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lunes, 14 de octubre de 2019

Con respecto al homenaje a Tejero

No me parece bien que se le haya hecho un homenaje a Tejero, sobre todo si el motivo del homenaje es el acto por el que fue condenado, si hubiera sido por un motivo laudable sería otra cosa.
Lo que ocurre es que muchos de los que lo critican no tienen reparos en fotografiarse con Otegui, ni protestan por los homenajes a otros etarras. Se acaba de dictar sentencia, por otra parte, contra unos delincuentes cuyas actividades han perjudicado más a España y los españoles que los del propio Tejero, porque se han llevado a cabo durante periodos más prolongados de tiempo y con la clara intención de perjudicar; Tejero, al menos, pensaba que hacía un bien.
Hay que tener en cuenta, además, que muchos de los involucrados en el golpe de Tejero se fueron de rositas. Los había de todos los partidos y no precisamente de las bases. Leopoldo Calvo Sotelo dijo que si se hubiera investigado a todos podrían haber ido a la cárcel dos mil y que, por tanto, había que echar la raya por algún lado. Es decir, Tejero se equivocó, pero no fue el único, no hubo sangre y ha pagado su culpa.
En cambio, los etarras salen a la calle muy pronto, a pesar del impacto brutal que han tenido sus actos, que han condicionado la vida de los españoles durante mucho tiempo, y los homenajes que se les hacen no alcanzan el mismo repudio.
Incluso hay partidos políticos que defienden a los cobardes agresores de Alsasua, que les cae la baba con el régimen asesino de Venezuela, que son incapaces de condenar los ahorcamientos a homosexuales en Irán, y que gritan como monos en este caso.
En España se echan en falta ahora mismo dos cosas, el respeto a la ley y la ecuanimidad, aunque este último concepto está intentando ser usurpado por los equidistantes. 

lunes, 17 de junio de 2019

Añoranza de Adolfo Suárez

Francia tiene como presidente a un Macroncito que no encuentra respuestas para hacer frente a la extrema derecha de su país, o sea, no sabe barrer su casa, y se cree con derecho a inmiscuirse en los asuntos de España. La Grandeur al desnudo.
España, hoy, es una nación con cierto peso, pero no tanto como para que la respeten, como se ha visto en el caso de los prófugos que andan por el mundo. Además de eso, tiene un presidente, Sánchez, que es todo lo presumido que se puede ser, pero que a calculador, traicionero y falso tampoco le gana nadie. De ahí que el Macroncito pueda chulearse con los españoles, lo cual seguramente gustará a un buen puñado de franceses.
En los tiempos de Adolfo Suárez era peor. España no contaba en el concierto internacional -acababa de salir de una dictadura- y el encargado de dirigir la Transición había tenido un papel destacado en el régimen, así que era visto con una mezcla de displicencia y desprecio.
Pero esa gran potencia mundial que era entonces, más que ahora, y que blasonaba de Grandeur, protegía y escondía a los etarras. Cruzaban la frontera, entraban en España, cometían un atentado y volvían a Francia.
Adolfo Suárez no se arredró. Esa era su costumbre, no arredrarse. Viajó a París, capital de La France. Lo recibió Jacques Chirac, con la pompa que se puede imaginar. Lejos de avergonzarse por su actitud con los etarras, se sirvió de su grandilocuencia. Francia es el mejor país del mundo, los quesos franceses son los mejores, las flores francesas son las mejores, Dios creó el mundo empezando por Francia, los vinos franceses son los mejores. ¿Cuál quiere que le sirvan?, preguntó. Y, entonces, el presidente de España estuvo a la altura, como era su costumbre, y le respondió: un vaso de leche. Dicen que ni siquiera se lo tomó.

domingo, 13 de enero de 2019

Iglesias, el machoman

¿De qué no presumirá éste? Es, además de vanidoso -esas coletas- tan inútil que todo lo convierte en ideología. Advirtió el clásico que las ideologías son hijuelas de las ideas.
El mecanismo es simple, quienes no tienen ideas tienen ideología, como demuestran claramente, pero no solo ellos, los afectados por la fiebre nacionalista.
A Pablo Iglesias no se le conoce ninguna idea. Ni siquiera esa tan conocida afición suya a la guillotina ha surgido de una idea suya, sino que es copiada de otros. Y ese dárselas una vez de macho alfa, o, mejor dicho, macho alfalfa, varón dando, y a la siguiente de perfecto amante gracias a su impostado feminismo ha motivado algunas carcajadas, cosa que hay que agradecerle.
Hay que repasar las biografías de sus ancestros para vislumbrar al personaje. Su abuelo fue condenado a muerte por un tribunal en los primeros tiempos de la dictadura. Poco después, se le conmutó esa pena por la de cadena perpetua. Tras cinco años de cárcel fue indultado y se le dio un cargo relevante, o sea, con un gran sueldo, en el ministerio de Girón de Velasco. Nada menos. Este es un dato que intriga mucho y que induce a hacer deducciones. El padre del coletas también fue un jefazo en un ministerio franquista. Ya hubieran querido muchos en ese tiempo poder entrar a trabajar en un ministerio, y se puede imaginar cualquiera qué requisitos se exigían. En 1973, si la memoria no me falla, hizo un movimiento que puede enmarcarse en lo que Fernando Vizcaíno Casas llamó ‘De camisa vieja a chaqueta nueva’ y se enroló en el FRAP. Ahora le llega el turno al protagonista, o sea, a Pablo Iglesias, y ya se ve que no le atrae especialmente eso que se llama trabajar. Y se lo monta. En Venezuela acogen con cariño a los etarras y demás gente de mal vivir. Y allá que se va él, como hijo de uno del FRAP, a aprender tretas y modales del bolchevismo, para ganarse a los descontentos y vivir a su costa.


miércoles, 19 de diciembre de 2018

Sobre el asesinato de Laura Luelmo

Confieso que yo sería incapaz de matar a nadie ni aunque tuviera garantizada la impunidad. No podría ejercer como verdugo en ningún caso. No les daría de comer a mis hijos, por mucha hambre que padecieran, ni comería yo tampoco en el mismo supuesto, comida comprada con dinero percibido por matar a otra persona.
No es que piense que soy perfecto, mi ingenuidad no da para tanto, pero tampoco estoy entre los hay que van pregonando su fe en Cristo por el mundo, pero necesitan desesperadamente crucificar a alguien; y los que se declaran socialistas, porque piensan en los demás, pero luego se ve que es para empujarlos al barranco si pueden.
Digo esto porque no consiento que se me involucre de ninguna de las maneras con ese nauseabundo crimen, cuyo autor pertenece, sin duda, a esa categoría moral en la que también están los etarras junto a otros horrendos asesinos.
Dijo el clásico que los que no tienen ideas tienen ideología, porque resulta mucho más fácil seguir la segunda que alumbrar las primeras. Y la ideología permite teñirlo todo con ella, tergiversarlo, manipularlo.
Los ciudadanos pagan a los políticos para que cuiden de sus intereses y los protejan, ya que uno decide protegerse por sí mismo puede tener problemas grandes después. La protección de los ciudadanos frente al delito debería ser una cuestión técnica y no ideológica. Hay estadísticas de todo tipo sobre ello. Es muy sano moralmente, además, compadecer al delincuente, siempre y cuando esta compasión no suponga ningún riesgo para el honrado.
Como he dicho anteriormente, el asesino de Laura Luelmo es de la misma categoría moral que los etarras, por tanto, quienes se abrazan con Otegui, o lo toleran como cómplice del gobierno, deben callar. Ya han demostrado suficientemente que el delito no les preocupa; tampoco se han mostrado muy contrariados por otros hechos delictivos, sino que además los amparan y los alientan.
Solo las personas respetuosas con la ley y con el prójimo merecen ser escuchadas en este caso.

lunes, 2 de julio de 2018

Lo que no ve Juaristi

Juaristi publicó ayer un artículo, en el que con argumentación contundente explica el estado de la cuestión con respecto a las próximas e inevitables excarcelaciones de etarras.
Unos no tienen más remedio que exigirlas, aunque cabe sospechar que se alegran mucho de que se dé esa circunstancia, y otros se ven obligados a ceder, y también en este caso se sospecha que no les pesa tener que hacerlo.
De lo que se olvida el erudito y brillante articulista es de que UPyD fue el más firme bastión contra el terrorismo y el mejor aliado de sus víctimas. No se le debió de escapar en su momento, aunque no recuerdo haberle leído nada al respecto, que hubo una campaña tremenda para hundir a UPyD, antológicas traiciones incluidas, y no me extrañaría nada que hubiera alguien recopilando información en las hemerotecas, para reunirla toda en un libro, para que esté a disposición de los estudiosos que en el futuro deseen averiguar los motivos del inexplicable y fulminante declive del partido que supo poner patas arriba al sistema.
Algún personaje que tiempo atrás famoso en virtud de ciertos dones que la naturaleza le otorgó, pero que por su cuenta se dotado de una característica que en su caso es mucho más grande que esos dones, y que se trata de la hipocresía, se lamenta ahora de que UPyD no esté. ¡Qué se va a lamentar! Si estuvo al lado de donde se montó la campaña y la estuvo aplaudiendo y alentando.
Tampoco ha tenido en cuenta el articulista el desinterés del pueblo español por las víctimas del terrorismo, desinterés que viene a ser por la dignidad y que da miedo, porque se extiende a todos los campos de la vida y es el que ha posibilitado que un grupo de felones, con malas artes, se hayan apoderado del gobierno y estén a punto de llevarnos a todos a la ruina.

domingo, 10 de junio de 2018

Los cien días de cortesía

Un gobierno normal surgido de unos procedimientos democráticos normales bien merece los cien días de cortesía.
Pero el de Pedro Sánchez, aunque haya sido alcanzado a través de mecanismos democráticos, no es normal, puesto que recoge todos los vicios de origen de la democracia española, a los que hay que añadir la traición. Es curioso que los medios izquierdistas no hagan hincapié en esto. El hecho de que la traición sea frecuente no significa que haya que verla como normal y asumirla como un hecho cotidiano.
Una muestra de la bisoñez de la democracia española es que permite a sus enemigos andar por ella como Pedro por su casa. Un sistema que permite partidos antisistema lleva un lastre que le quita mucha libertad de movimientos. Pero es que además, algunos de esos partidos antisistema, que son los nacionalistas, encuentran en España un poder excesivo, que jamás lo han empleado para algo bueno. Los partidos nacionalistas deberían estar recluidos en sus Autonomías, sin posibilidad alguna de influir en la política del Estado. O quizá, como mucho, se les podría hacer la concesión de que se pudieran presentar todos juntos, como un único partido, evitando que pudieran alcanzar una representación exagerada con respecto a sus votos.
Es deseable, por otra parte, la alternancia y si se hubieran evitado esos vicios de origen los partidos españoles no se habrían degradado tanto. Por ejemplo, este gobierno sonajero no ha propuesto, ni hay indicios de que lo vaya a hacer, la separación efectiva de poderes. Es obvio que no le interesa que los jueces sean independientes y en sus planes próximos se observa que no tiene muy buenas intenciones en el campo de la justicia.
Darle a este gobierno cien días de cortesía es como darle al ladrón cien kilómetros de ventaja. Hay que vigilar cada paso que dé, sobre todo en lo que respecta a los etarras y a los golpistas. 

sábado, 17 de marzo de 2018

A propósito de lo de Lavapiés

¿Por qué los podemitas y sus acompañantes, que se muestran tan compasivos con los inmigrantes, los sintecho, los sin papeles, no hacen el mismo alarde de buenos sentimientos con las víctimas del terrorismo?
¿Por qué cuando grupos de malnacidos rinden homenajes a los etarras que salen de la cárcel por haber cumplido condena no montan un cirio en twitter protestando por el hecho?
Las respuestas son obvias para todos aquellos que se detengan a pensar en el asunto. A los podemitas y acompañantes no les importan las víctimas del terrorismo y, por tanto, tampoco los inmigrantes. Cuando alguien es misericordioso o humanitario lo es con todos, si de verdad les importaran los sufrimientos de los sin papeles, no serían inmunes a los de las víctimas. Alguien dijo que a Mmame Mbage lo había matado el capitalismo. Eso es una atrocidad. Esos tipos, todos los que de una manera u otra han fomentado las revueltas de Lavapiés, lo que desean es destruir el sistema para implantar el suyo. ¿Quién mata a quienes mueren de hambre en Venezuela en las colas del racionamiento? ¿De qué democracia hablan aquéllos que dijeron que había sido un día triste para la democracia?
La democracia requiere de personas adultas y respetuosas con la ley, no de energúmenos insultantes y propagadores de infundios, que esos lo que pretenden es la desgracia de todos para sacar provecho ellos.
La ejemplar policía española, una de las mejores del mundo y más respetuosas con la ley, estuvo tratando de reanimar a Mmame Mbage, mientras era insultada de forma ignominiosa y mezquina por quienes todos sabemos, que además se lanzaron a la batalla de la desinformación.
El sistema en el que estamos tiene muchos defectos, pero éstos son bastantes menos que los de la alternativa. Algunos de ellos consisten en que permite que proliferen en su seno bandadas de pájaros de cuenta.

jueves, 15 de marzo de 2018

El PSOE y la cadena perpetua

El buenismo viene de lejos y la tontuna es contagiosa. Esa necesidad de parecer bueno y sobre todo de creérselo, que es menos trabajoso que intentar ser bueno, que implica renuncias y sacrificios, llevó a que en la Constitución brotase esa norma que dice que las penas de cárcel han de estar orientadas a la reinserción.
Pero si el interesado no quiere reinsertarse, ¿qué? Otegui, sin ir más lejos, jamás ha dado muestras de arrepentimiento, ni prácticamente ningún etarra, ni tampoco cualquiera de los asesinos de similar atrocidad.
Curiosamente, la cadena perpetua es la que más induce a la reinserción, porque obliga a quienes la cumplen, en los países democráticos en los que está vigente, a plantearse si lo que hicieron está bien o mal y si mereció la pena.
Los etarras que cumplen condena en las cárceles españolas se sienten respaldados por el resto de etarras y también por todos esos cómplices suyos que los consideran héroes.
La cuestión es que el legislador debe buscar el bien de la sociedad. Está muy bien que se den facilidades y se ayude a quienes quieran ser reinsertados y se esfuercen en ello, pero hay que tener en cuenta que la decisión ha de ser suya, o sea de ellos. Hay crímenes horrendos a cuyos autores se les prevé de antemano una muy difícil, sino imposible reinserción. Con la cadena perpetua nos habríamos ahorrado, con total seguridad muchos atentados. Los etarras presos, con el fin de obtener beneficios que les evitaran esta condena habrían colaborado en el esclarecimiento de los atentados pendientes de aclarar. Habríamos evitado también las ignominiosas negociaciones del gobierno español con la banda y las bochornosas huelgas de hambre que han llevado a cabo algunos sanguinarios terroristas. No habría sido necesario dispersar a la banda. Los admiradores de los etarras se quedarían con las ganas de hacerles homenaje cuando salieran.
Si algún etarra que cumpliera cadena perpetua lograra convertirse en persona se le podría aplicar el indulto.


miércoles, 14 de febrero de 2018

Estrasburgo condena a unos guardias civiles

Los mismos que se alegran de la sentencia de Estrasburgo y la aprovechan para criticar a la Guardia Civil aprueban y aplauden los métodos de Maduro en Venezuela.
Siento desengañar a esa gente, en especial al etarra Otegui, tan querido por los nacionalistas catalanes, pero la Benemérita seguirá siendo querida y admirada por las personas honradas de este país, que a pesar de los malvados todavía se llama España, porque saben que ha prestado y seguirá prestando grandes servicios en defensa de la ley.
Aunque los hechos por los que han sido condenados no pueden ser aprobados por los ciudadanos cabales, cuya prioridad no puede ser otra que el cumplimiento de la ley en cualquier circunstancia, conviene poner de relieve que en España, en este aspecto, partimos de un desafortunado artículo de la Constitución, que es el que establece que las penas de cárcel han de estar orientadas a la reinserción. Eso no es posible porque para reinsertar a alguien hay que contar con la voluntad del interesado.
Otros países europeos tienen en su legislación la cadena perpetua. En España han operado varias bandas terroristas, lo cual hacía aconsejable esa herramienta en la lucha contra el crimen. Con ella, los etarras que fueran capturados habrían estado más dispuestos a colaborar con la justicia, para contar con atenuantes en el juicio.
Si en el caso de Marta del Castillo el hecho de que no apareciera el cuerpo fuera un agravante, a lo mejor nos habríamos ahorrado el dinero que se ha gastado en buscarlo.
Es decir, a menudo, los jueces, los policías y la Guardia Civil en lugar de tener la ley como herramienta en la lucha contra el crimen, tienen en ella un impedimento, porque a veces parece diseñada para favorecer al delincuente.
En estas circunstancias se comprende, aunque no se comparta, que algunos guardias civiles, cuyo Cuerpo ha sido golpeado dura y vilmente por los etarras, se cabreen.
'2016.Año bisiesto' 
'El Parotet y otros asuntos'

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'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
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