lunes, 9 de marzo de 2020

Las manifestaciones de ayer

Se cancelan eventos, se obliga a que otros se hagan a puerta cerrada, se aíslan millones de personas, pero las manifestaciones de ayer tenían que celebrarse porque el egoísmo desorbitado de todos y cada uno de los componentes (¿habrá que decir ‘y componentas’?) del malhadado gobierno que sufrimos no podía dejar pasar la ocasión de insuflar odio contra su rivales políticos, con el fin de seguir conservando sus prebendas.
Matthew Bennet publicó un recorte del Sunday Times en Twitter, en el que se indica que la previsión del gobierno británico es que haya cien mil muertos, pero si se da el caso de que se contagie el ochenta por ciento de la población esa cifra puede aumentar hasta los quinientos mil.
Algunas de las personas que acudieron a las manifestaciones podían estar infectadas sin saberlo, por lo que de darse el caso la posibilidades de que hubieran infectado a otras es grande. Esas otras, a su vez, habrán difundido el virus en sus zonas de influencia. Con lo cual, la rapidez con la que se puede propagar la infección aumenta de forma considerable.
Ahora pongámonos en el sitio de los médicos que tienen una lista de espera larga en los hospitales y que, de repente, se han de enfrentar a una avalancha. Idioteces como la de que los médicos han de dominar ciertos dialectos para poder ejercer su profesión quedan aplazadas.
Queda de manifiesto el escaso respeto que tiene este gobierno por las vidas ajenas, porque hay personas muy vulnerables que sin el coronavirus habrían podido vivir unos años más. Y con el coronavirus, si se hubieran tomado las medidas adecuadas desde el primer día, también. Porque si los casos se hubieran ido declarando poco a poco, se les podría haber atendido adecuadamente.
Esta maldad suya, tan patente, hace que todas sus propuestas o intenciones sobre asuntos como el de la eutanasia y similares causen espanto.

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