sábado, 2 de febrero de 2019

Trump y Guaidó

Quienes más insisten en catalogar a Trump como bobo son los que ahora le acusan de haber diseñado la operación que ha llevado a Guaidó a la presidencia de Venezuela.
La idea de que el actual presidente estadounidense es bobo no encaja bien con el hecho de que haya conseguido acabar con el régimen de Maduro sin disparar un solo tiro.
Estos mismos que consideran un mérito ser de izquierdas (con lo que demuestran su escasa solvencia intelectual, porque el mérito está en las obras) protestan de que se liquide políticamente a Maduro y no a otros tiranos. Es decir, según dan a entender, piensan que puesto que hay más como él en otros países Maduro también tiene derecho a estar (siguen demostrando burricie).
Para empezar, Guaidó tiene el apoyo de la mayoría de los venezolanos, que además desean vivir en democracia. No se trata de liquidar una dictadura sin saber lo que va a venir después, como ha ocurrido en otras ocasiones, en las que, por otra parte, el pueblo no estaba preparado para la democracia.
Maduro mismo, con su crueldad y su ineficiencia ha procurado su final político, y ya veremos lo que acaba siendo de su persona, porque es mucho el daño que ha hecho y sigue haciendo y debería acabar ante un tribunal, pero es capaz de precipitar las cosas y buscarse un fin distinto.
Intenta hacerse fuerte y unir el destino de los militares al suyo, sin darse cuenta de que la suerte está echada, el pueblo venezolano ha dicho basta y contra eso las ignominias de podemitas como Monedero, o maniobras en la UE, como las del gobierno de Tsipras no sirven para nada.
Trump ha hecho muy bien en mostrarse solidario con los venezolanos que quieren vivir en libertad, y ha dejado en evidencia a otros, que se dicen solidarios pero son egoístas. 

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