lunes, 5 de septiembre de 2016

El tripartito valenciano, a la suya

A Chimo Puig (escribo Chimo porque mi teclado no tiene la x) entre movimiento y movimiento de manos para colocarse bien el peluquín le queda tiempo para pensar chorradas, que es lo único capaz de pensar.
En su día, y a pesar de que eran muchas las urgencias que precisaban atención, a Lerma le dio por funda la televisión valenciana, porque lo que quieren los catalanistas es fomentar el uso del catalán en estas tierras en las que sus delirios ni siquiera deberían ser considerados. Luego, Camps se sirvió de esa televisión para alimentar sus propios delirios, esta vez de grandeza, y para colocar a sus amigos. Y Fabra, que tampoco dio señales de tener demasiadas luces sí tuvo en cambio las suficientes para darse cuenta de que nos salía por un ojo de la cara y hay otras necesidades que atender.
Pero han llegado otros catalanistas, ¿y qué hace un catalanista sin una televisión que tenga como único idioma el catalán?
Mientras tanto, los ancianos de las residencias están desatendidos. En su día, los socialistas denunciaban que a la residencia de Carlet no se le sacara todo el rendimiento posible. Hoy, que la gestionan ellos, los ancianos se caen de las camas, a pesar de que los tienen atados, e incluso atados por los tobillos.
Mónica Oltra en montar numeritos y en dar excusas de mal pagador. Lo cierto es que el tripartito, del que ella forma parte, no destina los recursos que serían necesarios a la atención de los ancianos, porque la prioridad del tripartito no es la de servir a los ciudadanos, sino la de adoctrinarlos, para que acepten la márfega y ser parte de los países catalanes, pastisos catalans en realidad. Si esto no es corrupción, que baje Dios y lo vea.
Todo lo malo se puede empeorar, y aquí están los del tripartito, hablando siempre de lo malo que era el PP, para que no nos demos cuenta de que ellos son peores.


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