lunes, 10 de septiembre de 2018

Error de Casado en Cataluña

Ante la incivilizada y grotesca orden del gobierno regional catalán de identificar a quienes quiten los churros amarillos que ensucian y contaminan los espacios públicos, Ciudadanos tomó la admirable decisión de asumir la retirada de esa porquería.
Al PP y al PSOE, representado en Cataluña por el PSC, no les quedaba más alternativa que aplaudir al partido de Riverita y unirse a su iniciativa. El PSOE no se unió porque su facción en Cataluña, y también las de otras partes, es más nacionalista que socialista, y también porque a Pedro Sánchez, que es peor que Zapatero, lo tiene cogido Torra por salva sea la parte. De los demás partidos no cabe ni hablar, porque es que ni siquiera deberían ser legales. Me refiero a los que tienen representación parlamentaria y muerden la mano que les da de comer. Cobran de España y procuran hacerle todo el mal que pueden a España. Los españoles, en cambio, todo el mal que les desean a los rufianes es que algún día tengan que trabajar para vivir.
Pablo Casado no ha sabido ver el acierto de Ciudadanos en este punto y esto es un mal indicio. No sólo porque denota un escaso sentido de la caballerosidad, sino porque además deja a la intemperie a los ciudadanos que han vivido avasallados a lo largo del tiempo. La bota de los nacionalistas es muy pesada e impide respirar aire puro. Los ciudadanos cabales, o sea, los demócratas, los que cumplen las leyes, empiezan a sacudirse el yugo, a salir a las calles a exigir libertad, la libertad que merece todo ser humano y que es imposible en donde gobiernan los nacionalistas, y lo que propone Casado es dejarlos de nuevo a merced de los tiranos, como han venido haciendo los sucesivos gobiernos españoles por egoísta cálculo electoral. Pablo Casado ha demostrado que no puede aspirar más que a ser el mal menor.

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