domingo, 30 de septiembre de 2018

El ridículo de Twitter

Tanto esta red como la de Facebook y otras están presentes en todo el mundo con lo que se ven obligadas a respetar costumbres muy dispares y les resulta muy difícil establecer unas normas que les sirvan para todos.
Por otro lado, entre sus objetivos tampoco está el altruismo, sino que su función es ganar dinero y por ello los que son más tienen ventaja sobre los que son menos, aunque estos últimos tengan razón y los que tienen la mayoría sean infames.
Llegados a este punto y en lo que respecta a España Podemos tiene una gran cantidad de votantes, también, aunque de forma local los tienen Bildu y los nacionalistas, y que en ninguno de los partidos citados anteriormente Consuelo Ordóñez y Covite están bien considerados. Se da la misma circunstancia en un buen número de votantes socialistas y también en sus dirigentes actuales, aunque muchos conservan la decencia. En estas condiciones a nadie le puede extrañar que muchos individuos, de entre los grupos humanos citados anteriormente hayan denunciado de forma masiva las cuentas de Consuelo Ordóñez y Covite en Twitter, y que ese haya podido ser el motivo por el que se les hayan suspendido las cuentas. Como consecuencia de ello se ha dado la ridícula situación para Twitter de que al mismo tiempo que ha cometido el citado desafuero ha permitido que sigan funcionando cuentas de etarras y otras gentes de mal vivir.
Temo, por otra parte, que me ocurra lo mismo con la página que tengo en Facebook, que se titula ‘Alsasua, pueblo maldito’, en la que cuelgo artículos aparecidos en la prensa sobre aquel infame suceso de todos conocido, sobre el que los vecinos del pueblo, y los padres de los acusados, lejos de sentir vergüenza, tratan de restar importancia a la atrocidad cometida. No me sorprendería, repito, que los cobardes denuncien esta página mía y me la suspendan o cierren.
2016.Año bisiesto' 
'El Parotet y otros asuntos'

'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Mujeres de Roma'
'Diccionario de elogios, piropos y voces galantes'

sábado, 29 de septiembre de 2018

Manuel Valls, candidato

La carrera política de Manuel Valls, a pesar de su juventud, parece finiquitada en Francia, no por culpa suya, sino por la descomposición de su partido. Si a esta circunstancia se le añade que nació en Barcelona y que su padre también era oriundo de la Ciudad Condal se entiende que intente convertirse en alcalde de esta ciudad.
A Barcelona le conviene, porque es un político experimentado y de probada capacidad gestora, y también porque el prestigio de este candidato en todo el mundo repercutiría para bien en ella.
En principio, tiene posibilidades de ganar, porque viene de un partido socialista y en los primeros tiempos de la democracia los socialistas solían ganar en Barcelona. También tiene a favor que, como la inmensa mayoría de los catalanes, nacionalistas o no, se ha tragado bastantes bolas de los catalanistas y esto lógicamente ayuda a que los votantes de una región infectada por el virus del nacionalismo lo consideren de los suyos.
Pero no está todo tan claro dado el auge de los populistas en el mundo, que ha permitido que una mujer tan burda como Colau, a la que Azúa mandó a freír pescado, o quizá a vender, sea quien actualmente disfruta de la vara de mando, para vergüenza de los barceloneses que conservan algo de sensatez.
Colau no sería rival para Valls ante un electorado que tuviera suficientes dosis de lucidez y amor a la ciudad, pero pensar en esto en lugares envilecidos por el nacionalismo y el populismo es utópico.
Y al parecer habrá otro candidato en Barcelona, muy interesante desde cualquier ángulo que se examine, porque se trata de un empresario alemán, Karl Jacobi, que lleva decenios residiendo en la ciudad, que la vive intensamente y que por motivos lógicos no se ha dejado infectar por el populismo ni por el nacionalismo. Como en el caso de Valls, sería un gran reclamo publicitario que consiguiera convertirse en alcalde. 

viernes, 28 de septiembre de 2018

Duque tiene problemas

Por qué un astronauta, orgullo de la nación hasta ese momento, tuvo que aceptar que el presidente aprovechategui, que para conseguir serlo tuvo que aliarse con lo mejor de cada casa, es algo que no sabremos nunca.
Dicen que el tal astronauta salió en la tele intentando explicar sus martingalas para pagar menos impuestos y enterneció a las amas de casa. Cosa que no ocurrió con Soria y otros que pasaron por similares trances.
Pobre Duque. El presidente aprovechategui no tendrá compasión de él: si para salvarme yo he de mandarte a la luna…
Todos sabemos que pagar impuestos es un deber cívico. Con ellos se contribuye al mantenimiento y mejora de la nación. Pero también sabemos que una cosa es la teoría y otra la práctica. Luego viene una Calvo, que casualmente es ministra, y dice que el dinero público no es de nadie, y el gobierno del que ella forma parte se dedica a destruir empleo y hundir en la pobreza a todos los que puede, mientras puede. O vienen otros presidentes regionales y se dedican a gastar el dinero de la nación en desacreditar y difamar a la nación, en enseñar a los estudiantes historias falsas y dialectos que nunca servirán para nada a la mayoría de ellos. Uno que lleva peluquín y manda al corral a los políticos que le llevan la contraria se ha gastado una millonada del dinero de los impuestos en reabrir, con fines espurios, una televisión que no pedía nadie y que ve menos gente, y en cambio él y todos los demás tienen en el olvido a los más vulnerables.
Dado este estado de cosas es lógico que la gente quiera pagar menos impuestos. Cuestión distinta sería si el dinero que se recauda se gastara en cuestiones que realmente interesan a los ciudadanos, sin picardías ni sectarismos, y especialmente en los más vulnerables. Si el ciudadano percibiera que los políticos tienen miramientos con él y no se aprovechara de su posición para colocar a sus amiguetes.


jueves, 27 de septiembre de 2018

No es chantaje, imbécil

Tanto desde el gobierno como desde distintos medios, globales o independientes, de la mañana, o sea, que no dependen de la mañana, se aferran a la idea de que la divulgación de los audios es chantaje al Estado.
Qué va a ser. En todo caso lo sería al gobierno, o a determinados personajes. Pero si hablan de chantaje es porque temen que haya más audios, es el único modo de considerarlo una amenaza, porque los audios que se han dado a conocer son hechos y como tales tienen consecuencias, como la de habernos dado a conocer, de forma inequívoca, la relación de esta sin par ministra con Garzón y Villarejo. «Dime con quién andas, decirte he quién eres (El Quijote  II 10 y 23).». Por supuesto que también nos ha dado a conocer más cosas de ella, ministra en un gobierno supuestamente feminista y libre de homofobia. Muchas mujeres sí que hay en este gobierno, y también ministros florero, pero que sea un gobierno feminista cada vez es más difícil de creer, sobre todo porque sus evoluciones parecen indicar que la función de unos y otras, o de unas y otros, consiste en dar soporte a las ambiciones del jefe. Ni una sola de ellas, y por supuesto que tampoco lo hicieron el astronauta y los demás, protestó cuando Pedro Sánchez le hizo aquel feo a su propia esposa, y se notó que lo hacía de forma impremeditada, o sea, que es su forma natural de ir por la vida, siempre pensando en sí mismo y nada más que en sí mismo. Y los subordinados (y subordinadas) a callar y aplaudir. Todo esto me hace recordar a la condesa Soez, de ‘Olvidado rey Gudú’. Y a sus vástagos.
De las frases homófobas de una ministra del gobierno, amiga de Garzón y Villarejo, de entre los ministros del gobierno no ha protestado ni Marlasca, una de cuyas funciones se adivina que es la de hacer creer a los homosexuales que Pedro Sánchez los respeta. ¡Ja! Ni a su mujer.

miércoles, 26 de septiembre de 2018

Escrito por Tsevan Rabtan

«Así que, tenemos a Espada, un tipo arrogante de cojones, alguien que tiene una opinión sobre sí mismo la hostia de elevada, que ha decidido no dar facilidades.».
Pero si lo comparamos con Cervantes, no el escritor sino el hombre, que llevó a cabo tantas hazañas heroicas, que se comportó siempre con nobleza y lealtad, el tal Espada se nos viene abajo estrepitosamente y se nos queda en nada. Pero no Espada, sino casi cualquiera.
A estas alturas de la historia, cuando sabemos que se han llevado a cabo tantas acciones grandiosas, que ha habido personajes que hay rayado a tal altura, resulta evidente que para tenérselo tan creído hay que empequeñecer mucho el campo de visión, porque en cuanto se ensanche un poco, sólo un poco, es suficiente para que aparezca ante la vista algún personaje cuya comparación con él nos convierte a la inmensa mayoría en insignificantes.
Estas consideraciones llevan a la conclusión de que la humildad y la modestia son unas virtudes necesarias y que quien hace uso de ellas demuestra tener los pies en la tierra y una mirada que trata de ver más allá del horizonte.
Pero la cuestión no es que Espada se crea tan grande, sino que Tsevan Rabtan lo haya escrito como si eso fuera normal. Pero no sólo este reconocido jurista y escritor, sino que también hay doctores en filosofía, con un amplio historial académico y literario en su haber, y afamados y afamadas columnistas que también piensan lo mismo y lo aplauden con entusiasmo.
Tampoco es el único con tan alto concepto de sí mismo, son abundantes los que demuestran la misma afición. Y muchas veces no se sabe si es que ponen la luz corta para no ver más que lo que les conviene o lo suyo es pose, porque se han dado cuenta de que a las masas les enardece la ficción, porque temen a la verdad.

martes, 25 de septiembre de 2018

Delgado y Marlasca

Cualquiera podría pensar, tras hacerse públicas las grabaciones, que Marlasca se negaría a compartir los Consejos de Ministros con Delgado, o que ésta, por vergüenza, dimitiría.
Pues quizá no ocurra ninguna de las dos cosas y que en los próximos días los sigamos viendo, muy ufanos, a uno cerca del otro. ¿Y los demás ministros? Cada uno a lo suyo, el astronauta vigilando lo que ponen los futbolistas en Twitter, Borrell imaginando que es listo entre los listos, Calvo pensando que el dinero público, que no es de nadie según ella, ha de ser gastado por su jefe en helicópteros, falcones o lo que haga falta, y así más o menos todos. Si tuvieran vergüenza, ninguno de ellos estaría en ese gobierno apoyado por golpistas, bildutarras y filibusteros varios. Ahora hay un proyecto, o acaso varios, para llevarnos a la pobreza con la máxima celeridad. Afortunadamente, no tienen el control absoluto de la nación. Hay una mayoría espuria, según la opinión de cierto descerebrado, en la Cámara Alta y gracias a ella podemos respirar con cierta calma. El día en que desaparezca, el desastre que dejó Zapatero puede quedar en juego de niños comparado con el que puede provocar Sánchez, que, por cierto, con el desprecio que le hizo a su mujer dejó claro el que es capaz de hacerles a sus ministros. Y a todos los demás.
Pero lo que despierta mayor curiosidad es la reacción de esos que braman cuando alguien usa de forma metafórica y trivial ciertas palabras, por si no es la misma cuando palabras parecidas son usadas de forma literal y ofensiva, pero lo hace alguien de su cuerda, con lo cual seguramente no van a bramar tanto. Quizá ni siquiera bramen.
Delgado ha dicho cosas de Marlasca que éste no debe aguantar. Pero lo del doctorado de Sánchez aún es peor. Tezanos dice que el PSOE sube en las encuestas.

lunes, 24 de septiembre de 2018

Espada y los francotiradores

No es santo de mi devoción Espada y no me extrañaría que tampoco lo fuera, y por los mismos motivos que en mi caso, de Carlos Martínez Gorriarán. Tsevan Rabtan explicó algunas de sus características personales y basándome en esto puedo añadir que tampoco es de mi interés.
Ahora bien, una persona que se precie ha de darle la razón a quien la tiene, sea quien sea, y en el caso por el que los francotiradores, amparados en el anonimato y parapetados tras las almenas han dado en dispararle a discreción la razón es toda de Espada.
El propio Tsevan Rabtan ha traducido al lenguaje políticamente correcto, pero sobre todo para que la entienda todo el mundo, la frase con la que los de siempre pretenden hacer sangre. Creo que ha hecho un esfuerzo innecesario, porque incluso, y aunque parezca difícil de creer, el propio Rufián entiende que lo que quiso decir el articulista es que a ese no se le puede tomar en serio.
Encima algunos, en su intento de ofender, ¡vaya ignorancia!, han celebrado la respuesta de Rufián tildándola de irónica.
Los enemiguitos surgen siempre que vislumbran la posibilidad de ajustar cuentas, aunque sea cogiendo el rábano por las hojas, atendiendo únicamente a la literalidad de lo escrito, aunque lo que se haya querido decir con ello sea obvio y no tenga nada que ver con las acusaciones que se propagan.
Hay personas moralmente enfermizas que precisan de ocasiones como esta para dar rienda suelta a su afición a lapidar, a su necesidad de condenar al impuro, para así sofocar sus propios sentimientos de culpa, su íntima convicción de que en realidad no valen ni para tacos de escopeta, como se decía antiguamente.
Quienes logran conservar la cabeza sobre sus hombros y la capacidad de discernir saben perfectamente que Rufián merece su apellido y que por el camino que lleva cuando haya desaparecido se podrá decir de él que no ha aportado nada bueno a la humanidad.

domingo, 23 de septiembre de 2018

La ministra Carmen Calvo

Con razón escribió J. Juaristi lo siguiente, refiriéndose a Carmen Calvo: «Cosa que no me sucede, lo admito, con la sobrevenida vicepresidenta. Lo que me encantaría es poder consultar la tesis que la convirtió en doctora. Porque Carmen Calvo Poyatos es un caso de mentalidad primitiva o pensamiento prelógico [...]».
El artículo gira, como se adivina fácilmente, sobre los doctorados, cuestión ahora de moda, y el presidente de la Real Academia de Doctores de España dice que hay motivos suficientes para que le retiren el título a Pedro Sánchez. Pero también los académicos de la RAE, o algunos de ellos, se han pronunciado sobre el caso y mientras Francisco Rico, el que no había fumado un cigarrillo en su vida (porque fueron muchos más), pregunta con guasa si la saeta rubia debe escribirse entre comillas, Andrés Amorós se pone mucho más serio. Pedro Sánchez da risa, claro (Pedro Sánchez, sus ministros florero y sus ministras obedientes o muy obedientes), pero un tonto puesto en la presidencia del gobierno es muy peligroso.
Carmen Calvo, doctora y vicepresidenta del gobierno ha dicho que ‘no sería lógico alargar la prisión preventiva a los presuntos golpistas’, y aquí ya se ve el peligro que lleva la gente irresponsable.
Con el PSOE en el gobierno suele bajar la calidad democrática, aunque ellos presumen de lo contrario, precisamente para que el personal no se dé cuenta de lo que ocurre. Han tomado al asalto la Televisión Española, sin complejos de ningún tipo, y ahora la propia vicepresidenta trata de amedrentar a los jueces echándoles encima a las enfermizas hordas separatistas.
Se percibe claramente que está lejos de su ánimo respetar la labor judicial y no intentar interferir en ella. Y ello a pesar de su doctorado y su cargo en el gobierno. Esta gente cree que sacar a Franco de su tumba la acredita como demócrata, lo de comportarse como tal no se lo plantea.