Para formar parte de este gobierno
apoyado por terroristas, delincuentes y boliviaranos, que no parece
tener otra finalidad que la de hundir a España, hay que ser
miserable. Pero algunos de sus componentes, además de la cara dura,
común a todos ellos, tienen conocimientos relacionados con las
materias de su competencia.
Se conoce que uno de ellos ha venido a
demostrar este supuesto, lo cual le ha valido una reprimenda: «En
las excusas técnicas hay mucho machista frustrado». Se la ha
propinado uno que se postulaba como macho alfa. Alfalfa será, le
contestaron.
Los insultos favoritos de los
boliviaranos son ‘fascista’ y ‘machista’. No hay nadie más
machista, ni más fascista que ellos, porque lo que quieren es
conseguir el poder para imponer la ley del más fuerte. El modo de
relación que pretenden es el de la sumisión, como en el Islam.
Pero al acusar a alguien de machista o de
fascista, no pretenden definirlo con la definición más adecuada a
su comportamiento, sino estigmatizarlo, recordarle que ellos tienen
un poder mediante el cual pueden causarle un perjuicio. Lo suyo es el
amedrentamiento, la coacción y si pueden, la ejecución.
Ahora se conforman con el insulto y el
caso, pero ya han dejado ver que tienen en el horizonte penas de
cárcel para quienes les lleven la contraria, pero lo que realmente
les gustaría, y se sabe porque lo han dicho ellos mismos, es aplicar
la guillotina. ¡Quién sabe si tienen ya alguna encargada!
En Twitter hay juristas que explican, y
lo hacen muy bien, lo que pretenden hacer estos desalmados con el
asunto de marras. Por ejemplo: «Los populistas
están intentando convertir el Derecho Penal en un instrumento
ideológico».
Se apoderan de todo, del feminismo, de la
justicia, de lo que sea. Todo lo magrean, prostituyen, pervierten,
utilizan…, siempre con fines espurios. Es triste que los
socialistas no acaben con esto.
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Tránsito en la mirada'
'Te doy mi palabra'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Tránsito en la mirada'
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