Pinchar el globo, como ha dicho un
conspicuo catalán que debería hacerse, y del modo en que él lo ha
sugerido, sería hacer una incomprensible concesión a los
separatistas. Una más.
Lo que procede es decir que se ha
terminado el juego y que quien quiera comer que trabaje. El sistema
político español permite que numerosos individuos perciban rentas
altas del Estado sin que lo que hacen tenga ni siquiera la apariencia
de provechoso. Ahí están los casos del dueño de Villa Tinaja y
otros rufianes de similar calibre.
Las nuevas tecnologías permiten que se
pueda manipular más y mejor que nunca y los hay que llevan tiempo
afanándose en esta tarea. El Brexit no es ajeno a este hecho. Las
democracias deberían aprender a defenderse de los manipuladores y
por de pronto deberían ponerles dificultades para intervenir en el
juego político.
No cabe duda de que uno de los países en
el que encuentran más facilidades es España. En principio, es
inconcebible que partidos que aspiran a destruir el Sistema puedan
participar en el Sistema debidamente autorizados. Pues en nuestro
país hay muchos partidos de este tipo y los primeros de todos fueron
los nacionalistas, a los que no sólo se les dio autorización para
participar, sino que lo pudieron hacer con ventajas sobre los demás
partidos y esas ventajas las han aprovechado a modo, haciendo mucho
mal y dando lugar a que surgieran varias bandas terroristas.
No se puede, ni se debe, como sugiere el
personaje citado al principio, tratar a los nacionalistas como si
tuvieran algún tipo de respetabilidad, que no tienen ninguna.
Mientras no abandonen la ideología nacionalista son nocivos para la
comunidad y esto hay que hacérselo saber. Tratar a estas personas
como si fueran respetables es un agravio para las que realmente
merecen respeto, para quienes han intentado hacer el bien a la
comunidad.
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