Nada menos que miembro de honor de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Andalucía Oriental es lo que fue nombrado el cardenal Antonio Cañizares.
El interesado, en su discurso, que carece de méritos para dicho título, pero no renunció a él. Ni siquiera el hecho de que otro académico renunciara a causa de la indignación que le produjo su nombramiento, le hizo sonrojarse, ni entrar en razón.
Se aduce como su mayor mérito para el nombramiento su defensa encarnizada de la vida. Eufemismo que puede contener unas cosas y excluir otras. Lo que ocurre es que la postura que mantiene el tal Cañizares le ha servido para encumbrarse dentro de la Iglesia y acaparar cargos. De modo que ya estaba suficientemente recompensado, no era necesario denigrar a la ciencia y soliviantar a muchos científicos (habría que preguntarles a los que no se soliviantan).
Deben de haber cientos de miles de personas que defienden encarnizadamente la vida con riesgo y con mérito y no reciben más recompensa que la satisfacción por el deber cumplido.
En cuanto al tal Cañizares, uno de tantos cardenales que han conseguido que se les tome a chacota, su modo de pensar es tan pintoresco, por no decir otra cosa, que llegó a decir que es peor el aborto que la pederastia. Una animalada tan gorda y tan cargada de injusticia como las perpetradas por otros altos cargos de su institución.
Contra el aborto ha argumentado muchísimo mejor Julián Marías, que no ganaba nada por hacerlo. No obstante, admitiendo la tesis general de este filósofo, habría que ir caso por caso antes de soltar la sandez de Cañizares. Habría que ver qué perspectivas tiene cada mujer, porque es muy bonito teorizar, pero luego la realidad de la vida es la que es. La pederastia siempre es horrenda, aunque el pederasta sea un obispo.
'Anécdotas de la Historia''La Biblia contada a los niños'
'¿Estás bien?'
'Imagino historias fantásticas'
'Las fabulosas aventuras del caballero Zifar'
'El primer viaje de nuestra vida'
'La amante imperfecta'