domingo, 31 de marzo de 2019

El papa de Roma

Quiso recordar Bergoglio que hay hambre en el mundo, especialmente en los niños, pero lo hizo al modo podemita, como si señalara culpables. Dijo que la comida no es propiedad privada.
En mis tiempos, tirar la comida era pecado, por aquello de que era una falta de respeto y de caridad hacia quienes pasan hambre. Este papa no tiene aspecto de haber pasado hambre nunca. Hoy en día no solo se tira comida, sino también millones y millones en cosas que no repercuten de ningún modo bueno en los ciudadanos y que podrían y deberían servir para mejorar la situación de los desfavorecidos. Y hay obispos y curas que alientan y aplauden esos derroches e incitan a sus feligreses a ser egoístas, racistas y faltos de caridad. Me refiero, lógicamente, a esos obispos, curas y hasta cardenales, nacionalistas y a esas monjas, alguna de las cuales nos ha llegado desde la misma Argentina de este papa idiota.
En Venezuela, señor papa, hay hambre y sed, pero también hambre y sed de justicia. Pero no pueden esperar que se la satisfagan los podemitas. Al contrario, éstos lo que pretenden es multiplicar el número de pobres y hambrientos.
Para elaborar las materias primas con las que se hace la comida hay que trabajar mucho y estos trabajadores requieren un salario, porque ellos mismos necesitan comer y han de pagar la comida. De modo que ya vamos atisbando que la comida sí que es propiedad privada. En toda la cadena alimenticia intervienen muchas manos y sus dueños han de ser remunerados.
Quien compra un bocadillo y lo paga es el dueño de ese bocadillo. La causa del hambre no es esa, señor papa de Roma. Búsquela más en todos esos sinvergüenzas que apoyan causas injustas porque con ello logran que sus feligreses pongan más dinero en el cepillo. También le puede preguntar a Maduro qué es lo que hace con el dinero del petróleo.

sábado, 30 de marzo de 2019

Otegui pide el voto para Sánchez

¡Ojo al dato!, cabría decir, emulando a aquel Butanito que, como otros prestidigitadores, encandiló a la gente en tiempos pasados. ¡Ojo al dato!, que el etarra pide el voto para Sánchez y no para su amigo Iglesias.
Lo he sabido leyendo a Alfonso Ussía, que, pecando de redundancia, llama terrorista y etarra al pollo. Terrorista y etarra es lo mismo, basta con decir una de las dos cosas.
Evidentemente, tras esta noticia, todos los ministros decentes, astronautas o no, deberían dimitir. Ministros decentes. «Usted no es decente, señor Rajoy», le espetó, con la cara dura que le caracteriza, quien compite duramente en indecencia con el mismísimo Zapatero.
¡Qué van a dimitir! Ninguno lo hará. Ni ninguna. Pasarán todos a la historia y no lo saben. Y todas. Y si lo saben no les importa. Mientras puedan disfrutar hoy… Cuando llegue el mañana, y contemplen con perspectiva la catástrofe que han propiciado, dirán: sí, pero que nos quiten lo bailado…
Tampoco Alfonso Guerra o Felipe González se darán de baja del partido. La decencia… Esos chicos de Sevilla, como les llamaba Tierno Galván antes votarán a Sánchez que al PP. Su sentido de responsabilidad, su sentido de decencia, llegan hasta donde llegan.
Paco Vázquez sí que se ha dado de baja del PSOE. Le ha costado mucho, eso es cierto, pero al final lo ha hecho. Quizá con el tiempo se dé cuenta de que debería haberlo hecho antes.
Del mismo modo, cuesta mucho imaginar que Pedro Aparicio hubiera podido soportar tanta ignominia. Seguramente, habría salido por pies del partido en cuanto cristalizó el pacto con toda esa gentuza que sostiene al gobierno.
Rosa Díez, antigua socialista, hace tiempo que se ha descabalgado del sectarismo, si alguna vez estuvo en él. Su lucidez es notable, pero la lucidez no puede ser apreciada por los ciegos. Ni la decencia por los indecentes.

viernes, 29 de marzo de 2019

Problemas en Estados Unidos por la lengua española

Últimamente vienen surgiendo incidentes cuando algún estadounidense tocado del ala oye hablar en español y monta en cólera. Pero no solo ocurre en Estados Unidos, también en Inglaterra se han dado y se seguirán dando episodios similares, dado que hay una pandemia de estupidez.
Como estupidez puede catalogarse que el ser humano, voluntariamente, se recorte derechos sin necesidad alguna. Con lo bonito que es poderse expresar en la lengua que a uno se le antoje, si conoce más de una. Siempre y cuando se dirija a alguien que la entienda, claro.
El nacionalismo no trae más que males. Y entre los peores está el de que hace idiota a la gente. Ya se va viendo en Cataluña, en donde muchos votan en contra de sus propios intereses al optar por partidos políticos que no les van a traer nada bueno, entre otras cosas porque no pueden. Los partidos nacionalistas solo pueden traer hambre y miseria. También se vio en el País Vasco cuando salió publicado en los medios que uno de los tarados de allí se negó a ser intervenido quirúrgicamente porque el cirujano no hablaba la lengua heptamilenaria. Se trataba, lógicamente, de cirugía menor.
La gente estúpida cree que las lenguas tienen derechos. Las lenguas. Donde esté una lengua que se quiten las personas. Y esto no es una broma. Se gastan millones de euros en promocionar o difundir lenguas y dialectos, y ese dinero, por tanto, no se usa para satisfacer necesidades de las personas, a las que también, en muchos casos, se las obliga a aprender lenguas o dialectos que no son de su interés.
Se da el caso, además, de que Estados Unidos es un país de inmigrantes. Es muy difícil encontrar algún aborigen de ese país. Algunos de esos inmigrantes fueron llevados por la fuerza y luego machacados por el color de su piel. Convengamos en que esas maneras de pensar que originaron el racismo siguen vivas. 

jueves, 28 de marzo de 2019

Borrell, enojado

Hay que ponerse en situación para mejor entender el asunto. Borrell es un ministro español y accede a ser entrevistado en una televisión de un país aliado con el que tenemos muchos intereses en común, lo cual es posible gracias a la confianza mutua.
El ministro español accede a ser entrevistado porque espera que se le trate con el respeto debido por su cargo, dado que representa a los españoles. Y entonces el entrevistador traiciona esa confianza y mostrando una absoluta falta de respeto al entrevistado, a la justicia española y al pueblo español, en vista de lo cual el ministro español hace muy bien en marcharse.
Vivimos un momento histórico en el que el espectáculo se antepone a todo. La actitud de ese presentador o periodista alemán no tiene lógica alguna y los espectadores del programa deberían estar asqueados, por cuyo motivo tendrían que haber mandado muchas quejas a esa cadena de televisión. Pero a la vista de lo que viene ocurriendo en Alemania puede afirmarse que no hay ningún alemán que sea más serio, más formal y más respetuoso con las leyes y, por tanto, con el prójimo, como los jueces españoles, Lamela, Llarena, Marchena, que se vienen encargando de lo relacionado con los sinvergüenzas catalanistas. ¡Ya quisieran los alemanes y los belgas tener jueces tan buenos como estos! Y si hay algún alemán con sentido al prójimo es porque vive en España desde hace mucho y se llama Jacobi.
Quizá sea la primera y única vez en la vida que Borrell tiene la razón en algo, yo eso no lo sé. De lo que sí que estoy seguro es de que en esta ocasión la tiene por completo y de que la actitud de esa televisión alemana y la de sus espectadores es lamentable, insolente, grosera y censurable. Si la Unión Europea es esto, su porvenir tiene muy mal pronóstico.

miércoles, 27 de marzo de 2019

El fracaso de los abogados de la defensa

Me refiero, claro está, a los abogados de los presuntos golpistas, y al poner ‘presuntos’ me da la risa, porque el daño que han hecho es incalculable.
El fracaso viene dado porque ‘juegan’ a sentar las bases para un presunto recurso ante los tribunales europeos y han calculado mal sus fuerzas. Marchena sabe más que todos ellos juntos y los va poniendo en ridículo. Si fueran más finos habrían sabido calcular el punto exacto hasta el que podían llegar, ese en el que el buen presidente del Tribunal no habría podido intervenir. Por cierto, ya quisieran Bélgica y Alemania tener jueces como Marchena y Llarena. O como Lamela. También podría ser que estos abogados no tengan ningún agarradero y quieran escenificar ante sus clientes que lo están intentando.
Pero luego todas esas bofetadas, metafóricas, que van recibiendo circulan por youtube, para regocijo de los demócratas. Es posible que estos abogados puedan quedar bien ante sus actuales clientes, pero sin duda que no ante otros. Es significativo también que entre ellos no esté Roca Junyent, que ejerció de caganer durante la redacción de la Constitución. No me extrañaría nada que este abogado hubiera rehusado defender a los sujetos, aquí no es necesario poner ‘presuntos’, que están siendo juzgados. Ojalá Sánchez no pueda indultarlos, en el supuesto de que sean condenados.
Dan pena. Uno que se reía cuando los guardias civiles estaban en apuros e intentaba imponer sus condiciones pierde el control de sus nervios cuando aquellos relatan al tribunal lo que ocurrió y se le escapa un insulto gordo. Hay que saber arrostrar las consecuencias de los propios hechos.
No se les juzga, se les tiene que recordar continuamente, por ser independentistas, sino por los hechos. Pero el independentismo será legal, que lo es, pero no es ético, porque no puede beneficiar más que a dos o tres. 

martes, 26 de marzo de 2019

Dicen que México exige al Rey de España que pida perdón

Pero eso no es así. Cuando el presidente de una nación, pongamos que México, dice cosas sensatas y razonables puede entenderse que habla en representación de su país.
Pero si lo que dice son gilipolleces no puede hablar en representación de nadie, como mucho puede hacerlo en representación de los gilipollas.
Unos españoles llegaron a México hace 500 años, que es un tiempo más que suficiente para que todo el rencor que hubiera podido surgir entonces se haya borrado, entre otras cosas porque todos los que pudieron sentirlo han de estar necesariamente muertos.
Los españoles de hoy tienen poco que ver con aquellos que fueron a América, cuyos descendientes, por lo general, se quedaron allí. Aquellos españoles eran capaces de llevar a cabo unas hazañas que seguramente serían imposibles para los de hoy. Pero ya se ve que a los descendientes de los de allá, o a muchos de ellos, también les ha afectado el mismo virus tonto que a bastantes de los de aquí. El nacionalismo y el populismo son ideologías que solo sirven para propagar rencores y desvirtuar el sentido de la historia.
No se trata de hacer una competición para ver que nación es mejor o cual es más injustamente tratada, sino que se trata de la historia de la humanidad, desde aquel momento en que el mono bajó del árbol, aunque también debió hacerlo algún cerdo. «El hombre: un milímetro por encima del mono, cuando no un centímetro por debajo del cerdo», sentenció Pío Baroja.
La humanidad viene recorriendo su camino, a lo largo del cual ha cometido errores sin cuento, pero conviene recalcar que esos errores no los han cometido los mayas, los incas, los ingleses o los belgas, sino la humanidad en su conjunto. Y ahora, a pesar de los milenios transcurridos, los sigue cometiendo. Los nacionalismos y los populismos son la prueba. Y ningún gilipollas pide perdón por serlo.

lunes, 25 de marzo de 2019

Rufián y los estercoleros

Lo explicó muy bien Jonathan Swift: «Cuando surge un villano en el mundo se le puede reconocer por este signo: no hay estercolero en el que no hoce».
La última de Rufián, o quizá la penúltima, porque no para, consistió en ir a Alsasua, uno de los pueblos malditos que hay en España, en el que los bildutarras imponen su ley. Ha ido, como no podía ser de otra manera, a demostrar sus simpatías a esa multitud gallinácea que apalizó sin piedad a cuatro personas indefensas, dos hombres y dos mujeres, por la simple razón de que los hombres eran guardias civiles. Dos fueron las mujeres agredidas y además de forma continuada, la agresión no acabó con la paliza, sino que posteriormente siguieron los hostigamientos. Las feminazis, esas que se desgañitaban empujando a Juana Rivas hacia el abismo, en este caso no han dicho nada, y seguramente es mejor así. Las damas del actual gobierno tampoco. Rufián fue a Alsasua a ofender a las víctimas y con ellas a todos los demócratas. Un demócrata es alguien que respeta las leyes y, por tanto, a los demás ciudadanos, paga sus impuestos y vive de su trabajo. Hay mucho caradura al que no le importa hacer el mal, o el ridículo, con el fin de vivir a costa de los demás. Cuando un demócrata se dedica a la política, como es el caso de Karl Jacobi, propone soluciones.
Rufián puede ponerse en contra de las víctimas porque intuye que nunca lo será. Siempre estará en el lado de los que dan las palizas, no en el de quienes las reciben. Ese pensamiento le permite burlarse de las cuatro víctimas de los salvajes de Alsasua, que además ahora, como suelen hacer todos los malvados, quitan importancia a su bestial y multitudinaria agresión. ¿Podemos deducir que si llega a estar Rufián en el sitio también habría dado patadas a las víctimas cuando estaban en el suelo?

domingo, 24 de marzo de 2019

Estado e Islam

Me parece correcto que el Estado no se entrometa en las creencias religiosas de los ciudadanos que viven a su amparo, otra cosa es que tenga que tenerlas. Ya escribí en ‘1978. El año en que España cambió de piel’, que en mi opinión en la Constitución no debería figurar referencia alguna a ninguna religión.
El Estado debe permitir que las religiones puedan desenvolverse en su territorio, pero debería procurar que no causaran ningún mal a nadie y para ello nada mejor que obligar a sus responsables a que acomoden sus credos a la Constitución. Todo lo que no es constitucional perjudica a los ciudadanos y no se debería consentir que lo que es perjudicial pueda desenvolverse libremente.
El Estado debe dejar vivir a los ciudadanos, pero también los debe proteger, sobre todo a los más indefensos, entre los que están los niños. Si la ciencia ha demostrado que es conveniente vacunar a los niños para protegerlos de enfermedades graves y unos padres se niegan a vacunar a su hijo hay que quitarles la patria potestad del niño y dársela al Estado. Si se niegan a que se el practique una transfusión de sangre, lo mismo.
La protección de los menores debería ser fundamental, pero en lugar de eso se les manipula, adoctrina, e inculcan ideas peligrosas. Nuestra sociedad no debería ser tan permisiva con ese trato a los menores, que no solo están indefensos emocionalmente, sino que además son los propios padres los que les marcan esas pautas en edades tan tempranas. En un artículo de Moisés Naím, titulado ‘Islam en números’, aparece el siguiente dato: «Los individuos cuyas madres ayunaron durante el ramadán estando embarazadas de ellos tienen vidas más breves, mala salud, menos agudeza mental, bajos logros educacionales y un débil desempeño laboral.», que demuestra que esa religión no es buena. Las señoras embarazadas deberían tener prohibido cumplir el ramadán, y si al dar a luz se advirtiera que habían hecho caso omiso a la prohibición se les deberían quitar todos sus hijos, por haberse demostrado que no sentían amor por ellos.

sábado, 23 de marzo de 2019

Podemos y Juana Rivas

Mientras que la actitud de Rajoy en este caso fue asquerosa y cobarde, puesto que por miedo a las críticas del griterío putón dejó solo al honrado juez que estaba haciendo su trabajo, lo de Podemos es de otro nivel.
Este partido cuyos dirigentes niegan las torturas que practican los esbirros del homófobo y dictatorial Maduro, y señalan como delincuentes a los presos políticos de Venezuela, al tiempo que consideran presos políticos a los presuntos golpistas que están siendo juzgados, con todas las garantías democráticas, por delitos muy graves, han demostrado en el caso Juana Rivas, como en todos en los que intervienen, que su intención es la de socavar y desprestigiar las instituciones democráticas, en este caso la de la justicia, esencial para el progreso y la libertad.
En Venezuela, donde todavía no hay justicia, se puede torturar y asesinar impunemente a cualquier persona. Eso tampoco lo dice Zapatero, otro que tal. Estamos a la espera de que Guaidó pueda restablecer el orden, que es lo que temen los podemitas y los etarras que viven en Venezuela.
Podemos se ha servido de Juana Rivas, a la que ha empujado al calabozo, con el fin de quebrar la fe en los jueces y demostrar quien manda en la calle. Han organizado manifestaciones, montado numeritos, dicho barbaridades, sin importarles que como consecuencia de todo ello la madre a la que decían defender perdiera la cordura, perdiera a sus hijos, perdiera la libertad. Supongamos ahora que milagrosamente recupere la lucidez, si es que alguna vez la tuvo, y les pida cuentas. ¿Alguien cree que le pedirían perdón? Para esperar algo bueno de los podemitas hay que ser muy iluso.
Pero los principales perjudicados de todo son los niños que van a necesitar rehabilitación psicológica. ¿Quién la va a pagar? Debería hacerlo todo ese griterío putón. Todos esos que se manifiestan, que arman bulla, que recogen firmas, deberían contribuir a un fondo común cuyos beneficiarios fueran los niños, por haber sido manipulados con fines espurios por tantos sinvergüenzas.