'¿Quiere usted hablar mejor?'
'Sabiduría esencial'
'La llave del secreto'
'El estupor y la maravilla'
'Mil millones de mejillones'
'Camaleones, desmemoriados y conversos'
'Compañeras de viaje'
'No destruirán nuestra libertad'
La política que se sigue con los etarras resulta difícil de comprender. Aceptarla es más complicado todavía. Tras cada uno de los innumerables atentados cometidos por estos desnaturalizados sujetos, los representantes del gobierno, han compuesto el gesto más enfadado del que han sido capaces y a renglón seguido han dicho algo así: “se pudrirán en la cárcel”, “los cazaremos y todo el peso de la ley caerá sobre ellos”.
Luego, cuando ya los han cazado, juzgado y encarcelado, puede que uno se ponga en “huelga de hambre”, conviene entrecomillarlo, no vaya a ser que alguien crea que es cierto, y entonces se le cuida “para que no se muera”. Qué se va a morir, lo que hizo fue escaparse a Irlanda y allí sigue.
Otro que se estaba “pudriendo en la cárcel” era Rafael Díaz Usabiaga, al que han soltado para que vaya a darle a su madre unos cuidados que no necesita. Otros etarras han sido excarcelados porque padecían procesos depresivos o no podían dormir, presumiblemente se habrán curado todos del ataque de risa que les habrá dado. ¿A qué viene tanta solidaridad con los etarras? La Asociación Víctimas del Terrorismo, que ya consiguió librarse de Gregorio Peces-Barba, protesta por todo esto, como es lógico y razonable. Por cierto, Peces-Barba podría haber solicitado a quien procediese que antes de conceder cualquier privilegio a un etarra se solicitase la conformidad de AVT, cosa con la hubiera justificado su nombramiento como Alto Comisionado de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo.
La última noticia sobre esta cuestión es sencillamente aberrante. Los españoles vamos a pagar el tratamiento de fecundación in vitro a dos de esos repugnantes etarras, concretamente a Fernando García Jodra y Nerea Bengoa. ¿Habrán pagado ellos las indemnizaciones que les impusieron los jueces por sus crímenes? A lo mejor, las hemos pagado también los ciudadanos.
'Camaleones, desmemoriados y conversos'
'No destruirán nuestra libertad'
'Todo el amor y casi toda la muerte'
Rajoy anunció que apoyará a Camps diga la Justicia lo que quiera, y a mí me parece que lo que ocurre es que no se sabe explicar; por algo ha de ser que Zapatero le toma el pelo en todos los debates. Lo que ha querido decir probablemente es que no hay modo de que la Justicia condene a Camps y si lo hace, como mucho, le impondrá una pequeña multa.
Cuestión distinta es que, a causa de las filtraciones y también por el modo en que ha encarado el asunto, Camps esté quemado. Pero a lo mejor Rajoy no tiene a nadie para sustituirlo. ¿A quién iba a poner en su lugar? ¿A Rambla? ¿A Miró? Se habla mucho de Barberá, pero si ésta ocupase el puesto de Camps, podría diluirse. No es que fuera a hacerlo peor que Camps, que probablemente lo haría mejor, es que en este sitio sería muy difícil que lograse la enorme popularidad de que goza en Valencia.
Por otro lado, causa regocijo comprobar que quienes a diario desprecian a la justicia por asuntos graves, vean la paja en el ojo de Rajoy. Quienes no mostraron ningún reparo en vulnerar las leyes en el caso del Teatro Romano de Sagunto, recurren a ellas como sea para impedir que Valencia cumpla su sueño más que centenario de prolongar la avenida de Blasco Ibáñez hasta el mar. Quienes montan en cólera porque tres tribunales diferentes y en todos los casos por unanimidad han admitido a trámite tres querellas contra Garzón, exigen a Rajoy que defenestre a Camps. Y quienes lo exigen tampoco dan importancia al hecho grave que constituyen las filtraciones a la prensa. Y son capaces de exigir al Tribunal Constitucional que sentencie lo que ellos quieren. ¿Por qué no exigen la dimisión de Montilla? ¿Tendrán miedo de hacerlo?