martes, 10 de marzo de 2020

‘¡Madrid será la tumba del fascismo!’

Dicen que lo coreaba la esposa de un fascista en una manifestación que tampoco era lo que anunciaba. De que el Felón es un fascista no cabe ninguna duda, puesto que se ha procurado el poder absoluto en el partido, y si pudiera se lo agenciaría también en el gobierno y en España entera.
Begoña, por su parte, y a la vista de la indiferencia con que soporta los descuidos de su marido con ella, parece ser de quienes dicen dame pan y llámame tonto. Su marido, el tal Felón, no es que le haga adrede los desprecios, es que solo tiene ojos y oídos para, en su propia opinión, alta persona, de la que se siente tan satisfecho, y solo le disgusta que a veces tenga que traicionar sus principios y cumplir la palabra que ha dado, porque si no lo hace se puede quedar sin su poltrona, y eso sí que no.
Begoña no sabe, seguramente no lo sabe, que el fascista es su marido, porque le han dicho que los fascistas son quienes quieren que se cumplan las leyes. Se lo han dicho y se lo ha creído. Cuando alguien le explique que quienes quieren que se cumplan las leyes no se lo va a creer.
Tampoco sabe Begoña, porque a ella con que le den pan lo demás le importa un rábano, que con el eslogan que coreaba dejaba bien claro que la manifestación no era por el feminismo. Aparte de que su verdadera intención consistía en infectar con el coronavirus al mayor número de personas en el menor plazo de tiempo, la segunda finalidad consistía en propagar el odio, lo cual no tiene nada que ver con el feminismo, que es un movimiento que aboga por la justicia. Cuando el feminismo se adentra por los terrenos de la injusticia ya no es feminismo. Pero eso hay unos cuantos y unas cuantas que no lo saben. Alguna de las ignorantes se puso una gorrita con visera. 

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