viernes, 11 de enero de 2019

Vox, por WhatsApp

Vox es un partido que molesta a todos los demás, a cada uno por uno motivo distinto, sobre todo en estos tiempos en que se dan las condiciones idóneas para que prospere.
Es mucho más fácil que Ciudadanos pacte con Podemos que con Vox, partido al que le tiene pánico, por la sencilla razón de que le puede quitar muchos votantes. Al PP no le conviene nada, por el mismo motivo. Para el resto de los partidos es un enemigo declarado.
Así las cosas, el partido de Abascal y Ortega Lara no puede esperar ningún trato ni siquiera condescendiente de la prensa, habida cuenta de que ésta necesita imperiosamente las subvenciones y la publicidad institucional. Se da el caso de que hasta los partidos más miserables, hablando en términos políticos, tienen prensa amiga, por lo que Vox está en clara desventaja con respecto a los demás.
La historia también dice que el PP y Ciudadanos aplastaron a UPyD como si fuera una nuez. No hay peligro de que Ciudadanos mande a la cárcel a ningún político, ni directivo del Ibex, como lo prueba el hecho de que no ha asumido las querellas ni las propuestas de UPyD.
Pero Vox está manejando con tino un arma de la que no hizo uso UPyD; al menos, no con la misma eficacia. Me refiero a las redes sociales, a los WhatsApps que van de móvil en móvil, o a los tuits que los sitúan en el foco de la actualidad. En provocar estas reacciones han demostrado ser expertos y también en desempolvar noticias antiguas, sin que figure en ellas ninguna referencia a su partido, pero que tienen la virtud de irritar al personal, llevándole también a pensar que la solución a esos problemas está en Vox, porque en los demás partidos ya es obvio que no. El desvarío de los catalanistas también está propiciando el éxito de Vox.


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