Los columnistas españoles le deben mucho
a Pepiño. Cuando no sabían sobre qué escribir ahí estaba él para
echarles una mano. Famoso es aquel episodio suyo en que manifestó
que su favorito en las primarias entre Clinton y Obama era este
último, pero que no lo había dicho antes para no influir en la
voluntad de los electores.
En su regreso a la escena pública dijo
(únicamente he visto los titulares) “Demasiado facha junto para
tan poca cosa”. Claro, él quisiera que no hubiera ningún facha,
solo gente ‘dialogante’ como Torra, ese elemento del que
Puigdemont no se fía un pelo (traslució que antes de comer hace
probar la comida a sus guardias, porque sospecha que lo quieren
envenenar).
Pepiño sabe (alguna cosa ha de saber)
que cuando la manifestación está convocada por Podemos o los
separatistas han de acudir los antidisturbios y no solo eso, sino que
luego han de entrar en acción y al final de todo hay que hacer
recuento de los daños causados al mobiliario público, lunas de
escaparates, etcétera. También hay que contar los heridos
(generalmente policías) y detenidos (podemitas o secesionistas). En
cambio, en la manifestación de los fachas no hubo nada de eso, ni
gamberradas, ni heridos, ni tampoco detenidos, todo lo cual es lógico
que a Pepiño le resulte decepcionante.
Con
el sintagma ‘poca cosa’ podría haberse referido Pepiño al
presidente del gobierno, ese Sánchez contra el que se hizo la
manifestación. En
lo que se refiere a la moral y a la ética es inexistente, más poca
cosa no puede ser.
Pepiño
quería que le llamaran don José y seguramente sus criados lo hacen.
También
los criados de los dueños de ese chalet seguramente ilegal tendrán
esa obligación. Les dirán don Coletas y doña Llorona (llora
siempre que Hernando le dice algo, para que las feminazis …).
O
sea
que Pepiño ha vuelto para apoyar a Sánchez (no se puede esperar
nada bueno de este gallego).
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