viernes, 8 de febrero de 2019

El astronauta tenía una flauta

Mientras el actual presidente del gobierno, el Doctor Cum Fraude y ahora también Presunto Literato, se dispone a desbancar a Fernando VII como el mayor felón de la historia de España, provocando una catástrofe de proporciones mayúsculas, al astronauta parece no importarle, es como si estuviera tocando la flauta, como si no fuera con él la cosa, como si no formara parte de su gobierno.
Pero sí que importa, porque hasta quienes sembraron la semilla del diablo, Alfonso Guerra y Felipe González, han puesto el grito en el cielo, espantados al ver los frutos de su labor. Antes que Pedro Sánchez, advino, en plan evangelista, José Luis Rodríguez Zapatero, como preludio de lo que se avecinaba. No supieron leer las señales los socialistas que le entregaron la Secretaría General del partido al felón. Y ahora tenemos ante nosotros la ruina, moral y económica. Nos espera un descalabro financiero de difícil recuperación, porque vendrá acompañado del estupor y el desconcierto.
Pero no solo el astronauta está entretenido con la flauta, también Borrell, que quiere disimular que es un bluf, se comporta como un pobre diablo. O sea, que si Felipe González dice una cosa, él la contraria. Pues también Gabilondo ha querido desmarcarse de la felonía. ¿Qué hace Borrell dando soporte a ese Sánchez?
Luego dicen que son la izquierda, como si eso fuera un mérito. Lo que tiene mérito es ser coherente, respetar la palabra, actuar con dignidad. Si la izquierda es Carmen Calvo, la izquierda da risa. Si la izquierda es Pedro Sánchez, la izquierda da vergüenza. Si la izquierda es Borrell, la izquierda da pena. Si la izquierda es el astronauta, la izquierda hace pensar en el fango en el que se revuelca. Si la izquierda es Delgado, la izquierda hace pensar en Garzón.
Los de la extrema izquierda no son mejores que estos, ni mucho menos. Hacemos lo que podemos, dice Sánchez, significativamente.

No hay comentarios: