No sé la cara que pondría un juez
alemán, o francés, si un sujeto que se hubiera comportado como
Arturo Mas, y por ese motivo hubiera sido llevado a su presencia, le
hubiera espetado: «Tendrán que juzgar si ser demócrata equivale a
actuar como un delincuente».
No sé la cara que habría puesto, pero
sí que eso habría agravado la situación del reo. Lo que ocurre es
que es imposible que en países con tradición democrática este
pájaro tan desvergonzado hubiera podido actuar del mismo modo que lo
ha hecho en España. En países con tradición democrática la ley
está por encima de todo y quienes la incumplen de forma tan
sistemática y descarada como estos elementos que estos elementos que
puestos ante el juez actúan con el mismo descaro que los etarras en
idéntica tesitura lo pagan caro.
Hay que recordar que no podría haber
existido ETA (ni Terra Lliure) si no hubiera habido ningún partido
nacionalista, y es necesario recalcar que el nacionalismo es
incompatible con la democracia, puesto que los nacionalistas, para
sobrevivir, necesitan prohibir, vetar, imponer, etc. Si se ven
obligados a obedecer las reglas democráticas, desaparecen.
Es por eso que necesitan saltarse la ley
y el orden, y a eso le llaman democracia, porque otras de sus
necesidades consiste en pervertir el lenguaje. Las palabras
significan lo que ellos quieren que signifiquen.
Los nacionalismos se basan en tal
cantidad de fábulas, mentiras y tergiversaciones históricas, que
causa asombro que haya tanta gente que se las crea. A pocos les da
por verificar lo que leen u oyen. Les gusta, pues lo toman. Es como
pinchar en todos los enlaces que llegan, con lo cual el ordenador se
llena de troyanos y virus. Las mentes de los catalufos están llenas
de troyanos y virus. Eso explica que Arturo Mas pueda presumir de
demócrata y los catalufos le crean.
1 comentario:
Los nacionalismos que padecemos hoy, querido Vicente, no solo tienen como responsables a esa panda de fanáticos que los profesan.
La (presunta) izquierda siempre le anduvo con paños calientes cuando no se ciñó alegremente de su brazo. Ya en el primer desdichado tercio del s. XX.
La kgda, con perdón, más reciente en este aspecto fue el gobierno del tal Montilla con ERC.
La derecha, hablando cataluÑés en la intimidad, también lleva tiempo bajándose los pantalones.Llevan cuarenta años ya, los cataluÑeses digo, inventándose una historia de quimera y educando a sus hijos en el odio profundo a España.
En el otro paisito, donde la violencia no ha cesado, es algo más que nacionalismo: es asesinato, complicidad y en el mejor de los casos, salvo pocas excepciones, silbar mirando al techo como si la sangre, el dolor, el crimen, el horror y la muerte violenta no existieran.
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