domingo, 4 de octubre de 2009

El aire de Leire

A estas alturas ya es más que evidente que a la política española ha llegado lo mejor de cada casa. Pedro J., en su larguísimo artículo dominical, disfruta con Camps. Ni El Mundo ni El País van a soltar el bocado. Menos todavía Rubalcaba. Rajoy, también es evidente, no manda en el partido. Zapatero se burla de todos presumiendo de que ha sabido decir no a los poderosos. Si este gobierno no se ha desmoronado aún es por demérito de la oposición. El sistema no da más de sí, eso es otra realidad de la que no podemos escapar.
La inefable Leire Pajín es otra de las que se creen que puede decir lo que le parezca sin que la echen al cuarto de los leones. En los tiempos que corren la crisis ya ha sido examinada desde todos los ángulos y se han escrito libros y artículos sobre ella y el modo de combatirla. Dos de esos libros son
El hombre que cambió su casa por un tulipán y Para salir de la crisis global. Pues a pesar de estar tan estudiada la crisis, ha escrito un artículo en el Levante-EMV, titulado Gobernar la incertidumbre, en el que da, sin más explicaciones, su propia versión de las cosas, en la que exonera de toda culpa al gobierno. Otra tomadura de pelo, se conoce que somos masoquistas y los políticos se han dado cuenta.
Leire Pajín, que aires más descarados los suyos, nos sigue tomando el pelo cuando califica de muy buenas las medidas que toma el ejecutivo, mediante las cuales se está hipotecando a las generaciones venideras. Alaba unas medidas que todo el mundo cataloga como catastróficas, lo que ocurre es que los demás partidos, allí en donde gobiernan, también derrochan. Leire Pajín dice que la prepotencia, el orgullo y la soberbia no hacen mejores a nadie, sin comprender que ella, en su artículo citado, hace gala de las tres cosas.

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