Los políticos no se quieren enterar de
que los más perjudicados por su descontrol en el gasto son los
sintecho y los candidatos a convertirse en sintecho. Digo que no se
quieren enterar porque para lo que les interesa sí que son muy
listos. Sobre el gasto desorbitado cabe recordar que una señora de
Cabra que era ministra con un presidente infame reconvertido en
mayordomo de Maduro dijo que el dinero público no es de nadie. Como
consecuencia de ese modo de pensar tan nefasto para los
contribuyentes hay una serie de televisiones que se usan todas para
manipular y con las que quienes gustan de ser manipulados están
conformes. Pero su existencia es criminal para los pobres, porque les
detrae recursos que necesitan. También hay una serie de
chiringuitos, llamémosles así, que si desaparecieran no por ello
dejaría de funcionar el Estado. El dinero ahorrado si se diera el
caso se emplearía, sin duda alguna, de modo más productivo para la
nación, lo que repercutiría favorablemente en las clases
asfixiadas, porque del mismo modo que hay clases extractivas, entre
ellas las podemitas, que a cambio de no tener idea buena se llevan
mucho dinero, también están las citadas.
Hay orden de quedarse en casa, ¿pero en
qué casa se van a quedar los sintecho? Se sugiere, o quizá se
ordena, que no se acuda a los hospitales o centros de salud, sino que
se llame por teléfono, pero, ¿con qué teléfono van a llamar los
sintecho?
La calidad moral de una nación se mide
por el trato que da a los más vulnerables. Pero hablar de la calidad
moral de un país en el que desde el gobierno se insta a odiar, o se
celebra el odio, a una parte de la población, parece un chiste. Pero
la tristeza que queda al final la produce el hecho de que ningún
político ha propuesto reducir el gasto inútil del Estado. Todo lo
que se propone es endeudar a las generaciones futuras.
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Tránsito en la mirada'
'Te doy mi palabra'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Tránsito en la mirada'
'Te doy mi palabra'
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