martes, 18 de septiembre de 2018

El ridículo Rufián

Se presentó en el Congreso de los Diputados con una camiseta del estilo de las que solía llevar Mónica Oltra, otra que tal baila, para escandalizar y llamar la atención.
Quería afear a Aznar la muerte de un reportero de guerra, pero ocurre que Rufián, ¡menudo Rufián!, pertenece a un partido que acogió a varios terroristas de Terra Lliure, que en él siguen. Los componentes de ERC siempre han demostrado que se sienten más cercanos a ETA que a sus víctimas. Incluso varios de ellos saludan efusivamente al etarra Otegui. Aznar fue víctima de un atentado de ETA. La responsabilidad de la muerte de José Couso difícilmente se le puede adjudicar a Aznar, puesto que fue el ejército estadounidense quien lo mató. En cualquier caso, y a la vista de los antecedentes, Rufián no es el más indicado para reprocharle nada a Aznar. Sí que podría hacérselo a Otegui.
Aznar fue un mal presidente, entre otras cosas porque las concesiones que le hizo a Pujol, en lo cual imitó a su antecesor González, han dado lugar al surgimiento de ese esperpento llamado Torra, pero comparado con Zapatero, al que apoyó ERC, Aznar fue un gran presidente, y si la comparación es con Sánchez, al que también apoya el partido de Rufián, Aznar resulta extraordinario.
Hubo en épocas anteriores algún que otro diputado al que jocosamente se le tildó de culiparlante. Del mismo modo que Zapatero y Sánchez han hecho bueno a Aznar, Rufián ha hecho buenos a los culiparlantes. ¡Qué descanso, si le pagaran por callar! No caerá esa breva. Seguramente que él piensa que va a pasar a la posteridad como uno de los más grandes y sagaces oradores parlamentarios. Y que en los libros de historia figurará su foto, con la barbita recortada, su elegancia al caminar y en sus movimientos, su destreza y su perspicacia. Así es como se ve el tipo y no voy a negar que también hay otros que lo ven de este modo.


No hay comentarios: