jueves, 17 de junio de 2021

Felipe VI en Liliput

 

Los liliputienses eran unos seres diminutos que, entre todos, inmovilizaron a Gulliver, sirviéndose para ello de innumerables ligaduras.

Es el caso del Rey de España, cuya talla moral es gigantesca si se la compara con la de quienes le tienen inmovilizado utilizando para ello la Constitución a la que atacan, a pesar de que le han jurado lealtad, y cobran sus sueldos gracias a ella.

Al mamarracho presidencial, del que se ríen en todo el mundo, y especialmente en Marruecos y Estados Unidos, hay que sujetarle los espejos y decirle que es el más guapo y el más inteligente (¡mentira, es muy torpe!). Todo lo que toca, si antes era malo, aunque pareciera bueno, lo empeora y lo pudre, bien sea marlasca, hojarasca o borrellasca.

El muñequito que con más gracia le sostiene los espejos usa un peluquín tan bien pegado a su cráneo que si cayera por el barranco con su jefe (no sucederá, o sea, intentará no caer con su jefe) no se le desprendería.

Hay gentecilla de Cabra capaz de avergonzar a las cabras, hay gentecilla relacionada con la tauromaquia, pero también con las delcys, las maletas, las mentiras, la desvergüenza, la chulería o la obsecuencia.

¡Ah, la obsecuencia! Ha llegado uno para sustituir a la sultana, que se ha reivindicado: para obsecuente, yo. Hay astronautas que ven iluminarse la luna y el sol cuando los mira su presidente. Resulta emocionante.

Por el País Catalán, ese lugar de ensueño, quiero decir que todo lo que tiene que ver con él de forma oficial es inventado, falso y risible. Otra cosa es lo que queda sepultado por toda esa bobería, que merece más respeto. Lo catalán que no tiene nada que ver con el catalanismo. Lo que sí, queda representado por un conde, una rahola, un junqueras, un rufián. Pura filfa. Piltrafas humanas que aprovechando el apoyo que les ofrece el Felón bravuconean ante el Rey.

¡Viva el Rey!


No hay comentarios: