lunes, 30 de junio de 2008

No, no es gafe

El presidente del gobierno de España niega su condición de gafe, es más, dice que afirmarlo era una maldad. ¿Cómo se le puede considerar gafe siendo como es el primer presidente de la era democrática española que asiste a un éxito de esta naturaleza? Aunque él no está muy seguro de esto, dice que lo cree. Al menos, a tenor de su comentario, se puede entender que cree en la existencia de gafes, aunque no se tenga por tal.
Según cuenta Santiago González en su
blog, después del partido de España contra Rusia del 12 de junio de 2004, la vicepresidenta del gobierno llamó a El País para comentar que en el descanso del partido, muy nerviosa, telefoneó al presidente, el cuál le dijo que no se preocupara porque España iba a ganar, pero que tenía que entrar Valerón. Lo hizo y en el minuto 14 de la segunda parte metió el gol. La vicepresidenta quiso luego que toda España lo supiera y de ahí su llamada al periódico. Tal vez sea por eso por lo que está firme en su cargo y no le crecen los sebastianes como a otros.
Pero para goles los de Bibiana Aido, a la que se conoce que no le han dado presupuesto y anda metiendo bulla para que se note que está ahí, luchando por la igualdad, aunque cada vez que abre la boca da un susto a los demás ministros (y ministras), que han de andar al quite. Dice que la RAE es machista, porque tiene pocas miembras, pero en la red los que preocupan son los trolls, y también los hay del género femenino, ¿cómo les dirá? A algunos nos molesta que Pancracio Celdrán Gomariz, que acaba de sacar
El gran libro de los insultos, no tenga ninguna posibilidad de convertirse en académico y ministra lo que quiere es cambiar el idioma por la brava.
Zapatero no es gafe, ha venido para cambiar el mundo, para arrinconar al machismo, para que su generación cumpla su derecho a ver a la selección ganando un campeonato, para que algunos trasvases se llamen conducciones, para oponerse a la energía nuclear, para que las crisis sean opinables y, sobre todo, para que los españoles miren angustiados el mañana.

domingo, 29 de junio de 2008

A vueltas con la inteligencia

Es sabido que la inteligencia es lo mejor repartido que hay, puesto que todos están conformes con la que tienen. Y es posible que sea cierto y que todos tengamos suficiente y podamos sentirnos satisfechos. Lo que ocurre es que luego no se aplica, quienes se tienen por inteligentes observan la realidad condicionados por sus propios prejuicios y egoísmos, de modo que vivimos en una torpe sociedad de castas, en la que cada cual, con uñas y dientes, trata de conservar su posición, señal de que o bien piensa que otros se la pueden quitar haciendo trampas o de que la ha ganado haciendo trampas. Lluis Foix escribió hace meses un artículo, en La Vanguardia, en el que explicaba que los ascensores sociales debían funcionar. Semanas después, Jordi Pujol hacía lo propio en el mismo medio. Hay unos cauces definidos y complejos fuera de los cuales resulta muy difícil el progreso social.
Un prócer valenciano dijo en una entrevista, tiempo atrás, que había pagado al contado todos los escalones que había subido. Esta afirmación sugiere que quienes no han conseguido subir no deben esperar nada de él, puesto que no debe nada. O debía. Supe después que enviaba cada día a su portero a pagar la multa de tráfico por exceso de velocidad. Resulta contradictorio que alguien ponga o ayude a poner leyes y luego las vulnere. Otro prócer valenciano fue contratado por un empresario que se consideraba víctima de una injusticia, para que le defendiera en los tribunales. El prócer, al tener conocimiento del caso, montó en cólera, indignado por lo que, supuestamente, le habían hecho a su cliente. Ese mismo prócer recibió una llamada de auxilio de alguien humilde, que estaba siendo sometido, supuestamente, a un trato indignante, por parte de gente muy poderosa. El prócer traicionó al humilde. Hacer el mal en ningún caso puede considerarse inteligente, aunque quienes lo hacen puedan serlo.
Las personas no somos máquinas hechas en serie, cada una tiene su propia historia personal. A un pobre se observa a través de una plantilla. Si su comportamiento no se ajusta completamente a la plantilla, se le practica algo que quizá no se aparte mucho del asesinato moral. Es decir, se le cierra a cal y canto determinada puerta. A un rico se le mira de otra manera. Es muy fácil encontrar justificantes para los actos de un rico. Ésta, nuevamente, es una actitud torpe.

sábado, 28 de junio de 2008

Zapatero más Pepiño

Es conocido el refrán que dice “dime con quién vas y te diré quién eres”. De modo que para saber quién es Zapatero va bien averiguar con quienes se junta. Las posibilidades son muchas, Mariano Fernández Bermejo, Bibiana Aido, María Teresa Fernández de la Vega, Miguel Sebastián, Pedro Solbes, etc., cada uno de los cuales nos aportaría algún dato acerca del presidente. Sin embargo, hay un nombre cuyo titular, acaso por no haber sido nombrado ministro todavía, se imponga sobre el de los demás para este fin. Se trata, como es fácil adivinar, de José Blanco, más conocido por Pepiño.
Basta recordar a este fin, con qué pulcritud supo conservar en secreto sus preferencias por Obama frente a Hillary, con el fin de, según sus exactas palabras, no interferir en los más mínimo en el proceso electoral del Partido Demócrata estadounidense. Y hete aquí que los españoles -que algo vamos conociendo ya al personaje, por lo que pese a verlo siempre con el gesto circunspecto y severo sabemos que en el fondo es muy campechano y de ahí que se imponga el sobrenombre de Pepiño- nos compadecimos de inmediato de los habitantes de Kentucky, de Arizona, de Nebraska, que, sin duda, consultaban el blog de Pepiño, día tras día, para encontrar algún indicio que les permitiera resolver sus dudas sobre a quién debían votar. Pepiño los dejó solos, para que decidieran en conciencia. Una vez que ha habido ganador en el Partido Demócrata la cuestión cambia. No le importa que su influya a la hora de elegir presidente, a MacCain que lo zurzan, debe pensar el número dos del PSOE. ¿Por qué prefiere Pepiño a Obama? Lo explica en su blog: por primera vez un negro será candidato a presidente de Estados Unidos.
Cabría referirse a otro milagro que ha sido capaz de conseguir el tal Pepiño. Ha preferido que el candidato sea un hombre en lugar de una mujer sin que Bibiana Aido no haya reaccionado.
Y quizá haya otro motivo que explique también las preferencias de Zapatero por Pepiño. Cuando critica a la oposición lo hace de un modo maquinal, previsible, con ocurrencias sin gracia, y hueras de contenido. Y es en este modo de hacer automático y sin alma en donde el presidente encuentra su justificación.

viernes, 27 de junio de 2008

Sobre el manifiesto por la lengua común

La primera obligación de los políticos es cumplir las leyes, puesto que sin éstas no hay democracia. Si los poderosos hacen lo que quieren, hay que hablar de dictadura. España es un país en el que proliferan los demócratas de boquilla, quizá sea por eso por lo que nos ha costado tanto conseguir regirnos mediante un sistema democrático. Podemos darnos con un canto en los dientes, puesto que los métodos dictatoriales siguen vigentes. Son nuestros políticos quienes, en lugar de dar ejemplo y arrastrar a las gentes hacia comportamientos democráticos, se empeñan en burlarlas, en sortearlas o pasar por encima de ellas directamente. Da igual que esos políticos comulguen de manos del Papa, componiendo un gesto grave y devoto, o que alternen con obispos y cardenales, eméritos o con mando en plaza, que juren el cargo con su propia biblia particular o que lo prometan con toda solemnidad. Cuando llega la hora de actuar, se transforman y pasan a ser poderosos sin más y sólo atienden a aquellas razones que convienen a su poder, en cuestiones idiomáticas o en las que sea.
El “Manifiesto por una lengua común”, firmado por una serie de intelectuales no sometidos por medio de una nómina, es de una lógica aplastante; pero no debería haber sido necesario recurrir a estos extremos. Si los gobernantes españoles, tanto los del gobierno central, de ahora y de antes, como los autonómicos, hubieran cumplido escrupulosamente la ley y hubieran velado por los intereses de los ciudadanos, no hubiera hecho falta dar este paso. Porque a quienes se perjudica en primer lugar es a los estudiantes a los que se les niega la enseñanza en castellano. Ningún idioma tiene la culpa de que unos u otros políticos tomen decisiones inadecuadas. Está muy bien que se fomente el uso de las lenguas, de todas, porque cada una de ellas representa un modo de mirar la vida. Pero cuando el fomento de una supone menoscabo para otra, se pervierte el sistema. El español es la lengua vehicular de todos los españoles, por tanto debe ser oficial y tratada como tal en todos los lugares de España.

jueves, 26 de junio de 2008

El papel de Solbes

Ya estaba un buen número de personas aplastado por la crisis y el gobierno se empeñaba en negarla. Y no sólo negaba la crisis, sino que tildaba de catastrofista o antipatriota a quien usase esa palabra. La apacible y nada temerosa por lo que pueda venir imagen de Solbes servía para dar soporte a la postura gubernamental. Sin embargo, eran muchos los economistas de prestigio los que alertaban de la gravedad de la situación. Más adelante, el propio Zapatero aclaró la cuestión: “el pesimismo no crea puestos de trabajo”. Probablemente quería decir que el pesimismo no da votos. Ahora ya, con las elecciones ganadas y los problemas sobre la mesa y sin admitir más demoras, no hay más remedio que hablar de crisis.
Desde el mismo momento en que se dio a conocer la medida de los 400 euros encontró encendidas críticas por parte de todos los sectores entendidos en la materia. Pero la idea provenía de Miguel Sebastián, por lo que se mantuvo. Por cierto que cuando Miguel Sebastián fue nombrado ministro, Solbes se apresuró a puntualizar que el responsable del área económica es él, cosa que Sebastián admitió de inmediato. Acaba de reconocer ahora Solbes que la idea de los 400 euros no fue buena.
No hace demasiado tiempo, Manuel Pimentel, en su columna de Cinco Días, vaticinó que la economía llevará a Rajoy a la presidencia del gobierno. No esperaba, según su artículo, que el gobierno actual logre enfrentar con éxito la crisis. En su artículo de ayer, en el mismo medio, dice que el gobierno está improvisando, puesto que no esperaba la crisis. Otras voces autorizadas critican las medidas gubernamentales por insuficientes. Pero no son sólo insuficientes sino que, además, están tomadas a destiempo. Esta crisis debió haberse abordado como mínimo hacia la mitad de la anterior legislatura. El gobierno debió anticiparse a lo que se nos venía encima. Pero quizá lo que pretendía en aquel momento era exprimir el limón.
Puede decirse que Solbes está en el gobierno porque con su prestigio personal le otorga crédito ante los ciudadanos en las cuestiones económicas. Pero a la vista de lo que viene sucediendo y de que probablemente nunca le dejan hacer lo que desea, debería dimitir. Si no lo hace es porque le interesa más ser ministro que su prestigio, aunque extrañamente éste no mengua. Será porque en España se sabe que es lo que ocurre en la política.

miércoles, 25 de junio de 2008

El ayuntamiento de Valencia en la prensa de hoy

En la edición de hoy del diario Las Provincias figura una carta al director, firmada por Jaime Soler, en la que protesta de que las bicicletas circulen por las aceras con total permisividad por parte del ayuntamiento. Cuenta que una bicicleta que circulaba a gran velocidad por la acera de Botánico Cabanilles mandó al hospital a la hija de un conocido suyo. No me extraña, a mí ya me han atropellado dos veces, encima de la acera, aunque afortunadamente no me han mandado al hospital. Los ciclistas circulan a toda velocidad por las aceras de Valencia, a la vista de los guardias, y casi siempre pretenden que sean los peatones quienes se aparten. En cambio, el ayuntamiento impide que los niños, con sus mini bicis, pedaleen en los parques. Hay muchos sitios en Valencia en los que los niños pueden disfrutar de sus bicicletas, pero, desde luego en los parques es imposible. Aparecen de pronto, en cuanto un niño pretende dar dos pedaladas, los guardias del parque de Marchalenes, al que el ayuntamiento se empeña en llamar Marxalenes. El concejal Alfonso Grau dijo que algunos creen ver reminiscencias de la palabra marjal en la denominación del barrio en el que está enclavado ese parque. Pues que lea el concejal, si es que le interesa Valencia, los blogs del citado diario Las Provincias y se enterará de cuáles son esas “reminiscencias”.
La otra noticia del día tiene que ver con la deuda del ayuntamiento, que
crece sin cesar y ya es el segundo de España por este concepto. Bien es cierto que Madrid y Barcelona gozan de un régimen especial, del que ha quedado fuera Valencia. Pero, por otra parte, antes de las pasadas elecciones, la alcaldesa mandó una carta a los valencianos en la que, otras cosas, presumía del rigor presupuestario. Esto del rigor queda muy bonito, pero a lo mejor también sirve para que los pobres que planean pedir ayudas no se hagan ilusiones o para justificarse ante ellos. Pero el importe de la deuda más que al rigor presupuestario remite a pensar en algún tipo de megalomanía.

martes, 24 de junio de 2008

Acerca del gesto de El Pocero

No tengo más pretensión que la de decir lo que opino de cada uno de los asuntos que trato. Creo que eso no es malo. Da pistas a los demás. Si no supiéramos lo que piensan otros, andaríamos a ciegas por el mundo. No pone en mi perfil que me tenga por infalible, aunque procuro por todos los medios no equivocarme y, sobre todo, no decir nada diferente de lo que pienso. Sin embargo, cuando mis opiniones no concuerdan exactamente con el pensamiento de algunos que, acaso accidentalmente, las leen, ocurre que éstos se ponen furiosos.
El Pocero ha llevado a cabo un acto admirable. Puede decirse que ha salvado una vida. El sistema de salud español se veía impotente para conseguirlo, se desentendía del asunto y los plazos se terminaban. Francisco Hernando salvó la situación, salvó la vida a Elvira Roda y, atento a todos los detalles, ha quitado a ella y a su familia cualquier preocupación que tenga que ver con el dinero. Se ha hecho cargo, de forma vitalicia, de todos los gastos que conlleve su enfermedad y no contento con ello le ha asignado un sueldo hasta el fin de sus días.
Me hice eco de esto y únicamente de esto. No se puede negar que el gesto es admirable y digno de ser imitado. ¿Por qué no se pusieron de acuerdo Felipe González y José María Aznar, aunque sólo fuera por una vez en la vida, para hacerlo ellos? ¿Por qué no lo hizo uno de esos magnates que gastan su dinero en club de fútbol o baloncesto? ¿Es que Francisco Hernando es el único potentado de España? Desconozco la vida y milagros del benefactor de Elvira Roda, aunque algunas veces he visto su nombre en los medios.
Ignoro con qué finalidad ha llevado a cabo El Pocero su gesto. Sería una mezquindad atribuirle intenciones rastreras. Quién debe averiguar el fin último de sus actos es el propio actor. Quienes le critican las cosas que creen que están mal (y que yo desconozco, puesto que no he entrado a averiguar nada, ya lo hará la justicia en todo caso) también deberían aplaudirle las cosas que hace bien. Por mi parte, seguiré aplaudiendo las buenas acciones, aunque eso me cueste que me llamen cateto e ignorante, entre otras lindezas.

lunes, 23 de junio de 2008

Fidel Castro desprecia la medida de la U.E.

Con relación a la decisión de la Unión Europea de suspender temporalmente las sanciones contra Cuba, el dictador cubano mostró su desprecio por esta decisión, a la que calificó de hipócrita. Con ello vino a demostrar que desconoce por completo los conceptos. Ante esto, resulta inevitable pensar en los pobres cubanos que eran convocados (afortunadamente para ellos esto ya no puede volver a ocurrir) a escuchar las peroratas que, como se ve, no podían ser sino hueras y faltas de contenido. Esos larguísimos discursos no podían servir para ninguna otra cosa que no fuera mostrar lo sometido que tiene Fidel a su pueblo. Este modo de humillar a su pueblo es otra forma de demostrar que desconoce los conceptos. ¿Cómo cree que va a ser recordado? ¿Piensa que esos discursos habrán servido para que alguien cambie su comportamiento? La gente adoctrinada, por otra parte, cambia pronto de parecer. Tan pronto como le interese adoptar otra doctrina.
Cualquiera puede despreciar lo que le parezca o a quien le parezca. No cuesta ningún esfuerzo. Y nadie puede evitar ser despreciado injustamente; por tanto no pueden tenerse en cuenta estos actos. Cuestión aparte es ser o no ser despreciable. Este punto depende enteramente de uno, de las decisiones que toma ante las alternativas que se le ofrecen o que se busca.
La Unión Europea es francamente mejorable, claro, pero ¿quién es Fidel Castro para despreciar lo que hace? Un dictador que tiene presos en las cárceles por opinar de forma distinta a como él ordena. Un gobernante que ha logrado partir a su país en al menos dos mitades, una de las cuales ha tenido que abandonar su país, dejando atrás, muchas veces para no volverlos a ver, los lugares en los que transcurrió su infancia. Y no por necesidades económicas, sino por no ajustar sus convicciones a los deseos del dictador.
Puesto que hace tantas cosas con la finalidad de que la gente le odie, cabe la deducción de que Fidel Castro, en realidad, se desprecia a sí mismo.

domingo, 22 de junio de 2008

El Pocero, admirable

Ya ha regresado a casa Elvira Roda, la chica burbuja. Y lo ha hecho, como es sabido, en un avión particular de El Pocero, que es quien ha corrido con todos los gastos. La familia de Elvira ya se ha gastado todo lo que tenía, por lo que no podía hacerse cargo del viaje de vuelta. Tampoco podía pagar los gastos del hospital en Estados Unidos, en el que ha estado durante ocho meses. De modo que puede decirse que puede decirse, hablando con propiedad, que Francisco Hernando ha salvado una vida. Hay quienes presumen de haber levantado un imperio comercial, partiendo de la nada; o de haber logrado la presidencia de una gran empresa, habiendo comenzado desde abajo. Creo que salvar una vida es más que todo eso. Quien salva una vida demuestra con ello que tiene en cuenta al prójimo, que su vida no se mueve entre coordenadas egoístas.
Para entender la verdadera magnitud de su acto, conviene comparar la actitud de Francisco Hernando con la de los políticos. Éstos están en política, teóricamente, para resolver problemas de los demás. Sin embargo, en este caso, la Generalidad Valenciana se limitó a decir que en todo caso debía ser el ministerio de Asuntos Exteriores el que se hiciera cargo del traslado. El ministerio ni siquiera ha respondido al requerimiento. O sea, los políticos no han dado ningún paso para buscar alguna solución. Si adquiero yo esa enfermedad, me muero. Al parecer, hay varias decenas de afectados en la Comunidad Valenciana, aunque ninguno de esos casos alcanza la gravedad del que afecta a Elvira Roda. La sanidad pública valenciana no se hace cargo de todos los gastos. ¿Por dónde se le escapa el dinero a la sanidad? ¿Cómo procuran los políticos salvaguardar los intereses de los ciudadanos?
Francisco Hernando, el Pocero, no se ha limitado a traer a Elvira Roda desde Dallas. Se hará cargo de todos los gastos que ocasione la enfermedad de Elvira. Además, le ha asignado una pensión vitalicia.
¿Captará algún político la trascendencia de este acto? ¿Sabrá valorar alguno de los políticos la tranquilidad que ha proporcionado a Elvira Roda y sus familiares el Pocero? ¿Se acordará, algún político, de que hay otros afectados padeciendo penalidades?

sábado, 21 de junio de 2008

Aznar, lamentable

Se puede llegar a presidente del gobierno por una serie de circunstancias que lo han hecho posible. Por ejemplo, resultaría dudoso que Obama pudiera pensar en la presidencia de Estados Unidos si la de Bush hubiera transcurrido dentro de la normalidad, sin sobresaltos de ningún tipo. Evidentemente, en su caso, hay que tener en cuenta otras cuestiones, entre las que están sus grandes cualidades. Pero sin la excepcionalidad de la situación actual, éstas hubieran contado poco.
Para ser presidente hay que tener en cuenta al azar. Ser un caballero es más difícil. Todo corre por cuenta de uno. Aznar llegó a presidente de España porque previamente había logrado auparse a la presidencia de su Comunidad Autónoma y ahí resultó visible para Fraga, cuyo dedo lo señaló. Conviene recordar que se decía de Fraga que tenía muy mal ojo para elegir a sus colaboradores. Entre las cualidades de Fraga está la dar autonomía a quien ha señalado con su dedo. Conviene recordar aquella carta de Aznar, que pregonaba él mismo, en la que había presentado su dimisión sin fecha. Eran otros tiempos. Aznar ganó las elecciones, porque el gobierno de González ya era del todo punto insufrible, y comenzó con modestia pero terminó por ensoberbecerse. Enseñó su auténtica faz. Pura estupidez.
Más tarde, su dedo señaló a uno. Pero ese dedazo no era sin condiciones, como el que recibió él, sino que iba con hipoteca. Rajoy perdió las elecciones porque previamente Aznar, en una decisión caprichosa y en contra de todos, decidió aliarse con Bush en una aventura que no podía terminar bien. ¿Habrá ganado algo Aznar, personalmente, por este motivo? Tras el atentado del 11 M, Acebes, de común acuerdo con Aznar, se empeñó en tener una actitud perdedora, con la que se ganó la repulsa de los votantes. El hecho de que la actitud del PSOE en este asunto tampoco fuera digna no sirve de disculpa. La actitud noble, por parte de Aznar, de Acebes, de Zaplana, hubiera consistido en apartarse todos, o sea dimitir, y dejar que Rajoy hiciera las cosas a su manera. Poca mella pueden hacer, pues, los desplantes y desprecios de quienes nunca han sabido cuál era su lugar.

viernes, 20 de junio de 2008

Un plazo fijo, como pretexto

Esta semana he visto a Juan (que no necesariamente se llama así). Hace mucho que se jubiló pero de vez en cuando viene a Valencia y algunas de esas veces lo veo. Me cuenta que en el decenio de los ochenta, aunque no puedo precisar exactamente la época, porque la cuestión no era relevante, estaban subiendo los tipos de interés y fue a su banco a preguntar cuánto le iban a dar por su plazo fijo. Tenía cuatro o cinco millones de pesetas. Sé que entre cuatro y cinco millones hay una buena diferencia, pero es lo que me dijo. Sus palabras textuales fueron: cuatro o cinco kilos. Quien le atendió, persona muy cumplidora de sus deberes para con la Iglesia y con una abundante nariz, le espetó: ¡Así haremos grande a España!
Juan tenía una tienda de comestibles y todos los días se le podía ver a las tres y media de la madrugada en el mercado de abastos, intentando ser el primero, para ofrecer luego los mejores productos de la tierra a sus clientes. Por lo general, a las nueve de la noche, sábados incluidos, aún tenía la tienda abierta, la cual regentaba con su mujer. Horario casi como el de los chinos. El casi se debe a que los domingos sí cerraba. La tienda era además un punto de reunión, de modo que muchas mujeres acudían a comprar un paquete de café, un bote de mermelada o cien gramos de jamón que no necesitaban, para estar un rato de tertulia. Así que la tienda, además de para su uso propio, servía como elemento de cohesión del barrio.
Juan no tardó mucho en decidirse. En un instante pensó que ya hacía mucho por España con su trabajo y con su amabilidad para con la gente y que también debía hacer algo por sí mismo y asegurarse su vejez, por lo que optó por rescatar su dinero y llevárselo a otro banco en el que le dieran lo que pedía.
Cuando ya no pudo competir con las grandes superficies, se jubiló. Trató de tener sujeta a su clientela hasta que le fue materialmente imposible.


jueves, 19 de junio de 2008

Chorizos y políticos

El diario Levante-EMV lleva algún tiempo denunciando algo que debería hacer sonrojar a la clase política. Una empresa compró una nave por 7,2 millones de euros. Cuatro meses más tarde, la Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos iba a pagar 12 por ese mismo local. Todos los alcaldes y concejales, de diversos partidos, excepto el de Godella, que están en esa entidad aprobaron la compra. A pesar de que el diario Levante-EMV ha venido informando del asunto, y esa información es la que frustró la operación y, si no me falla la memoria, aparte del de hoy, le ha dedicado algún otro editorial, o por lo menos un artículo del director, los políticos no han dicho esta boca es mía. De su silencio sólo cabe interpretar que están esperando que se olvide el asunto.
A la vista de los escándalos que se vienen sucediendo en España, en los que el ladrillo tiene mucho que ver, sin que los políticos hubieran hecho nada de antemano para prevenirlos o erradicarlos, siendo así, por otro lado, que se acusaban unos a otros de corruptos, los ciudadanos tenemos derecho a preguntarnos si el porcentaje de chorizos entre los políticos es superior al general. En el caso de que fuera así, convendría determinar las causas. Suponiendo que ello se deba a que tienen muchas facilidades y la carne es débil, habría que preguntarles por los motivos por los que no han instaurado unos sistemas de control eficaces. Ellos, cuando quieren, saben hacer las cosas.
Y, por el mismo motivo, también tendríamos derecho a saber los ciudadanos si hay políticos que se han enriquecido durante el ejercicio de sus cargos. ¿Han aumentado sus patrimonios el Rey, Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar o José Luis Rodríguez Zapatero? U otros muchos, como Carlos Solchaga, o Eduardo Zaplana. En el caso de que el patrimonio de alguno haya aumentado, ¿podría justificarlo el interesado?

miércoles, 18 de junio de 2008

Toros en la calle

La vida diaria está plagada de injusticias y, por tanto, de crueldad. Ésta es la que hace posible que existan las corridas de toros. Pero si se suprimen las corridas seguirá habiendo la misma crueldad y se extinguirán los toros bravos. Esto es incuestionable y la prueba es que fuera de las ganaderías taurinas no hay ningún otro ejemplar. En la llamada fiesta nacional, la crueldad se lleva a cabo a la vista de la gente, lo que sirve bastante de freno. Porque, ¿cómo se controla el trato que reciben los animales domésticos? Y ya no los animales, sino los familiares a los que se considera un estorbo.
Vivimos tiempos en que se ha puesto de moda ser solidario, ecologista, etc., pero a menudo con poco esfuerzo. Abundan los ecologistas que van en coche a todas partes, los que olvidan latas de conserva vacías en cualquier lugar, y los anti taurinos que son incapaces de reprimir un comentario hiriente. Quien quiera reducir crueldad que hay en el mundo, debe comenzar por controlar la suya.
Tanta crueldad ambiental genera estrés y aun otras cosas peores. Como consecuencia, la gente, o parte de la gente, necesita descargar adrenalina. Uno de los modos de hacerlo consiste en correr delante de los toros en las fiestas de los pueblos. Aquí sí que no hay ningún lucimiento para el animal, es objeto de escarnio, befa y burla. El toro no tiene ninguna culpa de que haya gente que necesite correr riesgos, jugarse su integridad física y satisfacer el ego a su costa, incordiándolo, desorientándolo, importunándolo. Ningún alcalde se atreve a suprimir ese festejo porque sabe que eso le haría perder las siguientes elecciones. Sería cuestión, entonces, de que las directivas de todos los partidos políticos se pusieran de acuerdo y en cada ayuntamiento firmaran todos sus componentes la pertinente orden. Encontrar la solución a menudo es fácil.
La excusa que se suele poner no es tal. La tradición no justifica nada. Hay tradiciones que enorgullecen y otras que no dan más que vergüenza. Con estas últimas no cabe tener contemplaciones. Así como es frecuente y habitual ver pintores, músicos o poetas en las plazas de toros, no se verá ninguno de estos personajes en la suelta de vaquillas en los pueblos.

martes, 17 de junio de 2008

Los toros y Antonio Muñoz Molina

Como acostumbro a hacer cuando me refiero a los toros, aviso que jamás he asistido a una corrida en la plaza y que no tengo previsto hacerlo tampoco. He visto alguna corrida por televisión, aunque ya hace muchos años de ello. Aprovecho para decir que, al menos para mí, resulta mucho más grato escuchar a los locutores taurinos que a los del fútbol; creo que dominan, o por lo menos dominaban cuando los escuché, los recursos del idioma mucho mejor que los del fútbol.
La cuestión es que Antonio Muñoz Molina ha escrito un bello
artículo, como todos los suyos, en contra de los toros. Pero creo que se equivoca en algo. Habla de su niñez y dice que resultaba difícil que difícilmente podrían advertir la brutalidad del espectáculo quienes la experimentaban en sus propias vidas. Y aquí es en donde conviene señalar que la crueldad sigue presente en la vida y no sólo en España, sino bien repartida por el mundo. La crueldad entre humanos es mucho mayor que la que sufren los toros. Conviene añadir también que tanto en la época de la que habla, como en las anteriores y la actual, asisten a las corridas personajes del mundo de la cultura y de las artes, no sólo gente inculta como deja entrever. Más adelante se lamenta de que mentes selectas han decidido que las corridas de toros pertenecen a la alta cultura.
Comprendo que los nórdicos no vibren ante una corrida de toros. Sin embargo, hay bastantes nórdicos que son capaces de beberse todo el alcohol que encuentren a su paso y gritar como descosidos en el fútbol. Vaya una cosa por la otra.
No soy aficionado a la fiesta, ya lo he dicho, pero tampoco anti taurino. Creo que hay muchas crueldades en la tierra que merecen más atención que la de los toros. E incluso crueldades con animales. Por otro lado, el día en que no se celebren corridas, que llegará, se extinguirá el toro de lidia.

lunes, 16 de junio de 2008

Construyendo la Unión Europea

En un interesante artículo que publica hoy Las Provincias, Rubén Martínez Dalmau se extiende en juiciosas consideraciones acerca de la construcción de la Unión Europea y concluye recordando que el Banco Central Europeo es el único banco independiente del mundo y que el anuncio de Trichet de que cabía esperar una subida de los tipos de interés en un futuro próximo ha beneficiado a los bancos. El apunte es bueno y sirve para recordar la escasa convicción con se hace todo aquello que concierne a la Unión Europea. Se hace porque la historia empuja, ya que es la única solución para hacer frente a los tiempos que vienen. No se explica a los ciudadanos, para que hagan suyo el intento, para que comprendan la importancia del asunto. Se entiende que sea así, porque, en lugar de atender a las cosas importantes, el PSOE y el PP están pendientes de aventajarse un partido al otro en las encuestas; Sarkozy parecía que sólo se preocupaba por Carla Bruni y de pronto aparece con la “idea” de las 65 horas; etc. Y así sucesivamente.
Por su parte, Juan Manuel de Prada, en Abc,
insiste en su conocida tesis de que la Unión Europea sólo se puede construir si se basa en la religión. Las ideas preconcebidas suponen siempre una rémora a la hora de discernir lo que conviene. Precisamente, habría que construir Europa a partir de unos ideales y con la intención de conservar, frente a aquellas potencias económicas que compiten con nosotros con ventaja, aquellos logros que tanto esfuerzo y tanta sangre nos han costado.. Dentro de esos ideales las religiones podrían desarrollarse perfectamente. Si la Unión Europea no avanza como debiera ni convence a los europeos no es porque se deje de lado la religión, es porque los dirigentes europeos no han visto las orejas al lobo todavía. Y eso que, como demuestra la ley de las 60 ó 65 horas, no está muy lejos.

domingo, 15 de junio de 2008

La fuga de Ascó

Hay una costumbre en los gobiernos españoles, y no sé si sería adecuado hablar de maldición, que consiste en que ante un problema promulgan una ley y ya se olvidan de él. Las consecuencias, a veces, pueden resultar dramáticas para unos pocos, con lo que al gobierno de turno no le afecta, puesto que no le hace bajar en las encuestas. He aquí, por ejemplo, los casos de mobbing inmobiliario. Si es sólo una familia la afectada, ante la tesitura de gastarse sus ahorros, si los tiene, en un juicio, que quizá pierda, puede optar por abandonar la lucha y tratar de encontrar otra vivienda. Si son varias las familias afectadas, puede que se unan y planten batalla.
El gobierno actual, por otra parte, ha mostrado su inoperancia en la huelga del transporte, a la que ha llegado tarde, aunque hay que agradecerle que no haya intentado cambiarle el nombre, como al trasvase que no era trasvase, ni a la crisis que no era crisis. Al gobierno actual le pilló por sorpresa la huelga, como antes había ocurrido con la falta de agua en Barcelona, o con la crisis a la que ha reaccionado tarde y mal. Nos dan 400 euros para fomentar el consumo y antes de que comience el reparto Solbes pide a la gente que se apriete el cinturón.
De la inoperancia del gobierno, que piensa que con hacer leyes ya ha cumplido, a veces, el perjuicio puede alcanzar a muchos. Así, por ejemplo, la fuga en la central nuclear de Ascó. ¿Cómo es posible que ante un hecho tan grave el gobierno no haya dispuesto de información inmediatamente? No ha dimitido ningún ministro, sin embargo. La obligación del gobierno debería ser no sólo la de imponer unas determinadas condiciones a las empresas concesionarias, sino la de vigilar ininterrumpidamente que se cumplan. Pero el propio Zapatero achacó el grave suceso a un error humano; y se quedó tan ancho. Luego culpó a la empresa propietaria, la cual debe pagar por ello y presumiblemente lo hará. Pero el responsable ante los ciudadanos es el gobierno. Y no se ve ningún deseo en él de purgar su culpa. ¿Son irresponsables nuestros políticos?

sábado, 14 de junio de 2008

La Unión Europea

El no irlandés ha vuelto a poner en el candelero a la necesaria Unión Europea. No son buenas las noticias que nos trae últimamente, pero quizá lo que ocurre es que todavía ningún país de los que la componen se la ha tomado suficientemente en serio. Da la impresión de que España es un país muy europeísta y que vota claramente a favor de la Unión, pero su política interna y las cuestiones en disputa ponen en entredicho tal supuesto. Sin embargo, lo que hay en juego es mucho más importante que las cuestiones internas que se debaten en los distintos países miembros. La globalización, las potencias económicas emergentes y el fenómeno migratorio pueden llevarse por delante los modos europeos de vida, conseguidos con gran esfuerzo y sacrificio.
Para empezar, no parece estar completamente dilucidado el criterio por el que se debe regir la Unión Europea. Los hay que caen en la trampa de buscar en el pasado la forja de una supuesta personalidad común europea, de una conciencia colectiva, camino que lleva a muchos sitios, en los que a veces convergen intereses particulares, y a ninguno en concreto que realmente sirva al bien común. Más acertado parecería utilizar el pasado únicamente para no repetir errores y pensar más en el futuro. Cabría centrarse entonces en aquellas cosas que realmente se quieren conservar y dejar de lado aquellas que no son más que pesadas cargas, rémoras en el camino.
Debería ser un ideario, y no el proceso histórico o la situación geográfica, lo que sirviera para aglutinar a los países de la Unión. Como es lógico pensar, que el ideario sea lo preferente y fundamental, no descarta los demás criterios, sino que éstos quedan en un segundo plano. Por mucho que Australia, pongamos por caso, compartiera los principios básicos europeos, no resultaría interesante que se uniera. Pero sí que resultaría muy interesante que esos principios fueran compartidos por otras alejadas naciones.

viernes, 13 de junio de 2008

Alfonso Guerra, al quite

Alguien tenía que hacerlo, puesto que las declaraciones de Bibiana Aido deberían haber hecho sonrojar a Zapatero. Evidentemente no ha sido así. No es que haber dicho “miembras” sea suficiente motivo para destituirla, sino que el hecho de que este palabro haya surgido de su boca sin impedimentos de ningún tipo demuestra su escaso bagaje para ocupar su cargo en el ministerio. Y no sólo eso, sino que además trata de defender su metida de pata con argumentos peregrinos y con prepotencia. ¿Cómo se atreve a tildar de machista a la RAE precisamente porque no admita este vocablo? El cargo se le ha subido a la cabeza y su osadía no conoce límites. Menos mal que su ministerio está vacío de contenido. Zapatero, no se ha sonrojado y si lo ha hecho algún ministro ha sido a escondidas. Para ser ministro hay que tragarse algún sapo de vez en cuando. Ha tenido que ser Alfonso Guerra entonces. A Alfonso Guerra no lo puede llamar al orden Zapatero.
Acaso arrastremos una maldición los españoles, aunque también podría ser un mal general. Durante su primera legislatura el gobierno de Aznar se comportó de forma humilde, porque se sabía en precario. Así que formando un grupo compacto y actuando con sencillez, logró grandes resultados, sobre todo porque no se esperaban. En la segunda legislatura, con mayoría absoluta, Aznar se soltó el pelo y entonces dejó al descubierto su estupidez. Los mediocres se parecen entre sí como gotas de agua y Zapatero también comenzó de forma humilde, atrapado por los de Carod, bailando la sardana con los de Maragall, para cambiarlos después por los de Artur Mas. Ahora ya se cree capaz de todo y trata de pasar por encima, incluso de Felipe González y Alfonso Guerra. No debería ser muy difícil, bastaría con que lo hiciese mejor que ellos. Dada su impotencia, echa mano de la prepotencia. Ellos no se van a dejar. Joseph Stiglitz, el Nobel de economía, dice que Zapatero es un pensador influyente. Sin duda que no conoce el refrán español que dice “dime con quién vas y te diré quién eres”. Zapatero va con Pepiño, Zapatero va con Bibiana. ¿Para qué más muestras? Guerra, saliendo al quite del palabro, se ha mostrado superior a Zapatero.

jueves, 12 de junio de 2008

Acerca de la huelga

Hay violencia soterrada en nuestra sociedad. Si se habla de violencia hay que entender que también hay crueldad. Esa violencia tiene su origen en la insatisfacción íntima, por las frustraciones de todo orden que produce el diario vivir. Es canalizada por distintas vías y siempre dirigida hacia otros. De ahí surgen la intolerancia, el dogmatismo, la persecución al disidente y el fanatismo. La gente que ha logrado la plenitud, que está satisfecha de su esfuerzo y que se sabe útil, no necesita incordiar a nadie, no precisa de la violencia. La violencia es propia de la gente incapaz de forjar su propia personalidad y que como mucho aspira a ser aceptada por un grupo. Interiormente, siente su fracaso por esta incapacidad suya para seguir el propio camino. Los conductores de masas aprovechan ese estado de cosas utilizándolas en su propio beneficio. Aquí los ayatolás, por ejemplo. Es decir, que no es desconocido para nadie. En situaciones extremas, como las guerras, la crueldad y la vileza se materializan de forma incontenible. Pero no es necesario que se produzca una guerra para que surja, cualquier situación descontrolada basta para que los más bajos instintos aparezcan. Entonces, el gobierno, ante la huelga, debería haber extremado las precauciones y tomado medidas para que los “piquetes informativos” pudieran “informar” en las debidas condiciones.
¡Ah!, pero nuestro presidente está entretenido sonriéndoles a la luna y al sol y simulando su peculiar ceja con los dedos, mientras se burla de las luchas internas del PP. Hablar de crisis es antipatriótico y el pesimismo no crea puestos de trabajo, explica. La gente, ante tal inoperancia, se impacienta y sale a la calle a gritar su descontento. Como resultado, al menos un muerto y un quemado. Si el gobierno se hubiera reunido con la oposición, para tratar de hacer un plan conjunto contra la crisis, la gente hubiera visto interés y preocupación y quizá no se hubiera producido la huelga. Comenzada ésta, el gobierno también ha tardado mucho en reaccionar. No se ha producido ninguna dimisión todavía.

miércoles, 11 de junio de 2008

65 horas

La Unión Europea permitirá que la jornada laboral se alargue hasta las 65 horas semanales y eso no tiene nada que ver con aquella vieja reivindicación, que tanta sangre costó, cuyo lema era “ocho horas para trabajar, ocho para la familia, ocho para dormir”. El gobierno español se ha abstenido, es el único que lo ha hecho, pero es que en España ya se hacen esas jornadas en muchos sitios, aunque sea ilegal. Asusta pensar lo que puede ocurrir cuando entre en vigor la ley. Se añaden medidas con el fin de que no se pueda presionar a los trabajadores para que acepten el trato. Acaso funcionen en Alemania o Francia. En España no, puesto que ahora tampoco se evita que se alargue la jornada laboral muy por encima de lo permitido.
El trabajador, en esta España nuestra, cada día está más desprotegido. Las técnicas del acoso moral cada vez están más perfeccionadas, la precariedad del empleo es creciente y las dificultades financieras mayores. El gobierno es inoperante, se limita a decir que el pesimismo no crea puestos de trabajo y que hablar de crisis es antipatriótico. Espera que haciendo gestos se resuelvan las cosas, o acaso pretende tomar el pelo a todos. Entre las ocurrencias de Zapatero está la de nombrar ministras que más que ayudar a las mujeres se proponen cargarse el idioma. Con esa falta de respeto a las normas no se entiende cómo pretende hacer cumplir las que afectan a su ministerio.
No se ve a los sindicatos por ninguna parte; por lo menos, no tienen la notoriedad que se espera de ellos en estos tiempos. La llegada masiva de inmigrantes no debería haberse traducido en una merma de las condiciones laborales existentes previamente. Si ha ocurrido es porque no se han cumplido las leyes. Una sociedad que no respeta sus leyes es una sociedad a la deriva. La tarea era titánica, pero probablemente ni siquiera se ha hecho ni el menor esfuerzo en este sentido. Los sindicatos siempre van por detrás de las cosas, a veces parecen enredados en luchas políticas que, evidentemente, no son las suyas. El mundo se enfrenta a problemas cada vez más complejos, que no permiten distracciones que, al final, se pagan muy caras. Sería conveniente que hubiera, al menos, un gran sindicato europeo. La Unión Europea no debería hacerse sin el concurso de los trabajadores.

martes, 10 de junio de 2008

El corcel y los forofos

El corcel no tiene por misión ayudarme a huir de los forofos, que ya dijo Fatima Mernissi en “Sueños en el umbral” que hay que mirar a los ojos a quien amenaza. La misión del corcel, aunque luego le daré nombre, es la de introducir la elegancia necesaria para comprender que decir que a Gallardón "le da igual que haya 200 muertos y 1.500 heridos con tal de llegar al poder" es un exceso verbal inadmisible. Cabe señalar que entre mis interpelantes, en distintos medios, ha habido alguno bastante comedido, y también ha habido algún otro cuyos modos son los propios de un matón de barrio, ante el que, en este caso sí, el caballo el caballo le vuelve la espalda y con paso majestuoso se va sin preocuparse más por él.
Cuando algo no me parece correcto y decido criticarlo, no miro de donde procede, así que aquí he criticado a personajes de todos los partidos, e incluso al Papa, y nunca me había ocurrido que apareciera tanta gente dispuesta a defender lo indefendible. De modo que si Losantos dice que a Gallardón no le importa tal, sus seguidores le creen a pies juntillas y la emprenden contra quien ose decir lo contrario. Pero si a estos forofos les interesara la Justicia, y no sólo lo que se ventilaba en el juicio del 11 – M, se hubieran solidarizado con María José Carrascosa, injustamente presa en EE.UU. Escribí, no hace mucho, un artículo sobre ella y dos sobre Peter Innes, su ex marido, al que no le importa verla sufrir en la cárcel. ¡Ah!, pero esas cosas no interesan.
Ken Kalfus, en un “Trastorno propio de este país”, demuestra que la crueldad de la vida cotidiana tiene poco que envidiar a la de los terroristas. En la vida de las personas inciden muchas circunstancias y condicionantes. También hay que tener en cuenta las opciones que ha elegido cada uno y las metas que se ha marcado. La mayor parte de las cosas que conciernen a alguien son desconocidas para los demás. ¿Cómo se me puede decir que Losantos en el futuro será reconocido como un gran periodista y a mí no me conocerá nadie? Sócrates no hizo nada para pasar a la historia. Si no lo hubieran condenado a muerte ahora no lo conocería nadie. Hay mucha gente que ha sido muy valiosa para los demás y no ha pasado a la historia y viceversa. Quien se aventura, entonces, a emitir juicios de valor sin necesidad viene a ser como ese al que Goethe definió como “tonto en la oscuridad que sólo vive al día”.
Hubo un
corcel que recorrió Valencia conmigo en el verano de 2005. Ese caballo no tiene nada que ver con lo que antecede pero su recuerdo me ha ayudado a escribirlo.