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miércoles, 22 de enero de 2020

La relación de Sánchez con el PP

Aunque aparentemente las relaciones del presidente del gobierno con el PP sean iguales a las que mantiene con la verdad, hay algunas diferencias entre ambas.
La verdad para el Felón casi siempre es algo que se interpone entre él y sus deseos, lo que no cabe duda de que le irrita sobremanera. No le tiene ningún respeto y, por tanto, todo lo que digan él y los miembros de su gobierno, formado a base de falsedades y traiciones, hay que ponerlo bajo sospecha de falsedad. Sospecha que en la inmensa mayoría de las veces se demuestra fundada posteriormente.
Que el Felón odia al PP está más que demostrado. Tras el resultado de las elecciones, la opción más favorable para los intereses de los españoles y de los de él era la alianza con el PP, que le aseguraba un gobierno cómodo durante cuatro años y la posibilidad de volver a ganar las siguientes elecciones. Sin embargo, cegó esta vía inmediatamente y optó por los aliados más miserables del arco parlamentario, y esta composición del gobierno es sumamente peligrosa para España y para él, por mucho que crea que se ha asegurado el poder. Con esos socios no hay nada seguro.
De una persona que está dominada por el odio no se puede esperar nada bueno. Ha sido ingenuo por su parte que haya dejado ver tan claramente esta condición suya.
Ha dicho el Felón que «la derecha, cuando pierde el poder, tiene un problema y es que no asume la derrota electoral» y, obviamente, a todo lo que digan él o sus ministros, hay que aplicarle la norma de que seguramente está muy alejado de la verdad, como es evidente en este caso, porque quien toma las calles cuando pierde es la extrema izquierda, e incluso la izquierda que se sirve de los sindicatos.

martes, 7 de enero de 2020

Ser emocionalmente español

La idea es trasnochada y parecía destinada al reino del olvido, pero dado que vivimos unos tiempos en los que lo retrógrado vuelve, quizá haya que seguir teniéndola en cuenta.
Por supuesto que he sabido de ella a través de unos infames catalanistas, porque todos los catalanistas lo son, y la he visto en un titular de prensa, aunque llamar ‘prensa’ a panfletos doctrinadores, dados a tergiversar, mentir e inventar, es un ejercicio ciertamente atrevido.
He visto el titular, pero no he entrado en la noticia, porque no me gusta que me tomen el pelo y porque el concepto, en sí mismo, es significativo.
La única patria para los ciudadanos decentes es la justicia y el amor al prójimo y a la verdad. Uno puede vivir en el sitio que ha nacido o en otro, pero su obligación moral es la de contribuir al bien común, y eso es contrario a cualquier doctrina nacionalista, porque todas todas están edificadas sobre la base del odio y el egoísmo. Y después de explicar esto, tan obvio por otra parte, ya puedo decir que todos esos obispos, curas, cardenales y monjas y madres superioras, que han abrazado los nacionalismos vasco o catalán son sinvergüenzas, y el papa que se lo consiente también.
No se puede ser emocionalmente español, eso es estar mal de la cabeza. Uno es español porque vive en España, en donde paga sus impuestos y trata de ser útil a la sociedad. Pero más que español es un buen ciudadano, que es a lo que debe aspirar cualquiera. Un catalanista es un mal ciudadano, porque no intenta mejorar la sociedad en la que vive, sino hacer daño. Un catalanista, cualquiera de ellos, odia a España, menosprecia a España, y trata de hacerle daño a España, o sea, a los españoles. Un catalanista es un mal ciudadano y una mala persona.

jueves, 22 de agosto de 2019

Torturan a los toros en Cataluña

Hay personas, y no pocas, que sienten la necesidad de comportarse de forma cruel, como es costumbre en los cobardes.
Tengo entendido que Barcelona es la única ciudad de España en la que hubo más de una plaza de toros en funcionamiento, y concretamente fueron tres las que hubo. Paradójicamente, ya no se celebran corridas de toros en Cataluña, pero en el colmo del cinismo y la desvergüenza sí que se permiten los toros en la calle. Resulta repugnante saber lo que les hacen a esos pobres animales en la calle, con el único fin de satisfacer los bajos instintos de quienes se los procuran. No es fácil adivinar que haya espectadores asistiendo a esos ‘espectáculos’ sin inmutarse.
En el Reino de Valencia también hubo políticos degenerados que quisieron poner los toros en la calle en ese Estatuto nuevo que nadie pidió, y en el que un loco puso la fenicia Academia Valenciana de la Lengua.
El caso es que la fiesta de los toros en la calle es una de esas tradiciones indefendibles, que en el caso de Cataluña da lugar a verdaderas aberraciones. Y se entiende que sea así, porque allí se viene fomentando desde hace tiempo el odio a todo lo español, y cuando alguien odia odia de verdad. El odio no admite el fingimiento. Y tampoco tiene fronteras. Es decir, aunque solo se fomente el odio a lo español luego el odio se esparce a todo lo demás. También se fomenta en Cataluña la bestialidad y el desprecio a la ley. Se cumplen las leyes de la Generalidad, porque de no hacerlo viene multa, pero no se siente ningún respeto por la ley, porque se enseña y se insta a desobedecer las españolas.
Luego es lógico que toda esa furia, todo ese odio, todo ese pesimismo resultante del declive económico de Cataluña, se vuelque sobre los pobres animales a costa de los cuales disfrutan los más cerriles de los catalanes. 

jueves, 15 de agosto de 2019

La venganza

Cuando alguien disfruta causando daño a otra persona, e incluso planifica de antemano su actuación y luego no le importan, sino que le agradan, las consecuencias que su acción tiene sobre ella y su entorno, no cabe duda de que es una mala persona.
Esto sirve no solo para identificar a los otros que son malos, sino también a uno mismo, cuando concurren en sí dichas circunstancias. El ser humano necesita creerse bueno, y muchos lo logran sin excesivas dificultades. Véase, sino, el caso del despreciable Otegui. No todos son tan blandos como él en este aspecto, los hay con un nivel de autoexigencia mucho mayor.
Los hay que disfrutan haciendo el mal y por mucho que hayan hecho nunca tienen bastante y quieren hacer más y se procuran cómplices. Siempre son devotos de la diosa Impunidad. Su punto flaco es que necesitan seguir manteniendo la farsa en su mente, para poder seguir creyéndose buenos.
Para hacer el mal se necesita estar poseído por el odio, ese sentimiento silvestre, que brota espontáneamente, crece sin freno y puede acabar con todo vestigio de vida en el planeta, y para siempre. Un conocido mío, superdotado intelectual, reivindicó en la revista de la asociación su derecho a odiar. Se puede ser muy listo para unas cosas y muy tonto para otras.
El amor hay que sembrarlo, regarlo y cuidarlo, pero el odio crece sin cesar si se le permite. Hace daño a todos, pero sobre todo a quien lo siente. En la actualidad, han surgido organizaciones políticas que medran gracias a su arte en la explotación del odio. Lógicamente, pretenden el mal para todos.
La venganza es hija del odio y no sirve para nada más que para poner a quien se sirve de ella al mismo nivel de que le había agredido. Las personas civilizadas se sirven de la justicia, que no debería tener ninguna relación con la venganza. 

viernes, 1 de marzo de 2019

En la muerte de Arzalluz

La pregunta que cabe hacerse cuando muere un canalla es: ¿para qué tanta maldad? Arzalluz se ha ido, pero el daño que ha hecho queda. No hay que escape de la muerte y nunca se sabe cuando va a llegar.
Le pregunté a cierto sujeto, fallecido hace ya muchos años, qué era lo que ganaba haciendo el mal. «Un beneficio espiritual», respondió. De ese estilo era Arzalluz, un tipo que si tenía alguna inteligencia estaba deformada por el odio. A quienes más daño ha hecho es a los vascos, puesto que es entre ellos donde ha surgido la serpiente etarra a la que él se encargaba de alimentar proporcionándole coartadas y complicidades de las masas a las que embrutecía con su verbo. Porque el peor daño que ha hecho Arzalluz es envilecer a los vascos que se han dejado.
Sabino Arana era todo odio y todo torpeza y Javier Arzalluz daba idea de ser más inteligente, pero luego sus discursos, sus actividades venían a demostrar que su odio era tan grande que no dejaba respirar a sus neuronas, hasta emborracharlas. Un tipo que en sus tiempos de Alemania exhortaba a los españoles que vivían allí a hablar en alemán y no en español no demuestra ser muy inteligente. Del mismo estilo es aquel aserto suyo en el que dijo que prefería a un negro, negro que hable euskera a un blanco que lo ignore. Estaba tan loco como Sabino Arana, era tan racista como él, y sentía el mismo odio.
Quien se ha dejado colonizar por el odio no puede sentir amor. Estos dos sentimientos son excluyentes, por lo que su supuesto amor a los vascos era falso de toda falsedad. Una engañifa para bobos. Tenía el mismo odio a los vascos, a los que enfrentó a unos con otros e intentó, con éxito en muchos casos, inculcarles su veneno, que al resto de los españoles.

viernes, 23 de noviembre de 2018

El imposible de Nacho Torreblanca

Este es el tuit que puso Torreblanca: «Estimado pnique Eres científico y como tal tienes una responsabilidad a la hora de hablar de hechos. Sabes perfectamente que no hay correlación entre los dos hechos y, por tanto, no hay causalidad. Ni tener un rey mejora la economía ni la empeora. No manipules. 16:41 - 22 nov. 2018 https://twitter.com/jitorreblanca/status/1065620157656109058?s=21».
Es fácil comprender la dificultad de que se dé el caso. En el momento en que Echenique deje de manipular tendrá se verá obligado a demostrar su destreza en el ámbito de la ciencia y evidentemente las cosas no irán tan bien, porque si no fuera así, si realmente pudiera vivir bien de la ciencia, no tendría necesidad de demostrar su mala índole a cada momento, podría disimular esa depravación que parece connatural en él, pero no lo es, se ha tenido que hacer de ese modo voluntariamente.
El hilo ha surgido en esa red social a propósito de otra cuestión que ha suscitado de forma malévola, como es habitual en él, el jefe de Echenique, el singular Iglesias -singular en cuanto a descaro-, que cuestiona la utilidad de la monarquía, cuando lo que está por ver es la utilidad de Podemos.
Puesto que las redes sociales sirven de escaparate, basta con comprobar que lo que demuestran todos y cada uno de los simpatizantes de Podemos es odio y resentimiento. El coletas y sus secuaces se aprovechan de ese rencor de quienes no han sabido depurar sus emociones para vivir como reyes. Si consiguieran lo que pretenden, que es destruir el sistema, impondrían otro, equiparable al kirchnerismo, chavismo, castrismo, o similares, con los cuales podrían seguir viviendo como reyes, pero con un estatus superior al de ahora y, además, vivirían entre gentes realmente pobres, con lo cual la percepción de su riqueza sería incomparablemente mayor. No es lo mismo ser rico y vivir entre iguales, que ser rico y vivir entre mendigos. 

sábado, 30 de junio de 2018

A veces Pedro Sánchez dice la verdad

Cuando anuncia que va a subir los impuestos no miente. Tampoco lo hace cuando manifiesta su odio a la derecha.
Es decir, reconoce al odio como el motor de sus ambiciones políticas. Y eso también es cierto, porque es necesario sentir mucho odio para pactar con Bildu o Podemos, por citar tan solo a dos de sus socios de gobierno. Que personalice el odio en una opción política no es más que una maniobra de distracción. Cuando alguien odia lo hace de verdad. El hecho de odiar a otras personas simplemente porque se han adscrito a una opción política que no le satisface le impide hablar con propiedad de regeneración democrática, que sí que lo hace, pero en plan propagandístico. Entonces, para ser aceptado por él hay que elegir la opción política que sí le gusta, pero eso tampoco es una aceptación real, tampoco acepta a quienes optan por la izquierda, puesto que para aceptarlos les ha puesto condicionantes; si no dan, desaparece la aceptación.
Se sirve del sintagma regeneración democrática como eufemismo de imponer de modo dictatorial su criterio, de reafirmarse en el poder que ha conseguido de modo traicionero y contando con la complicidad de otras personas que ahora ya sabemos que son infames, aunque en bastantes de los casos eso no es noticia.
Se hace palpable el odio de Pedro Sánchez al mundo en su desprecio a la justicia, sin la cual no hay democracia, y en su tendencia al despilfarro, mediante el que pretende arruinarnos a todos y en su anunciada medida de aumentar los impuestos, con lo que conseguirá lo que sin duda quiere: generar mucho paro, quizá porque piensa que la gente desesperada, porque sus posibilidades de encontrar trabajo han desaparecido por completo, suele votar a la extrema izquierda, suele ser sensible a los mensajes de odio, al elegir la papeleta se guía por el resentimiento. Apañados estamos.
'2016.Año bisiesto' 
'El Parotet y otros asuntos'

'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Diccionario de elogios, piropos y voces galantes'
'Atlas del bien y del mal'

domingo, 8 de octubre de 2017

Bancarios independentistas

El día 3 de octubre cientos de empleados de banca, fanáticos, abandonaron sus puestos de trabajo y salieron a la calle a manifestar su odio a España y los españoles.
Hoy, 8 de octubre, muchos de ellos tienen su empleo en el alero. Sus entidades no van a tener más remedio que adelgazar sus plantillas, puesto que han perdido una gran cantidad de negocio. No voy a decir que se lo merecen, ni alegrarme por ello, porque no le deseo ningún mal a nadie, pero sí que recapaciten y se den cuenta de que su odio está injustificado, porque gracias a los españoles han tenido trabajo durante un tiempo y lo seguirían conservando si no se hubieran dejado contagiar ese sentimiento tan nocivo, que volverá a perjudicarles en el futuro si no se desprenden de él. Es curioso que haya catalanes que odian a sus clientes.
Sobre el hecho citado cabe preguntar que cómo es posible que los dirigentes de esos bancos permitieran que sus empleados abandonaran sus puestos para salir a morder la mano que les da de comer. Los dirigentes bancarios se ponen unos sueldos astronómicos, dicen que para que no se los lleve la competencia. Quieren hacer creer que son muy competentes, pero luego no son capaces de anticipar el estallido de la burbuja inmobiliaria, después tontean con los nacionalismos durante años, más tarde no saben sujetar a sus trabajadores a las sillas en las que deben estar...O sea, no son tan competentes. Sin embargo, despedirán trabajadores, pero ellos seguirán cobrando sueldos astronómicos todos los meses y quizá también bonus.
Además, están los sindicatos, que tienen economistas y abogados y otros profesionales capaces de analizar un abanico grande de situaciones que afecten a los trabajadores y podrían y deberían haberles dicho que esa guerra no es la suya. Ni aún en la mejor de las hipótesis los trabajadores ganarían nada con la independencia de Cataluña. No serían ellos quienes saldrían ganando, en el caso de que ganara alguien.