lunes, 28 de junio de 2021

A favor de Plácido Domingo

 

Hay gente pedorra -simple como el pedo de un asno- en este gobierno que insiste en llevarnos a la ruina que tras erigirse en juez, abogado defensor, fiscal y verdugo, todo al mismo tiempo, intenta hundir al, según muchos, mejor tenor de todos los tiempos. Lo cierto es que da gusto escucharlo.

Mientras tanto, esa misma gente pedorra es capaz de indultar a quienes han hecho un gravísimo daño a España y fueron condenados a penas muy inferiores a las que les deberían haber correspondido. El castigo que se les impuso no guardaba proporción con el que les cayó a otros que habían hecho mucho menos daño. Y ahora indultan a esos, los elevan a los altares, o casi, y quienes lo hacen tratan de hundir a un tenor fabuloso.

Pero es que también esta gente pedorra manipuló a Juana Rivas de tal modo, que luego la justicia italiana la puso fina, también la española, y no obstante sigue con su intento de manipularla, de un modo tan burdo y tan simple que no sólo causa enfado, sino que también da asco, que se acrecienta al ver que en lo que respecta al gran tenor la inmundicia sale a relucir desnuda.

No ha habido ninguna denuncia en los juzgados contra Plácido Domingo, y las denunciantes lo hacen de modo anónimo, por lo que no conocemos los pormenores, ni el contexto, ni todos esos datos que habría necesitado un juez para saber a qué atenerse.

Si se sabe a ciencia cierta que la víctima de esa gente pedorra -simple como el pedo de un asno-, el tenor Plácido Domingo, es valiente y abnegado. Ha luchado con denuedo contra una secta, aparte de otros gestos de inusitado valor, que la gente pedorra no es capaz de llevar a cabo.

Hay que rendir homenaje a una señora, elegante, refinada y valiente, que también canta como los ángeles y que ha salido en su defensa: Ainhoa Arteta.


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