miércoles, 2 de junio de 2021

A favor de unión78 y de la democracia

 

A ningún demócrata debería molestarle una iniciativa en favor de la democracia.

Hay gente que piensa que ser demócrata consiste en ‘frenar a la derecha’, en catalogar como fascistas a todos los que no sean de izquierdas, o incluso en tirar pedradas a los rivales ideológicos. Pues no, eso es, exactamente, fascismo.

Un demócrata demuestra que lo es con sus actos, con el trato educado y correcto a sus rivales ideológicos, con el uso de los cauces adecuados para cada ocasión.

Un demócrata sabe que la ley está por encima de todo que sí no es así no hay democracia. Por tanto, ha de acudir en defensa de la legalidad cuando ésta se vea amenazada. Ha de hacerlo para salvar a la democracia, porque sin democracia una nación se va a pique.

Un demócrata, sea de la ideología que sea, ha de agradecer la iniciativa de los promotores de Unión78 y, si puede, unirse a ella acudiendo a la manifestación, porque con ella no se pretende hacer daño a nadie, sino bien a muchos.

Hay muy pocos demócratas en España. El sectarismo, tan en boga, es contrario a la democracia. Es, además, un semillero de maldad y una forma voluntaria de esclavitud. Porque el sectario de ninguna de las maneras es libre. Es esclavo de una actitud, de un sesgo, antidemocrático que le impide discurrir, porque está obligado a andar por una senda muy estrecha y a comulgar con ruedas de molino.

Sufrimos a un presidente del gobierno que es un psicópata, ávido de poder y parafernalia, que por seguir en el cargo es capaz de cualquier cosa, y hay unos payasos Ábalos y Calviños dispuestos a ayudarle a que cumpla su capricho, aunque perjudique a todos sin excepción. Hay que decir que no. Un demócrata tiene el deber -todo no son derechos- de impedir que se incumpla la ley.


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