Quienes han denunciado a Sánchez, en nombre de Iustitia Europa, son abogados y saben hasta qué punto puede ser efectiva su actuación. Lo han denunciado ante el CGPJ, en donde cabe esperar que un buen número de sus componentes se regodee con ella, porque así está la justicia en España.
Los motivos que dan me parecen muy correctos todos y creo que cualquier presidente que hubiera dicho esas cosas y ahora leyera la denuncia correría a presentar la dimisión y pedir perdón públicamente a los españoles, pero no tenemos un presidente normal, sino un sátrapa que impuesto de las debilidades del sistema ha decidido utilizarlas en su favor. Desde fuera, parece que el PSOE sea una piña, porque fue organizado así desde el primer día, y luego, cuando Felipe González lo renovó procuró que esta característica permaneciera tal cual. Seguramente se ha arrepentido, porque ahora necesita socialistas capaces de actuar en conciencia, más que nada para salvar al partido, no a España, y por su parte Zapatero también anda haciendo de las suyas, pero no para salvar al partido ni a España, sino su propio negocio. A Zapatero le interesa que siga el PSOE, aunque sea en la oposición, a la espera de tiempos mejores, pero a Sánchez le conviene aguantar en el sillón hasta el último segundo del último minuto.
A Sánchez le importa un bledo Zapatero, no le importa nada González, ni tampoco siente la menor simpatía por el PSOE. A Zapatero no le importa nada el partido, ni tampoco Sánchez o González, pero el PSOE le sirve para llevar a cabo sus planes. A González lo único que le importa es el partido y que siga funcionando en los tiempos venideros.
Esta situación es la que hemos de soportar los españolitos de a pie. Hay una caterva de mangantes viviendo a nuestra costa, y sin que ninguno tenga idea de cómo resolver la situación. Por supuesto que hay que hacer grandes cambios, pero ya deberían estar el PP y Vox y parece que Feijóo y Abascal tampoco son estadistas.
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