murió y la recordamos todos y la echamos de menos. Era una gata muy elegante y sabía estar. Le gustaba la colonia. Cuando venía alguna señora a mi casa, se encaramaba a algún sitio para olerle el cabello. En cierta ocasión cayo un frasco de colonia al suelo y se rompió, desparramando todo el líquido. Se restregó a gusto sobre él. Se sentía importante en la casa, se le notaba en el gesto.

Compartió muchos años de su vida con una Yorkshire muy rubia, que pesaba menos que la mitad que ella. Un modo de ser y entender la vida totalmente distinto. No se entendían, pero se soportaban y a su manera se querían. Las dos formaban parte del mismo clan, y ambas eran queridas y respetadas. A la perrita la tuvieron que operar. La cicatriz transcurría a lo largo de su tripa. Y años después de la operación se quedó sorda y ciega. Y era feliz, porque le bastaba con ladrar para que acudiera alguien de la casa a darle lo que necesitaba. Cuando la tenía yo al brazo ya no necesitaba más.

Actualmente tenemos a Luna, http://perinquiets.com/mi-perrita/
Jamás ha mordido ni tiene intención de morder a nadie.
En cambio, me van a obligar a contratar un seguro, y no sé a cuántas cosas.

Manda en España gente que sólo piensa en hundirnos en la miseria.

No hay comentarios: