domingo, 13 de enero de 2019

Iglesias, el machoman

¿De qué no presumirá éste? Es, además de vanidoso -esas coletas- tan inútil que todo lo convierte en ideología. Advirtió el clásico que las ideologías son hijuelas de las ideas.
El mecanismo es simple, quienes no tienen ideas tienen ideología, como demuestran claramente, pero no solo ellos, los afectados por la fiebre nacionalista.
A Pablo Iglesias no se le conoce ninguna idea. Ni siquiera esa tan conocida afición suya a la guillotina ha surgido de una idea suya, sino que es copiada de otros. Y ese dárselas una vez de macho alfa, o, mejor dicho, macho alfalfa, varón dando, y a la siguiente de perfecto amante gracias a su impostado feminismo ha motivado algunas carcajadas, cosa que hay que agradecerle.
Hay que repasar las biografías de sus ancestros para vislumbrar al personaje. Su abuelo fue condenado a muerte por un tribunal en los primeros tiempos de la dictadura. Poco después, se le conmutó esa pena por la de cadena perpetua. Tras cinco años de cárcel fue indultado y se le dio un cargo relevante, o sea, con un gran sueldo, en el ministerio de Girón de Velasco. Nada menos. Este es un dato que intriga mucho y que induce a hacer deducciones. El padre del coletas también fue un jefazo en un ministerio franquista. Ya hubieran querido muchos en ese tiempo poder entrar a trabajar en un ministerio, y se puede imaginar cualquiera qué requisitos se exigían. En 1973, si la memoria no me falla, hizo un movimiento que puede enmarcarse en lo que Fernando Vizcaíno Casas llamó ‘De camisa vieja a chaqueta nueva’ y se enroló en el FRAP. Ahora le llega el turno al protagonista, o sea, a Pablo Iglesias, y ya se ve que no le atrae especialmente eso que se llama trabajar. Y se lo monta. En Venezuela acogen con cariño a los etarras y demás gente de mal vivir. Y allá que se va él, como hijo de uno del FRAP, a aprender tretas y modales del bolchevismo, para ganarse a los descontentos y vivir a su costa.


No hay comentarios: