Lo
que añoran algunos de la revolución francesa es la guillotina. No
hace falta señalar, porque todo el mundo sabe quienes son y además
se han manifestado hoy en Madrid. Moncho Borrajo ya les ha visto la
cara y ha escrito una carta sobre el particular.
Otros,
más decentes intelectualmente, piensan en la laicidad, que se ha
venido imponiendo en muchos Estados del mundo. Es curioso, en este
sentido, que el Reino Unido se declare laico cuando la reina de
Inglaterra es al mismo tiempo la gobernadora suprema de la Iglesia de
Inglaterra. Por el lado positivo se puede pensar que esta Iglesia no
discrimina a las mujeres, y por el lado negativo, aunque también
jocoso se observa que si un pirata sanguinario favorece a Inglaterra
tiene todas las bendiciones de su papisa.
En
el caso de España, considero un error, y así lo manifiesto en el
libro '1978. El año en que España cambió de piel', que en la
Constitución se le dé un trato especial a la religión católica.
No sólo es que no se le debería haber dado, sino que se habría
sido conveniente establecer una norma o ley por la que deberían
regirse las religiones en España.
Las
religiones deberían tener su ámbito de actuación perfectamente
delimitado y las autoridades deberían vigilar cuidadosamente el
cumplimiento de la ley.
Hay
muchas sectas que se disfrazan de religiones y captan a personas
desesperadas, que creen que en ellas está el cobijo que buscan.
Habría que hacer lo posible para evitar esto.
La
Iglesia católica está acostumbrada a tener mucho poder y en su
momento hizo lo posible para evitar que España se proclamara Estado
laico. Al papa Francisco se le vio el plumero cuando criticó a la
revista Charlie Hebdo, que no hace daño a nadie. Sólo publica
viñetas. El daño lo hace el fanatismo y a quienes lo fomentan
habría que considerarlos enemigos del pueblo.
'El color de los días''Molestia Aparte II'
'Conceptos de inteligencia'
'El paraje de Las Brujas'
'Teoría General de la Evolución Condicionada de la Vida'
'Escucho otra Cadencia en mi Memoria'
'Dos veces bueno'
'Cantar de Mío Cid'