domingo, 17 de febrero de 2013

Urdangarin y la cárcel

Los hay que han manifestado su deseo de que Urdangarin vaya a la cárcel. No tengo nada que objetar, sólo que lo veo muy difícil.
Para ello tendría que pronunciarse primero un juez, y ni siquiera eso sería suficiente, en el caso de que lo hiciera. Ya se vio lo sucedido con un banquero del Santander, al que indultó el anterior presidente del gobierno, excediéndose incluso de sus atribuciones. ¿Y qué pasa si se excedió? ¿Le han multado por ello? En España, los poderosos hacen lo que quieren.
Si Iñaki Urdangarin tuviera que ir a la cárcel no debería ir solo, puesto que él solo no pudo hacer todo lo que se le imputa. De modo que ahí tiene un buen colchón y lo sabe.
Félix Millet sigue paseando por la calle, porque tampoco pudo hacer a solas nada de lo que se le imputa.
A nadie se le ocurre pensar que ninguno de los hijos de Jordi Pujol pueda ir a la cárcel, porque si ocurriera eso ardería Troya.
Desde que Alonso Puerta intentó denunciar la corrupción de su partido, del que fue expulsado por ello, no han cesado las denuncias de corrupción, pero a los partidos rivales. Nadie más ha vuelto a denunciar al suyo.
Algunos políticos no tenían nada y de pronto han conseguido tener consolidado un patrimonio considerable, conseguido de forma legal. Ni los jueces, ni los técnicos de Hacienda investigan nada.
A Iñaki Urdangarin le han impuesto una fianza multimillonaria. Lo de que vaya a la cárcel me importa menos. Hay otros delincuentes más peligrosos, como los asesinos, violadores, etc.
De los ladrones, en este caso presuntos, lo que interesa es que devuelvan lo robado. Si tuvieran que devolver hasta el último céntimo y además pagar una multa no es probable que volvieran a robar.
Pero volviendo al caso de Urdangarin, lo que me temo es que la fianza la tengamos que pagar entre todos. Algo así ha ocurrido en otro caso que ha tenido lugar en el ámbito catalán.

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