martes, 12 de marzo de 2019

Cosas que pasan en Irán

En este enlace, https://twitter.com/goldie_gemma/status/1105384580666789888, hay un hilo sobre cierta cuestión que conviene tener en cuenta.
Y es que cierto sector español, inflexible por otra parte con el catolicismo, tiene muchos miramientos con otras religiones ideadas expresamente para el mal. Religiones en las que el bien es la voluntad de Dios. Y como norma de vida, la sumisión. Son religiones pensadas para imponer la obediencia ciega.
En una democracia, la gente puede vestirse como quiera, siempre que la vestimenta observe unas normas prudentes. Pero todas aquellas prendas que en ciertos credos simbolizan la inferioridad de la mujer deberían estar prohibidas.
Mientras tanto, cabría plantearse qué es lo que puede hacer España por Nasrín Sotudé, Nasrin Sotoudeh en otras lenguas. ¿Podría la marquesa de Villa Tinaja, Irene Montero, o si lo prefiere, Irena Montera, dejar a sus retoños al cuidado de la servidumbre y acercarse a Teherán a derramar, con la gracia que le caracteriza, unas lagrimitas ante el ayatolá, para que la suelte? Porque lo de amenazar al ayatolá con hacerle un escrache no creo que le apetezca.
O Carmen Conde, que podría pedirle prestado el Falcon a su amigo Sánchez, el presidente del gobierno, y llegarse a la capital de Irán a explicarle al gobierno de aquel país ese pensamiento suyo que vincula a las mujeres con la verdad. Y a Sánchez también lo vincula con la verdad, eso es cierto.
No es lo mismo ser feminista hoy que hace cincuenta años. En la actualidad, mujeres de comportamiento prepotente, o sea, machista, presumen de feministas y amenazan a hombres timoratos. Y es que hay motivos para tener miedo.
No es lo mismo ser feminista en España que en Irán. Las feministas iraníes, como se pone de manifiesto en el caso de Nasrín Sotudé, sí que lo son de verdad y ponen sus vidas al servicio del bien y la justicia, o sea, de la humanidad.

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