jueves, 28 de febrero de 2019

Reguant y Baños, esos dos

El Tribunal de las Aguas de la Vega de Valencia es el tribunal de justicia del mundo civilizado. Sus sentencias son cumplidas escrupulosamente. Eso es la civilización. Mientras que llegó a Valencia en el siglo X, en otros lugares todavía quedan salvajes que piensan que la ley es un estorbo.
Reguant y Baños se han negado a declarar, demostrando con ello que su grado de instrucción está muy por debajo de aquellos a quienes pretendían denigrar.
El juez les ha impuesto una multa de 2500 euros a cada uno como aperitivo de lo que les puede venir después.
Se están juzgando unos hechos muy graves y han sido llamados como testigos para que aporten toda la información que puedan dar. Tienen la obligación de colaborar con la justicia, como todo el mundo. Si los jueces les consintieran el caprichito de no declarar, ya no se podría obligar a nadie a declarar en un juicio. Por tanto, no tendrán más remedio que hacerlo y atenerse a las consecuencias y seguramente ir a la cárcel. El juez les ha dado una segunda oportunidad y conociendo el percal cabe aventurar que no la aprovecharán.
Sería de justicia poética que estos dos no quedaran sin castigo por los graves hechos que se juzgan, sino que acabaran en la cárcel y además por bobos.
Ese no parece que vaya a ser el caso de Rufián o Tardá, más torpes que ellos, pero también más despabilados. Esos viven a costa de quienes sí arriesgan (y luego sufren las consecuencias). Luego, con toda la cara dura, les niegan el saludo a algunos de los que sí se han pillado los dedos.
Donde no hay respeto a la ley no hay democracia y ellos mismos, con su frase «la democracia está por encima de cualquier ley», reconocen que se la han saltado y, por tanto, que no son demócratas. Lo que quieren entender por democracia no tiene nada que ver con la democracia.

miércoles, 27 de febrero de 2019

Decíamos ayer…

Pero no como el doctor ese que todos saben, que ya forma parte de las peores pesadillas en las que aparece bailando y ríe con esa risa maléfica fruto de su intención de llevarnos a todos a la ruina mientras él se procura la opulencia, como Maduro, sino de lo que dije ayer aquí mismo sobre Otegui, ese etarra.
Y es que se puede ser igual de vil, igual de miserable, igual de malvado, que un etarra, pero más no. Si los etarras fueran conscientes de la inmensidad del daño causado, de la intensidad del dolor producido, de los daños irreversibles hechos, no podrían vivir, preferirían morir a seguir vivos. Me refiero a que fueran capaces de ponerse por un instante en la piel de sus víctimas. No pueden, por eso pasean ufanos, jactanciosos, pendencieros, por las calles. Y quienes son iguales que ellos les aplauden, les admiran, les comprenden. Bildu apoya al gobierno del doctor y a los votantes socialistas no les parece mal.
Digo todo esto porque hoy he recibido una petición de Lola, una víctima del terrorismo, dirigida al pobre Marlasca. Lo tienen claro quienes confían en este otro bluf. Los detalles del atentado en el que murió el marido de la peticionaria están en el blog de Libertad Digital ‘In memoriam’. La entrada se titula ‘La emboscada a cuatro policías en Oyarzun, suicidio de otro y asesinato de dos policías más’.
Después de eso surge la inevitable pregunta: ¿cómo es posible que Marlasca esté en un gobierno apoyado por Bildu?
¿Cómo es posible que ETA tenga tanto apoyo popular? La realidad es que solo las buenas personas pueden estremecerse ante tanta maldad, tanta bajeza, tanta abyección. En el otro lado están los adoradores de Sabino Arana, sus cómplices y sus iguales.
¿Cómo es posible que las víctimas de ETA socialistas no pongan el grito en el cielo?


martes, 26 de febrero de 2019

Otegui, Otegui

Cierta persona que tuvo cargos en el PSOE -y supongo que si no los sigue teniendo no debe de ser por cuestiones ideológicas, sino por algún motivo más prosaico- se atreve a señalar a quienes escribimos Otegui sin falta de ortografía, como si eso fuera una falta de delicadeza con el sujeto.
Pues hay que empezar diciendo que Otegui es un etarra, que fue condenado y cumplió pena de cárcel por ello, que jamás ha renegado de su condición de etarra y sigue apuntándose a todo lo que pueda perjudicar a España, es decir, a los españoles.
La condición de etarra es la más vil de todas las que componen el arco humano. Se puede ser igual de vil que un etarra, pero no más.
Dicho todo esto, queda dar cuenta de una triste realidad, y es que son muchos los que se equiparan a Otegui y se abrazan y se fotografían con él. No solo la persona citada al principio, cuyo modo de pensar parece muy próximo al de Pedro Sánchez, puesto que su gobierno está apoyado, entre otros indeseables, por Bildu. Es una vergüenza para los españoles -y una puñalada por la espalda a la víctimas del terrorismo entre las que hay muchos socialistas, como, por ejemplo, Joseba Pagazaurtundúa-, que el gobierno esté apoyado por Bildu. Y ahí está Marlasca, en este gobierno infame, apoyando esta infamia. Hay víctimas del terrorismo que insisten en creer en él, pero se puede aventurar que hasta que no consiga desengañarlas no va a parar. Si Marlasca tuviera vergüenza no estaría en este gobierno, otra cosa es que sus antecesores en el cargo dejaran mucho que desear, pero ese detalle no lo hace bueno.
Con respecto a ese pájaro de cuenta llamado Otegui, es evidente que nada de lo que haya hecho él es bueno para nadie. 

lunes, 25 de febrero de 2019

De Boadella a Arrimadas

Los mismos que aplaudieron a Boadella cuando fue a Waterloo a burlarse del esperpento que guarda parecido con una fregona que se ha instalado allí critican a Arrimadas por hacer lo mismo.
Ni Boadella ni Arrimadas han dado carta de naturaleza a Puigdemont, sino que es la Generalidad de Cataluña, con fondos del Estado, bajo la mirada boba de Borrell, ese bluf, y la complacencia de Pedro Sánchez, ese felón, y los demás ministros y ministras, todos de cuota. Y todas.
La humanidad está en una fase crítica, como lo prueba el hecho de que Puigdemont no haya sido puesto todavía a disposición de las autoridades españolas, o que el mundo no pueda reaccionar frente a los desmanes de Maduro, y este es otro de los casos en los que Borrell hace el ridículo. No cabe duda de que González, el dios de aquellos socialistas de antaño, jugó sucio con él, pero también se va demostrando que las reticencias hacia su persona tienen fundamento. Borrell es un bluf, un esclavo de sus pasiones.
Que estamos en una fase crítica de la historia lo corrobora el éxito de ventas que está obteniendo ese libro ridículo y cursi en el que el presidente ocupa se reconoce como guaperas. Ni que fuera Tony Leblanc, Paul Newman, Alain Delon, Luis Miguel Dominguín. Los compradores de ese libro no tienen excusa. Ellos prueban que la gilipollez avanza a pasos agigantados y que conviene poner sumo cuidado en evitar el contagio. Las librerías están repletas de libros interesantes, libros con los que se puede pasar un buen rato y de paso aprender alguna cosa. Hay libros de San Juan de la Cruz, por cierto, y de Fray Luis de León. Libros en los que los autores se han volcado, han dejado en ellos su alma, su sapiencia, su arte.
Mientras tanto, en Waterloo hay un loco, que vive como un rey a nuestra costa, y los belgas lo permiten y lo aplauden.

domingo, 24 de febrero de 2019

El peso electoral de Cataluña

Puesto que por culpa de Aznar el PP está casi desaparecido de Cataluña, el voto de esta región resulta decisivo. Hay dos sectores en ella, el no demócrata y el demócrata. El primero está compuesto por aquellos que no respetan la ley, o sea, por los que están por civilizar.
El voto de este primer sector se lo disputan el PSOE (porque para Sánchez todo vale con tal vivir en la Moncloa), los podemitas (que ansían multiplicar el número de pobres) y los secesionistas, entre los cuales hay sus más y sus menos (entre quienes no respetan la ley ‘sus más y sus menos’ se traduce en puñaladas traperas, golpes bajos, y chantajes emocionales de todo tipo).
En el sector civilizado o demócrata, cuyos componentes son tildados de fascistas por los que están por civilizar, está prácticamente desaparecido el PP, porque este fue parte del precio que puso Pujol a sus votos y se le pagó sin rechistar, el asunto está entre Ciudadanos y Vox. El primero de ellos ha apostado fuerte eligiendo a Arrimadas como cabeza de lista por Barcelona, pero los votantes educados, respetuosos de la ley y con conciencia cívica, hartos de ser insultados, pisoteados y avasallados por los secesionistas, puede que se decanten mayoritariamente por Vox, por pensar que este partido les va a defender con más contundencia.
Los fundadores de Ciudadanos adujeron que no podían seguir votando al PSC, dada su deriva nacionalista, y que por nada del mundo votarían al PP. Jamás han explicado los motivos que les permitieron votar al PSC hasta el momento, porque este partido siempre ha sido nacionalista. Algo de nacionalismo hay también en Ciudadanos, puesto que pudo ser ideado y financiado en sus inicios por CiU para debilitar al PSC, tan poderoso entonces.
De modo que el ladino Pujol, sirviéndose de distintas técnicas, puede estar en la génesis de la desaparición de dos marcas electorales que fueron muy potentes en Cataluña.

sábado, 23 de febrero de 2019

Arrimadas a Waterloo

En la política nacional se lucha barrio por barrio, casa por casa, habitación por habitación, y quien se duerme pierde su escaño. No basta con ser un honrado y eficiente gestor, hay que lograr la fama para obtener el favor de los electores.
En este sentido, Inés Arrimadas ha dado con un estribillo que a ella le funciona muy bien: «La república no existe, señor Torraaa», esgrimiendo una risa y empleando un tonillo con los que da a entender que considera que el tal Torra está ido, y lo cierto es que no parece que esté en sus cabales.
En vista del éxito, quiere explotarlo en Europa, y especialmente en esa parte de Europa que se llama España, desplazándose a Waterloo para decirle algo parecido a ese prófugo que atiende al nombre de Puigdemont y al que los suyos le llaman el Mocho. O sea, Arrimadas quiere acrecentar su fama a costa de Puigdemont, cosa que a éste le viene muy bien, porque a lo que tiene pánico es a que lo olviden. No lo podrán olvidar nunca, cada vez que alguien empuña un mocho de verdad, o sea, un mocho útil, se acuerda de ese inútil.
El anuncio del viaje de Arrimadas no ha sentado bien en muchos sectores, porque en política lo que es bueno para unos es malo para otros. Nada que ver tiene el asunto con lo que es bueno o malo para los ciudadanos, sino que hay que entenderlo como exclusivamente relacionado con los intereses de los políticos y sus partidos.
Si los ciudadanos votaran coherentemente y tras analizar concienzudamente las distintas opciones todo sería distinto. Pero como todo funciona como en un circo, en función del espectáculo que ofrece cada uno y aquí el que no hace trampas está perdido, el viaje a Waterloo es una estrategia más sensata que otras, como las de Pedro Sánchez, por ejemplo.

viernes, 22 de febrero de 2019

Faltaba Mercedes Milá

Afortunadamente, no veo la televisión, por lo que me libré del bochorno de ver cómo se utiliza una cadena pública en beneficio de una sola persona, que para más cachondeo es el mayor felón de la historia de España, superando en este menester, por difícil que parezca, al mismísimo Fernando VII.
Ha traicionado y seguirá traicionando al Rey, que nos representa a todos los españoles, de todas las maneras habidas y por haber. Y todo eso con un desparpajo que sin duda ha de causar admiración incluso entre los de su propio gremio. No podía haber elegido a nadie mejor que a Mercedes Milá para este menester.
Anteriormente, como ya es sabido por todos, se sirvió de Irene Lozano para perpetrar esa obra, que, con toda seguridad, pasará a los anales de la desvergüenza. Hoy en día es suficiente con un clic para tener información de una gran cantidad de cosas, entre ellas algunas de San Juan de la Cruz y de Fray Luis de León. Que no lo hiciera explica que también pusiera en boca de Pedro Sánchez lo de «yo soy quien soy», como si estuviera ante la zarza, pletórico de vanidad, respuesta que además revela el íntimo desprecio hacia el taxista que le preguntó. Si tuviera educación le habría respondido con respeto: Sí, soy Pedro Sánchez. Y luego, como es tan burro, en lugar de ocultar el episodio, lo da a conocer en un libro del que, a lo mejor, dentro de cien años todavía se estará hablando de él. ¿Cómo es posible que este individuo llegara a la presidencia del gobierno de España?
Cabe la posibilidad de que el taxista conociera exactamente el episodio de la zarza y considerara la conveniencia de quitarse los zapatos y también es muy posible que Pedro Sánchez no hubiera oído hablar nunca de ella y que la respuesta le surgiera de forma natural y espontánea, dado su alto grado de egoísmo y de desprecio al prójimo.

jueves, 21 de febrero de 2019

Autorretrato de Pedro Sánchez

El actual presidente del gobierno, Pedro Sánchez, un doctor, con inestimable ayuda de Irene Lozano, a la que ya llaman la Negra, ha dibujado su autorretrato.
En lo más importante, o sea, el contorno y la materia de su tez, salta a la vista el énfasis que pone en su sintonía con el Rey, al que le atribuye una gran simpatía hacia su persona e incluso predilección por su persona. Debería haber omitido esto, si fuera cierto, ya que es obvio que lo deja solo ante los insultos y los desplantes de sus aliados. Es difícil de creer que Felipe VI pueda sentir tanta afinidad como le atribuye el desvergonzado presidente actual del gobierno por alguien que con tal de conseguir el poder no ha dudado en aliarse con secesionistas, bildutarras y podemitas, todos los cuales lo atacan de forma inmoral, puesto que no de otra forma se pueden catalogar los argumentos que emplean.
Lo segundo que llama la atención es uno de sus intentos de ofender a Rajoy y de paso dárselas de intelectual (menudo intelectual: ‘decíamos ayer...’). El caso se da cuando afirma que cambió la prensa deportiva por al de información internacional.
Enternecedor resulta cuando se reconoce como guaperas y decide ir a programas de la telebasura, porque todos los votos valen igual. A pesar de su simpleza, se da cuenta de que es más fácil conseguir el voto de las personas incultas. Lo que calla es que tampoco hace ascos a los de los bildutarras.
La que se podría considerar como traca final está al principio. Es cuando dice que su primera medida como presidente consistió en cambiar el colchón, o sea, en ordenar que lo cambien, porque según el refranero, ‘dos que duermen en el mismo colchón acaban siendo de la misma opinión’. No había ningún peligro de que le contagiara la opinión de Rajoy, porque parece imposible que en el cerebro de Sánchez se instale ninguna opinión. Además, quien debe de dormir en el mismo colchón es Begoña. 

miércoles, 20 de febrero de 2019

Rull y Turull y la legitimidad moral

La experiencia demuestra, sin lugar a dudas, que el nacionalismo embota gravemente el cerebro y de forma irreversible. Me refiero a lo de Rull cuando le niega legitimidad moral al Tribunal Constitucional.
Al poner las palabras Rull y Turull una detrás de la otra puede ocurrir que alguien piense que se trata de un chiste gracioso o de una broma malintencionada, pero no es así, sino la síntesis de lo que ocurre en Cataluña, en donde la confusión y la locura están a la orden del día. Allí, y hasta donde alcanza su insania, todo se ve de modo distorsionado. Como les ocurre a quienes beben más de la cuenta.
Una buena parte de los catalanes, y sobre todo los del cogollo del meollo, o sea, los de la seba (seba=cebolla) según ellos, creen en el derecho al lloriqueo, que es el cacareado ‘hecho diferencial’, que significa que desde Felipe V los borbones les vienen favoreciendo y que, por tanto, tienen derecho a reclamar más privilegios.
Desde el momento en que tienen un cargo forman parte del Estado y cobran un sueldo, al que no renuncian, forman parte del Estado. Si luego se rebelan contra ese Estado que les paga, y hay que recalcar que no han renunciado a ese sueldo, esa rebelión es traicionera. Y si luego le niegan la legitimidad a ese Estado que les juzga por la flagrante traición no hay más que preguntarles, a ellos y a sus votantes, si son tontos o si creen que quienes ponemos el dinero, los contribuyentes, lo somos.
Su camino, si quieren la independencia de Cataluña, era otro y no ese en el que, dicho de modo llano y sin subterfugios, consiste en engañar a todos.
A Rull y Turull se les nota, de forma palmaria, la seriedad asnal.