Creo que fue en la serie en que aparecía el pequeño saltamontes en donde apareció esa muestra de la sabiduría oriental que desde entonces cita mucha gente e incluso intenta llevarla a la práctica. La idea es esta: «Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio».
Aquí Castells, todo un ministro: «condenar a la gente a perder años de vida en un momento clave simplemente porque ha habido en algún momento un suspenso me parece totalmente injusto, elitista y es así como se va machacando a los de abajo y favoreciendo a los de arriba». Los demás ministros se lo han comido sin rechistar, porque tienen las tragaderas, dicho en fino, como un bebedero de patos. Para otro granuja, digo para otro ministro, las actuaciones del Tribunal de Cuentas son piedras en el camino. Tanto tiempo como llevábamos los españoles suspirando por la democracia y llegan estos.
Las dos Montero, o Montera, es difícil saber cómo decirles, porque una y otra desbarran y siembran la zozobra en el personal que está atento a la actualidad, porque hay otras personas que se hacen una idea de las cosas, que ni siquiera se acerca a la realidad, y dan por hecho que son como piensan.
Uno de los ministros se presenta como astronauta, lo admirábamos por este motivo y, a la vista de esa carita tierna que se gasta, hasta lo teníamos por buena persona. Pero ha resultado ser el Astronauta. Y con eso está dicho todo. Es mejor que haga caso al pequeño saltamontes y que calle.
Hay una que es de Cabra y otra en la que algunos habían visto indicios de sensatez y confiaban en ella. Y otra, del ámbito económico, toda obsecuencia. Nada extraño.
En el Felón, algunos ven indicios de autoritarismo. Lo nadie puede ver en él es nada que tenga que ver con las democracia. La impresión que deja cuando habla es que habría sido mejor que callara.